Cómo pasa el tiempo y cómo te extrañamos amigo… Hoy hace un año partió el cóndor hacia la eternidad. #graciascalero. 

Ese es el sentimiento de René Higuita, expresado en su cuenta de Twitter. Y el mismo de millones de seguidores.

Hace pocos días, Hernán Darío Gómez escuchó hablar al hijo de Miguel Calero y, confesó "me dio escalofrío; habla igualito a él". 

Hoy, millones de aficionados de Colombia y México evocan los mejores momentos del arquero en el primer aniversario de su muerte. El Pachuca, club que lo nacionalizó y lo hizo ídolo, programó una misa en el estadio Hidalgo y la develación de un monumento en su honor.

El 4 de diciembre seguirá siendo una fecha aciaga para el balompié, pues ese día Miguelón perdió su lucha contra una trombosis cerebral. 

El show Calero no está de cuerpo presente, pero sí su alegría, sus "locuras" y ese toque especial que forjó como futbolista. "Además de su profesionalismo, a mí me queda el recuerdo de su alegría y positivismo", agrega Bolillo, quien lo dirigió en los Olímpicos y el Mundial.

Hernán dice que jamás olvidará el día que iban de viaje y llegó una auxiliar de vuelo y le entregó una revista. Cuando la abrió, lo sorprendió el mensaje: "Para el mejor, de Miguel Calero". Un detalle espontáneo del guardameta nacido en Ginebra, Valle, población a la que recorrió con su mamá cuatro meses antes de morir.

"Ufff, ese man tenía mucho por enseñar", anota Gómez al expresar la gran pérdida tras el adiós definitivo de Calero.

El exgoleador Jorge Agudelo, con quien compartió seis meses en Nacional, resalta el liderazgo, las bromas y la alegría que contagiaba Calero. "Eso sí, cuando estaba trabajando lo hacía con seriedad, era todo un profesional".

Agudelo, como muchos de sus compañeros, lamentan hoy que Miguel se haya ido tan pronto, aunque en los años que vivió hizo méritos para ser un ejemplo no solo como futbolista, sino como padre, esposo, hijo, hermano y ciudadano.