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El psicólogo forense y experto en perfil criminal, Belisario Valbuena, explicó en exclusiva para Noticias Caracol el comportamiento criminal de Gabriel González, papá y asesino del pequeño Gabriel Estaban, a quien asfixió en un hotel de Melgar.
El experto analizó la mente perversa del sujeto, y aseguró que quería ser reconocido por su macabro acto, por lo que “seguramente no va a negar que es el autor intelectual y material”.
En un inicio, Valbuena destacó que el hombre se hizo pasar por un padre normal y funcional, con una actitud alejada del maltrato “por eso no generó ninguna sospecha o alerta en su momento”; la familia destacaba que era amoroso con el niño, un tipo de violencia conocido como “la violencia vicaria, donde se toma al niño, se instrumentaliza para vengarse de su expareja”, en la que se usa al hijo para hacerle daño a la pareja.
“En situaciones extremas como esta, donde el mismo niño se utiliza para ser asesinado y causarle un daño perpetuo a la mamá, que fue lo que se hizo en este caso en particular con la señora Consuelo”, expresó el psicólogo para el noticiero.
En sus actuaciones perversas, “no solamente escribe un chat de forma macabra, sino que da las indicaciones de una USB que había depositado estratégicamente en el baño donde había dado una plata a un familiar por si a él le ocurría algo, donde envía la foto del cadáver del niño, que es algo absolutamente perverso”.
¿Podría quedar absuelto de sus delitos, por temas mentales?
La respuesta del psicólogo en Noticias Caracol es que no. “Nos está diciendo es que aquí no hay inimputabilidad. En términos comportamentales él comprendía lo que hacía y se había autodeterminado, él entendió lo que hizo y lo hizo de forma consciente”.
Además, agregó que quería ser reconocido por el crimen. “El papá en ningún momento utilizó un seudónimo, él quería ser identificado, no temía ser identificado. Él mismo en la primera llamada a que tiene derecho dice ‘llamen a la mamá del niño y díganle que me han capturado’ (…) seguramente no va a negar que es el autor intelectual y material del homicidio de su propio hijo (…) él descaradamente quiere mostrar su obra, quiere ser reconocido con lo que ha hecho de manera perversa, por eso la solicitud de la llamada fue a su expareja”.
Finalizó señalando que Gabriel Gonzales mostró “un comportamiento sádico, quiere causar y hacer mella en el dolor que está provocando, es decirle a ella ‘aquí estoy’ (…) No es empático con en relación con el modo de muerte de su hijo porque una asfixia mecánica es terriblemente torturadora, él no puede decir que el niño no sufrió (…) Es una situación psicopática donde hay falta de empatía, irá contenida, una necesidad de venganza que a él no le importa sacrificar a su propio hijo con tal de generarle sufrimiento a su expareja”.
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