La Ley 914 de 2004 creó el Sistema Nacional de Identificación e Información de Ganado Bovino, que tiene como fin tener una especie de “hoja de vida” del bovino desde el nacimiento hasta que llega, literalmente, al potencial consumidor.

Ese sistema, que está a cargo del Gobierno nacional a través del Ministerio de Agricultura, en sus inicios se llamo Sinigán y fue ejecutado y administrado por Fedegán, hasta finales de 2012.

En diciembre de ese año, la resolución ministerial 451 designó al Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, como nuevo administrador del sistema, por ser la máxima autoridad sanitaria. A partir de esa fecha, lo bautizaron IdentifICA.

Desde se momento, comenzaron las diferencias entre el Instituto, ganaderos y gremio frente a la operatividad del sistema. Las posturas en contravía son una constante.

Para José Félix Lafaurie, presidente de la Federación, la operatividad es un desastre. En su concepto, el programa se entregó totalmente sistematizado y el ICA lo modificó, al punto que en buena parte del país se maneja de forma manual.

“Pero el problema es aún más grave, porque el módulo de trazabilidad va ligado a la movilización, y ahí hay serios inconvenientes. Todo el sistema costó en su momento cerca de $12.000 y se entregó funcionando con más de 800 mil animales trazados y con base de datos en línea y tiempo real”, agregó.

Lafaurie Rivera dijo que la trazabilidad es sustancial para poder entrar a los mercados exigentes de EE.UU. y Europa.

“Todo lo que se diga al respecto son titulares de prensa; porque al paso que vamos, nos demoramos más de un lustro en poder llegar a EE.UU. Estamos en la olla frente a esos mercados”, agregó.

“Dije a la Ministra de Comercio, que es más ejecutiva, que mientras las exportaciones arrancaban con los países que firmamos TLC, nos fuéramos a Medio Oriente, donde no exigen trazabilidad, por eso se abrió Jordania, Libia y Turquía, entre otros”, sostuvo.

Hay prioridades

Para Javier Daza Pavajeau, coordinador nacional del programa IdentifICA, se va por buen camino, y muestra de lo anterior es que ya se tienen identificados tres millones de animales en el país.

Argumentó que se trabaja con el mismo sistema que recibieron de Fedegán (no venían más de 700 mil trazados) y que en 2015 se llegó a un millón 200 mil animales.

“Trazabilidad no involucra a los 24 millones de animales del hato nacional. No todos los animales pueden ser trazados en este país, porque cuando se habla de trazabilidad, hay que aclarar que se trata de los animales menores de un año y medio. Unos son trazados y otros, identificados”, agregó.

Daza Pavajeau explicó que el programa tiene unas banderas prioritarias, como el cubrimiento y mantenimiento de los municipios y departamentos fronterizos con Ecuador y Venezuela, requisito de la OIE.

Afirmó que en 2015 se completó el 90% de los predios registrados en ICA del Putumayo; en Nariño, entre 2014 y 2015 se identificaron 200 mil animales, con población objetivo de 350 mil animales; en toda la zona de alta vigilancia de Arauca, Vichada y Cubará (Boyacá) se tiene el cubrimiento, y en Norte de Santander se llegó a 70 mil animales.

La otra bandera es trabajar los predios identificados con Buenas Prácticas Ganaderas, BPG. Luego vienen todas las fincas que están en mejoramiento genético y los predios certificados libres de brucelosis y tuberculosis.

El directivo de IdentiICA indicó que para llegar al mercado de los Estados Unidos, se tiene que identificar los terneros y terneras de las zonas de excelencia productora de carne como Madgdalena Medio, la Costa Atlántica y el Urabá Antioqueño, y para tal fin se requiere de cerca de $8.000 millones. Se podría trabajar por regiones.

Caída de chapetas

De acuerdo con un reconocido ganadero de Santander que pidió reserva de su nombre, el programa en esta zona, por lo menos, camina muy cojo.

“En la finca, los animales fueron identificados y les colocaron unas chapetas; pero a la fecha nadie volvió por allá y mucho menos dieron alguna instrucción sobre qué debería seguir. Las terneras de ese entonces hoy son madres, lo que quiere decir que el programa quedó y va sin datos reales”, agregó.

A lo anterior, a su juicio, hay que agregarle otra talanquera: cuando se va a solicitar la guía de movilización, éstas presentan inconvenientes para su otorgamiento, pues argumentan que no hay registros de esos animales.

“La actividad ganadera presenta miles de problemas en la actualidad, donde el fenómeno de ‘El Niño’ nos tiene arruinados; pero de paso, contrario a tener una entidad como el ICA que nos ayude y colabore, nos encontramos con una de las mayores talanqueras para poder producir, fruto de la inoperancia absoluta”, agregó.

Al referirse a las chapetas, afirmó que muchas se han caído. “Entonces, ¿qué se hace con ese animal?”, se cuestionó.

Frente a esa situación, Daza Pavajeau dijo que hasta el presente no ha encontrado una sola carta o reclamo de los ganaderos de Santander en ese sentido.

“Habrá chapetas que por múltiples factores se caigan; ellas tienen garantía, pero el ganadero debe reportar ese inconveniente. Es un compromiso de todos”, agregó.

Los problemas de casa

Ganaderos de Santander consultados acerca de la implementación de la trazabilidad en la región estimaron que la seccional del ICA presenta una serie de problemas que han impedido que se pueda desarrollar el programa.

a. No se tiene personal suficiente e idóneo para dinamizar el programa.
b. Hay quejas recurrentes de la alta burocratización.
c. No se ha socializado el proyecto y muchos ganaderos, principalmente los pequeños de regiones apartadas, no han oído hablar del IndentifICA y ni siquiera tienen idea de qué se trata.
d. Las quejas frente a la expedición de guías es una constante.
e. La imagen de la institución en el gremio no es la mejor.

De otra parte, funcionarios del ICA regional en ese departamentohan dicho que muchos ganaderos han sido poco receptivos y reacios en la implementación del programa en este departamento.

A su juicio, los ganaderos consideran que los datos de IdentifICA están en línea directa con la Dian y que ahora resultarán gravados en mayor proporción. “Se ha corrido ese rumor; de ahí que muchos no quieran implementarlo”, agregó.

También estimó que la ganadería en Colombia se manejó de manera artesanal, pero con la entrada a mercados externos, dio un giro de 180 grados y ellos no lo quieren entender.

El programa es costoso

Trazar el hato ganadero del país, y en eso coinciden Fedegán y el ICA, no se puede hacer de la noche a la mañana; además, demanda altos recursos, los que en 2016 fueron recortados de manera sustancial.

Daza Pavajeau dijo que en 2015 operaron con cerca de $15 mil millones; pero para 2016 solo se tendrán $8 mil millones.

Y es que las cuentas son sencillas de hacer.

Por ejemplo, las chapetas, se necesitan dos por animal (con todas las especificaciones técnicas), se tasan en el mercado entre US$1,3 y US$1,6 el par, sin estimar la logística que demanda colocárselas a los animales.

Si se quiere trazar el hato nacional, que es de 20 millones de ejemplares, tal como lo aseguró el directivo del ICA, y tomando un valor por ejemplar de 12 mil pesos en sitio, se requerirá de 240 mil millones de pesos.

Como no hay esos recursos, se busca que cuando se efectúen los programas de vacunación de aftosa, a su vez, se “enchapeten” los bovinos, con el fin de minimizar los costos.