El comercio intrafirma ronda problema lechero

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
La baja repentina de precios, la no recolección del producto y el no pago de primas de calidad, han sido el pan de cada día de los productores de leche de Colombia.

A principios del octavo mes del 2018, un camión recolector de leche (ellos la llaman ruta) que se produce en unas veredas del sur del Cesar recibió una noticia: solo le comprarían la mitad de lo acopiado diariamente y, además, el precio por litro bajaría $40. Al siguiente día, esa determinación de la empresa mayorista ubicada en el sur del Cesar, fue trasmitida a los productores: no se les compararía sino la mitad del ordeño y el precio ya no sería a $800 por litro (precio de hace 10 años), sino a $740.

Sin tener otra posibilidad, el campesino se vio obligado a ajustarse a esa determinación unilateral.

Pero esa inconformidad no se vivió solo en esa región, sino en buena parte de las cuencas lecheras del país cuando la compañía Gloria Colombia S.A., dueña de las marcas Algarra, Lechesan y California, aduciendo un problema coyuntural del sector y a la “enlechada”, no podía comprar esas cantidades de leche, por lo que decidió suspender la compra.

Para los analistas, esa es la triste historia del sector lechero colombiano, que involucra una producción anual de 6.600 millones de litros diarios (de los cuales solo el 50% lo procesa la industria) que son aportados por más de 400 mil familias en el territorio nacional, y de las cuales, el 50% no tiene más de 10 vacas.

 

Negocio entre ellos

Para Aurelio Suárez Montoya, consultor, analista económico y experto en materia lechera del país, la crisis del sector tiene un solo nombre: los industriales están sustituyendo leche nacional por importada y muestra de ello es que las compras en el primer trimestre de 2018 casi son iguales a las que se tuvieron en todo el 2017.

“Eso es lo que se llama comercio intrafirma; es decir, entre ellos mismos se la mandan. Por ejemplo, los grandes grupos lecheros o multinacionales (están radicados en países muy fuertes a la hora de producir) que han comprado empresas en el país o tienen filiales al interior del territorio nacional, les están mandando a Colombia los excedentes o cantidades que no pueden colocar en otros mercados”.

Para el analista, las importaciones de leche no son para suplir los faltantes de la producción nacional; simplemente, la mandan en polvo para volverla nuevamente líquida o lactosueros y así inundar el mercado local, es una transacción entre ellos mismos.

De la producción nacional, la mitad va al mercado popular que se da en los pueblos y en las poblaciones de la periferia de las grandes urbes. Es el consumo tradicional y artesanal de ese producto, ya que los potenciales consumidores prefieren la leche a la vieja usanza, es decir, directo de la cantina.

“Ese mercado no es atractivo para las grandes empresas y es un segmento que está por fuera de las matrices de comercialización”, agregó.

Suárez Montoya estima que la solución es revisar algunas cláusulas de los acuerdos comerciales suscritos con los Estados Unidos y la Unión Europea, que están avasallando a los productores pecuarios y agrícolas más vulnerables del país. Lo anterior no quiere decir que no vengan por la industria local, que si bien es fuerte a nivel país no lo es frente a una cadena multinacional del continente.

“Cuando escribí el documento sobre la leche y los TLC calcule que en los primeros 5 años entraría el equivalente a 400 mil litros de leche; sin embargo, ya vamos en 700 mil, quedándome corto por lo bajo”, enfatizó.

Según el analista, lo grave es que esos excedentes proceden de países muy competitivos y altamente subsidiados por sus gobiernos, lo que les permite abarcar mercados mediante circuitos internacionales grandes que manejan las multinacionales a través de subsidiarias y filiales, a precios bajos al interior de Colombia.

 

Espacio para crecer

 En una entrevista concedida al diario La República, el gerente General de El Pomar, Nelson Molano, estimó que la industria tiene espacio de crecer y muestra de ello es que invertirán $11.000 millones para triplicar su capacidad de producción.

Frente a la sobre oferta estimó que se debe al fenómeno invernal que ha estado presente durante todo el año.

Respecto a la demanda de leche interna, consideró que “la gran oportunidad está en el desarrollo de nuevas categorías de derivados porque ese consumo, frente a países cercanos a nosotros, es muy bajito. También creo que hay oportunidad de ampliar el consumo de lácteos hacia los estratos bajos”.

Con relación a los nuevos tratados de libre comercio, el directivo de El Pomar dijo que la industria estima que no se deben firmar nuevos y que con los existentes, es más que suficiente.

“Los tratados que existen son suficientes y lo que necesitamos es utilizarlos para exportar”, agregó.

Respecto a Nueva Zelanda como país asociado a la Alianza del Pacífico, dijo que es una seria amenaza para toda la cadena láctea del país.

 

Se acopia más leche, pero es más barata

 De acuerdo con los registros de la Unidad de Seguimientos de Precios de Leche, USP, del Ministerio de Agricultura, en el primer semestre de 2018, el acopio formal de leche se incrementó un 2,3%, frente al mismo periodo del año anterior. Las acopiadoras adquirieron más de 1.726 millones de litros, lo que significó una cifra histórica.

De acuerdo a lo consignado en contextoganadero.com (órgano oficial de Fedegán), del “total de litros acopiados entre enero y junio de 2018, más de 1.433 millones corresponden a la región 1, mientras que más de 292 millones se recolectaron en la región 2. Ambas zonas registraron un incremento con respecto a los datos de 2017”.

Para los analistas, esos buenos resultados en la compra formal de leche tienen como soporte el elevado precio internacional de la leche en polvo entera, cuya tonelada estuvo por encima de los US$3.000 en los primeros 6 meses de 2018.

Además, el buen régimen de lluvias permitió unas mejores pasturas, lo que se traduce en una mayor cantidad del producto en las fincas.

Sin embargo, Óscar Cubillos, jefe de la oficina de Planeación de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, estimó que el haber bajado los pagos adicionales, contribuye a explicar porqué la industria ha podido recoger más leche.

“Hace 2 años, las bonificaciones voluntarias eran mucho más altas. Con el paso del tiempo, la brecha entre el pago sin ellas y con ellas se está cerrando cada vez. Se acopia más leche pero es más barata”, manifestó.

Los expertos esperaban que con la llegada del veranillo entre julio y agosto, la recolección de leche bajara; pero las aguas no se fueron y estuvieron presentes. “A este fenómeno también se suma que el precio internacional de leche en polvo tuvo una fuerte inclinación a principios de julio y pasó de US$ 3.100 a US$2.950 la tonelada”, estimó.

 

Cifra

 2,3% representa el sector lechero colombiano en el PIB nacional y 24,3% del PIB agropecuario. Además, genera más de 700 mil empleos directos en el territorio nacional.

 

¿Sabía qué

De acuerdo con la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, del TLC con Nueva Zelanda deben ser excluidos la leche, la carne y el azúcar, ya que de esos sectores dependen 1.5 millones de personas?

 

Cifra

 5 litros es la media de producción de leche en Colombia; mientras que hay países como Nueva Zelanda que tiene un promedio por vaca de 15 litros a costos muy bajos.

 

Dato

Nueva Zelanda y Australia producen el 41% del total de la leche que se exporta en todo el planeta; además, poseen la logística e infraestructura para llegar a cualquier mercado del mundo.

 

Dato

 Colombia tiene un consumo per cápita anual de 140 litros de leche mientras que en Uruguay es 239 litros, Argentina (200 litros) y Brasil (160 litros).

Credito
REDACCIÓN ECONOMÍA

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