Quién gana y quién pierde con las lluvias

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Es bien sabido que en Colombia existe lo que popularmente se conoce como verano e invierno. Si bien, los productores agrícolas son los mejores informados al respecto, nunca está de más recordar que mantener buenos drenajes en los cultivos y condiciones fitosanitarias adecuadas garantizarán superar con éxito la temporada invernal.

De acuerdo con el Ideam, en buena parte del país, desde la Costa Atlántica hasta los Llanos Orientales la temporada seca o verano se extiende desde diciembre hasta parte de abril, dejando el resto del año a la temporada de lluvia o invierno, que tiene diferentes niveles de intensidad de acuerdo a ciertas zonas geográficas o ciertos fenómenos climáticos que pueden ser cíclicos.

Sin embargo, con el mundialmente famoso cambio climático y el calentamiento global, el calendario de verano e invierno en nuestro país se ha visto alterado, no solo en las fechas propiamente dichas sino también en la extensión de tiempo y la incidencia de la temporada. Por eso es frecuente escuchar: "está más caliente que antes" o "esta vez ha llovido más".

A pesar de los adelantos tecnológicos para pronosticar el tiempo, pocas veces es preciso, aunque vale decir que sus cálculos contribuyen en buena parte a la subsistencia del ser humano, especialmente en la producción agrícola donde la cultura popular, las tradiciones y la experiencia también abonan su parte.

Con base en esa información es posible determinar que cultivos son más o menos provechosos en determinado periodo del año, y de esta manera planificar las épocas de siembra, riego, poda, cosecha y demás. Incluso, hay rubros que pueden verse severamente afectados por la ausencia de lluvias, mientras que otros pueden ser igual de vulnerables ante el exceso de precipitaciones.

Precisamente, el inicio de la ola invernal ha generado alerta para el sector agrícola en varias zonas del país. Al respecto, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), informó que la temporada de lluvias dio inicio en todo el país en abril y aunque para el segundo trimestre se prevé un comportamiento de precipitaciones muy cercano a lo normal en gran parte del territorio nacional, es necesario que los agricultores estén preparados para afrontar un eventual cambio que pueda poner en peligro su producción.

“La totalidad de cultivos son propensos a sufrir las consecuencias de un fuerte invierno especialmente si las condiciones de manejo del cultivo, y en especial si las condiciones del suelo y del drenaje no son las adecuadas. Aquellos cultivos en suelos mal drenados, en los que no se adecuaron con antelación los canales de desagüe u otros medios para evacuar el exceso de agua, o que presentan condiciones físicas que limiten el desarrollo de raíces sufrirán por excesos de agua asociados a un fuerte invierno. De manera similar, en épocas de fuertes lluvias se incrementa la presencia de enfermedades, por lo cual el manejo fitosanitario adecuado es fundamental para preservar la integridad sanitaria de los cultivos en las condiciones referidas”, aseguraron voceros del Ministerio de Agricultura.

En rubros como maíz, arroz, algodón, lechuga, cilantro, tomate, cebolla, arveja y apio, entre otros, hay una mayor susceptibilidad a sufrir daños por encharcamientos e inundaciones, ya que tienen raíces superficiales y otras características propias de estos cultivos, mientras que algunas especies frutales y hortícolas, dependiendo de sus condiciones de manejo, se pueden ver beneficiadas con las lluvias, como también los pastos que incrementan su producción de forraje en invierno, por lo cual la producción ganadera se ve favorecida.

Condiciones en mayo

De acuerdo con el Ideam, desde la primera semana de abril los análisis manifiestan un acoplamiento entre el océano y la atmósfera en una condición ENOS-Neutral, por lo que se puede afirmar la finalización del fenómeno ENOS-La Niña, situación que se mantendría durante los próximos meses, de acuerdo con la proyección de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (Noaa por sus siglas en inglés), con una probabilidad entre el 70% -80%, para el trimestre mayo - julio.

