Últimos y sin goles

SUMINISTRADA - EL NUEVO DIA
El clásico del ‘Tolima Grande’ fue para el Huila, que superó al Vinotinto y oro por la mínima diferencia. El elenco Pijao completó 270 minutos sin marcar gol.

Deportes Tolima perdió 1-0 frente al Atlético Huila en el estadio Guillermo Plazas Alcid, de Neiva, convirtiéndose en la segunda derrota del elenco Pijao en tres juegos y conservando el último lugar de la tabla de posiciones con un punto, producto de un empate sin goles ante el Junior.

Los ‘opitas’, con un disparo al arco en 90 minutos de Ronaille Calheira, al 24 de juego, lograron conseguir los tres puntos en su feudo.

Las expulsiones de Leonardo López, al minuto 69, y Julián Hurtado, al 74, sentenciaron el partido para los Pijaos, que sumaron 270 minutos sin marcar en el Torneo Finalización.

De esta manera, y con un punto en tres encuentros, Deportes Tolima ocupa el último lugar del rentado local.

Sin ideas

El conjunto Vinotinto y oro mostró poca productividad en la mitad del terreno, en donde intentó crear Rafael Castillo junto a Leonardo López y Wílmer Parra, porque el socio en la zona de volantes, Félix Micolta, no apareció.

Los ‘chispazos’ Pijaos comenzaron con oportunidades de tiro libre ejecutados por Félix Noguera, quien al minuto 12 y al 18 hizo ‘volar’ a Luis Estacio para evitar la caída del arco ‘opita’.

Los huilenses despertaron y tomaron la posición del balón con la sociedad conformada entre Henry Rojas y Sebastián Hernández.

Y fue así como llegó el gol para los de casa, un pelotazo de Rojas desde la mitad del terreno para Jhonnier González que bajó el esférico ante la pasiva defensa tolimense y entregó a Ronaille Calheira, quien vulneró el arco defendido por Alejandro Botero (24’).

El primer remate a la portería se convirtió en el 1-0 para los locales, quienes se dedicaron a manejar el balón y buscar los espacios que brindaba el Tolima en el medio campo.

Entre tanto, Rafael Castillo intentó echarse el equipo al hombro, pero no halló en Félix Micolta el socio en la mitad del terreno para transportar el balón hacia el arco defendido por Estacio.

El juego, en su primera etapa, cerró con un débil remate de Castillo que picó y complicó al guardameta ‘opita’, quien estuvo atento y alejó el esférico del área.

Manejo huilense

El local saltó al rectángulo de juego para ‘dormir’ el partido, con la posesión del balón y sin peligro en el arco rival.

En tanto que Tolima intentó con el pelotazo y algo de juego colectivo que buscó Rafael Castillo, quien no encontró el socio ideal.

Los 45 minutos de la etapa complementaria rodaron en la zona de volantes, siendo Luis Estacio y Alejandro Botero dos espectadores más.

En el minuto 66 Hernán Torres envió al campo a Darío Bustos por Félix Micolta, de discreta actuación en Neiva.

Pero los Pijaos no encontraron la brújula que los guiara hacia el arco defendido por Estacio, mientras que el Huila se dedicó a ‘pasear’ el balón de un costado al otro.

Los ‘opitas’ atacaron por los costados con Daniel Bocanegra, quien ingresó en múltiples ocasiones por el flanco defendido por Félix Noguera.

Y fue en una de esas ocasiones cuando Bocanegra lanzó el esférico al corazón del área, golpeando en la mano de Julián Hurtado, acción que no vio el árbitro Brayner Escobar, ante los múltiples reclamos de los locales pidiendo la pena máxima.

Tolima ‘entregó’ el partido en cinco minutos, con la expulsión de Leonardo López, quien cometió una falta en la mitad del terreno, vio la tarjeta amarilla, reclamó de manera airada al central y éste lo envió temprano a las duchas, dejando al visitante con 10 hombres al minuto 69.

Cinco minutos más tarde (74’), una acción irresponsable de Julián Hurtado dejó al Vinotinto y oro con nueve hombres, luego de impactar un codazo en el rostro de Ronaille Calheira.

Así las cosas, el estratega ibaguereño ingresó a Dávinson Monsalve por Rafael Castillo (76’) para ocupar el espacio en la zona de zagueros.

Cuando se esperaba la arremetida ‘opita’ sobre la novena tolimense, el conjunto dirigido por Néstor Otero sorprendió con manejo en la mitad del campo, sin profundidad y sin peligro sobre el arco defendido por Botero.

Credito
EL NUEVO DÍA

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