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Carrizo revolucionó el puesto de arquero al ser uno de los primeros que salía de las áreas chica y grande a cortar los pases y remates, e incluso armaba contragolpes con su maestría para pegarle a la pelota.
“Se nos fue el gran Amadeo. Mi arquero, mi amigo. Un ejemplo para todos aquellos que amamos el puesto de arquero. Además de lo maravilloso que fue en el arco quiero destacar su grandeza como persona. El mundo River y el fútbol entero llora tu partida. Abrazo del alma al cielo”, escribió en las redes sociales el exguardavalla Ubaldo Fillol, campeón mundial en Argentina-1978.
El nombre de Carrizo quedó ligado históricamente a River Plate, con cuyos colores ganó los campeonatos argentinos de 1945, 1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957 y dos Copas Internacionales, de 1947 y 1955.
Cabe resaltar que la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS) lo designó el mejor guardameta sudamericano del siglo XX.
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