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Desde hace varios días, la instancia olímpica, con sede en Lausana, intenta justificar su posición de aguardar acontecimientos, mientras que el balance de fallecidos por coronavirus se multiplica, con las medidas de confinamiento de la población tomándose en muchos países, afectando ahora a 900 millones de personas.
Desde Estados Unidos la respuesta no ha tardado en aparecer, desafiando la posición oficial de apoyo al COI del Comité Olímpico Estadounidense.
En primer lugar alzó la voz la Federación de Natación, USA Swimming, con el poder que le dan sus 33 medallas, 16 de oro, en los Juegos de Rio 2016.
Exigió el aplazamiento porque sus nadadores no pueden entrenar normalmente, a riesgo de poder resultar infectados o propagar ellos la enfermedad.
Este argumento lo ha esgrimido un gran número de deportistas de alto nivel en el mundo, como la campeona olímpica de salto con pértiga, la griega Katerina Stefanidi, que acusa al COI “de poner en riesgo” su salud.
Durante esta semana muchos deportistas han difundido, a veces con humor, las imágenes de sus entrenamientos, confinados en sus casas, muchas veces con material rudimentario, lo que implica una inadecuada preparación.
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