Con ‘marketing’, las frutas criollas llegarían al mercado externo

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Si en el país existiera promoción con el fin de mejorar la comercialización de frutas nativas, estas podrían llegar a los mercados internacionales, donde seguramente tendrían asiento en virtud de sus sabores, colores y aromas.

En la entrada de Aguachica, Cesar, una zona colonizada agroindustrialmente por los santandereanos, venden un jugo rojo y helado que proviene de una palma muy espinosa conocida popularmente como palma de lata (Bactris minor). A sus frutos, que vienen en abundantes racimos, se les llama uvita de lata.

La Universidad Nacional de Colombia trabajó con esta especie, que abunda en las zonas de pocos drenajes (húmedas), como por ejemplo las del Magdalena Medio santandereano, y encontró en sus análisis de laboratorio que posee buena cantidad de hierro, proteínas, fósforo, calcio y antioxidantes, su mayor virtud, que la hace apetecible en cualquier mercado del mundo.

Al igual que la uvita de lata, en buena parte del territorio departamental se pueden cultivar frutas que en el concierto internacional se catalogan como “delicatessen”, y que por no contar con un ‘marketing’ apropiado, se quedan ahí, monte adentro, a pesar de que por ellas pueden pagar buenos dividendos en ese mundo lleno de clientes que desean frutas extrañas, exóticas, pocos comunes.

Y como si fueran poco, de esta uvita de lata, los vaquinos confeccionan un vino que añejan en lugares frescos, pero de poca ventilación.

Y qué decir del acai o asaí, muy promocionado y vendido por Brasil y que en varias partes del país es otra de las tantas palmas de las zonas subtropicales tenidas en el anonimato.

Babano bocadillo

De acuerdo con Víctor Hugo Morales Núñez, gerente de Agronegocio y Proyectos Ltda., AG&P, esa zona tiene muchas potencialidades; sin embargo, Colombia se ha quedado dormida en los laureles.

Morales Núñez dijo que en Estados Unidos se está incrementando el consumo del “babie banana”, que en Santander se conoce como bananito o bocadillo; pero a pesar de ese excelente mercado, en el departamento solo tiene pequeñas áreas, ya que no se ha asumido como un proyecto de envergadura para llegar al mercado externo, mientras las multinacionales ya lo cultivan en Centroamérica y lo exportan con grandes satisfacciones.

“Ese bananito quien lo impulsó fue Colombia, principalmente la Federación de Cafeteros, en su época. Esa fruta está catalogada como promisoria, y acá tenemos muchas zonas donde plantarla”, agregó.

El directivo dijo que en las regiones de clima, frío acontece igual con los berrys silvestres y agraz (frutos de la familia de los arándanos), frutas con demostrados efectos en la salud por el alto contenido de antioxidantes.

“La chirimoya se da muy bien en García Rovira, con amplias opciones, pero no se cultiva en grandes áreas con el fin de mirar el comercio exterior”, agregó.

La mora (color negro) y las frambuesas criollas, que se producen a las orillas de los caminos en las zonas frías del departamento, contienen altos niveles de antioxidantes.

Pasifloras nativas

Para Hernando Niño Rivera, presidente de la Corporación Colombia Orgánica, CCO, la lista de las frutas criollas que se podrían colocar en el mercado externo es bastante abundante.

En su concepto, se tienen posibilidades con el cocusó o cocona (una especie de lulo criollo); guanábana, granadilla (todas las cucurbitáceas), piña perolera, uchuva, banano criollo y el bocadillo, chirimoya, agraz, berrys y gulupa.

“También se tiene la palchita (pasiflora), que es muy parecida a la gulupa, pero de color negro. Su sabor y su aroma son extraordinarios, y se posicionaría en el mercado externo con un poco de ‘marketing”, agregó.

Niño Rivera dijo de igual forma que frutas que no se conocen, como la guama, son muy apetecidas por los orientales.

“El día que se dé a conocer, será muy demanda, por sus copos dulces y blancos”, agregó.

El directivo de la CCO dijo que no se puede dejar de lado la feijoa, curuba y tomate de árbol.

Niño Rivera indicó que en materia de frutas, Colombia es “un salpicón que no hemos sido capaces de vender a los extranjeros en su totalidad, a pesar de tener amplia demanda”.

120 variedades de frutas en cuatro hectáreas

En el Centro de Investigación Palmira, de Corpoica, reverdece un huerto de cuatro hectáreas con frutales exóticos, promisorios y con gran potencial de comercialización en el mercado internacional.

Según Álvaro Caicedo Arana, investigador máster en ese centro, se tienen 120 especies frutales, de las cuales más del 50% serían muy apetecibles por su aroma, sabor y alto contenido de grados brix.

Entre ellas están rambután (la que más rápido se posicionaría en el mercado, pues tiene ‘marketing’ y es importada por EE.UU. desde el sudeste asiático y Centroamérica), arazá, níspero común (de alto rendimiento en pulpa y con sabor único y dulce), marañón (pulpa y nuez), carambolo, icambolo (jaleas y mermeladas), chontaduro y palmitos.

Igualmente, se tiene el caimo (transformación), pera de malaca (muy productivo), macadamia (nuez fina), zapote costeño, mamey, asai, copoazú (pariente cercano del cacao y del que se elaboran vinos) y lichi (tiene mercado posicionado en el mundo y se puede sembrar en Boyacá y los santanderes).

Para el investigador, hay un gran potencial para las guanábanas criollas; sin embargo, estimó que la “temoña, un cruce entre la guanábana y la chirimoya, es de gran dulzor y buena cantidad de pulpa, por lo que sería muy apetecida en el mercado externo, pues su sabor es sin igual”.

Caicedo Arana afirmó que si bien estas variedades se demoran en dar fruto, ese proceso se puede acelerar (por ejemplo, de esperar cosecha a los seis años, se baja a dos y medio), a través de la injertación convencional, tal como se hace con al aguacate criollo o el cacao.

“Colombia es tal vez el país del mundo que más variedades de fruta posee y en donde pueden ser cultivadas muchas exóticas. Por ejemplo, si bien es cierto que el rambután es asiático, en nuestros suelos se tiene un excelente comportamiento y se puede plantar en condiciones agroclimáticas muy similares a donde se tienen plantaciones de cacao”, agregó Caicedo.

Credito
REDACCIÓN AGROPECUARIA

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