En este sentido, se prevé que mayo presente volúmenes de precipitación por encima de lo normal en Chocó, Antioquia, sur de Córdoba y Cesar, Norte de Santander, suroccidente de Boyacá, Cundinamarca y oriente del Tolima; precipitaciones por debajo de lo normal al norte de Córdoba, centro-norte de Sucre y noroccidente de Bolívar; y precipitaciones muy cercanas a los valores normales para el resto del país.

Con respecto a la temperatura de aire, se prevé anomalías de +/- 0.5°C durante mayo y superiores a +0.5°C para el trimestre completo hasta julio.

En la región Andina, incluyendo el departamento de Santander, las autoridades meteorológicas prevén tiempo lluvioso en toda la región durante mayo.

“Las precipitaciones son abundantes y registran un incremento con respecto a abril. Los mayores valores en promedio, superiores a los 300 mm, se presentan en gran parte del norte de la región en los departamentos de Antioquia, Santander, sur de Bolívar y sur de Córdoba, siendo mayo el mes más húmedo de la primera temporada lluviosa del año en buena parte de esta área, mientras que en el centro, sur y algunas áreas al norte de la región, las lluvias oscilan entre 50 y 200 mm", indica el Ideam.

Al respecto, la Mesa Técnica Agroclimática conformada por el Ministerio de Agricultura, el Ideam y algunos gremios como Fenalce, Finagro, Corpoica, Fedearroz, Fedepalma, Fedepapa, Asocolflores y Conalgodón, entre otras, recuerdan a los productores agrícolas algunas recomendaciones específicas por cultivos de acuerdo al estado del tiempo actual y el clima propio de cada región, específicamente en Santander.

Aguacate: atento con la floración

Acorde con el patrón de lluvias bimodal predominante en la región andina, el incremento en precipitación de este mes coincide con el periodo de floración. Por lo tanto, se recomienda monitorear el cultivo con el fin de detectar zonas de encharcamiento, sobre todo en suelos con altos contenidos de arcilla, con el fin de detectar cambios en la coloración del follaje o zonas de tejido con necrosamiento, con el fin de pedir el acompañamiento de un diagnóstico más detallado por parte de un técnico.

También se aconseja estar atento al patrón de distribución de las lluvias durante este periodo, quizá con la instalación de un pluviómetro, ya que ante la posible manifestación de un incremento en las precipitaciones, se pueden propiciar condiciones para la presencia de enfermedades que afecten al cultivo y en especial, la floración del aguacate.

Frijol: mantener el control de maleza

Los cultivos de Frijol se encuentran en fases que van desde germinación hasta inicio de prefloración R5. Se recomienda el manejo de fertilización y control de malezas que están proliferando por la humedad. Se recomienda aplicación de fungicidas en aquellos cultivos que están llegando a floración y fertilización con fuentes nitrogenadas y con potasio para el llenado de grano.

Palma de aceite: adecuar sistema de riego

Según las condiciones de precipitación previstas para Santander durante mayo no se debería descartar el establecimiento previo de un adecuado sistema de riego antes de realizar siembras nuevas o de renovación de los cultivos de palma de aceite, de tal forma que se pueda contrarrestar algún posible déficit hídrico que llegara a afectar la actividad.

Café: las condiciones de humedad son Favorables

Para las localidades con cosecha principal en el segundo semestre del año y que todavía no han sembrado, las condiciones de humedad continúan siendo favorables para la realización de esta labor. Para aquellas zonas con períodos secos prolongados donde se estén estableciendo cafetales, y con suelos arenosos y franco arenosos (con baja retención de humedad), deben establecer un sistema de sombrío transitorio (tefrosia, crotalaria o guandul).

Para las localidades con cosecha principal en el segundo semestre del año, que realizaron la siembra entre febrero y abril, se recomienda recuperar los sitios perdidos con la resiembra de colinos. Aquellas zonas que tengan sombrío transitorio, hacer las resiembras y el manejo agronómico correspondiente.

Credito
COLPRENSA

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