César Parra y su vida dedicada a los caballos

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
En su corta visita a Ibagué, el jinete César Parra compartió algunas anécdotas en su vida como adiestrador profesional, el mágico momento de Atenas 2004, la falta de apoyo al deporte colombiano y su vida ahora como maestro internacional.

Han pasado 12 años desde que el jinete ibaguereño César Alberto Parra Bautista representó al país en los Juegos Olímpicos Atenas 2004, y dos años desde que pisó por última vez suelo tolimense; esta vez, su visita a la Capital Musical se debió a la celebración del aniversario 55 de matrimonio de sus padres.

Rodeado de su familia en la casa de sus padres, el doctor César Parra recordó la primera vez que le brindó una medalla a Colombia, el porqué de convertirse en ciudadano estadounidense, su opinión sobre los tatuajes y su cambio de odontólogo a domador de caballos.

Cuenta César que volverse jinete, en un país donde poco se practica la equitación, surgió debido al amor que siente por los animales y por su abuelo, quien tenía caballos; él estudiaba en el colegio San Luis Gonzaga, cuando empezó a practica la equitación.

“Siempre me gustaron los animales y quería un deporte que tuviera que ver con la naturaleza; hacer equitación en Colombia es muy difícil, y más conformar un equipo internacional debido a que no hay muchos deportistas, pero si tú eres bueno y te dedicas, muy seguro lo lograrás.

“Y mis papás me educaron a que lo que uno quiere hacer tiene que hacerlo bien; si yo me involucré en el deporte, tenía que hacerlo con dedicación; entonces montaba una hora y terminé montando cinco horas al día, y un día viendo los Juegos de Barcelona, me tracé el sueño de estar en uno de ellos”.

Mientras entrenaba, adelantó estudios en el Colegio Odontológico Colombiano, se graduó en 1982, pero ya estaba más involucrado con los caballos.

Asegura que su constancia lo llevó a ser el mejor adiestrador colombiano y ahora es maestro mundial con su club Piaffe Performance. En 2008, al no tener apoyo para estar en los Olímpicos de ese año, aceptó la ciudadanía norteamericana, donde logró con las ‘barras y estrellas’ ser medalla de Oro en los Panamericanos de Guadalajara 2011, campeón mundial, entre otros títulos.

“La primera vez que Colombia logró una medalla Panamericana en este deporte fue conmigo en Winnipeg, en 1999; por Colombia asistí a dos mundiales, fui medalla en Juegos Centroamericanos, en la Copa Mundo de Las Vegas, y con Estados Unidos en el Mundial de Lyon (Francia), Oro en Guadalajara: son más de 700 paradas internacionales que he ganado”.

Imagen eliminada.

Experiencia olímpica

Sin dudar, César asevera que lo más emocionante en su vida fue estar ante 80 mil personas en el estadio de Atenas, y que siempre le quedaron grabadas las palabras de la alcaldesa de la capital de Grecia, durante la toma de juramento.

“Nos dijo algo como que ‘a partir de este momento ustedes van a hacer algo que jamás le van a quitar en la vida, y es ser olímpicos, un juramento de trabajar en Fair Play, sin trampas y sin dóping’; eso cambia la vida, y la barra de exigencia es alta, la gente aplaudiendo, es impresionante.

“La competencia en sí es pequeña, son 50 caballos, ahora tenemos competencias con 500, pero lo importante fue haber sido parte de ese engranaje. En el mundial de 2006, tener la bandera de Colombia en un estadio para 150 mil personas, también es algo impresionante”.

Después de los juegos, narra el doctor Parra, se dio cuenta de que para estar en un nivel más alto iba a ser difícil por ser colombiano, y en Estados Unidos le dieron la oportunidad de ayudarlo y así deseara seguir con Colombia, tenía que pensar también en su futuro.

Desde hace 10 años fundó su club, en el que entrena a jinetes de diferentes partes del mundo y con el que hasta la fecha ha cosechado al menos 37 medallas en torneos en Canadá, México y EE.UU.

“La mayoría de jóvenes son europeos, el país con poder ecuestre es Alemania, entonces para mí es un orgullo que vengan muchachos alemanes, graduados en maestrías a montar conmigo, a aprender en nuestro establo en la Florida”, cuenta.

Dedicación

Otra parte de su éxito se debe a que siempre pone amor y pasión a lo que hace, dice que su jornada inicia a las 5 de la mañana con llamadas a Europa, toma un café con la esposa y sobre las 8 está en el establo.

“Entreno uno de mis caballos especiales, luego almuerzo algo ligero, descanso unos cinco minutos y trabajo hasta las 7 de la noche; a veces descanso los lunes, competimos 27 fines de semana al año, donde los concursos empiezan desde el miércoles hasta el domingo”.

Finalmente, el jinete tolimense envía un consejo a las futuras generaciones.

“Lo más importante es que sueñen en grande, que es el inicio de la realidad; en mi casa vi la apertura de la olimpiada de Barcelona, era un jinete que no ganaba un campeonato interclub, pero ese día dije ‘voy a ir a una olimpiada. Yo era odontólogo y me aferré a mi sueño, lo planeé, trabajé duro, no me rendí y elevé mi trabajo”.

No le gustan los tatuajes

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Durante la entrevista, se logra ver en su antebrazo izquierdo un tatuaje con los anillos olímpicos y la palabra Only God (solo Dios); al ser indagado por él, sonríe y cuenta la anécdota.

“Estoy en contra de los tatuajes, uno de los requisitos para poder trabajar conmigo es que no quiero ver tatuajes, anillos, piercings y aretes; los pueden tener, pero yo nos los puedo ver, así que los cubren con la camisa y el pantalón, pero había que romper un poco la distancia entre el maestro y el estudiante. Tú puedes creer en Dios, pero si te obligan a bibliazos le coges fastidio, entonces aprendí algo: ‘que tus acciones sean la única biblia que otra persona va a leer, no pegar sino mostrar con actos’.

“Entonces me decían que me daba miedo, que me iba a doler un tatuaje, entonces lo puse en un sitio que no se viera y donde doliera; ya después no me creían y se reían, pero me siento orgulloso de que mis alumnos me crean, y tengo una credibilidad de un 100 por ciento. Si digo que voy a una hora, voy a esa hora, y dije que iba a llegar a la olimpiada y lo hice”.

Credito
ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS

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