Sánchez cumplió el sueño de su vida

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
El boxeador tolimense Oswaldo Sánchez jamás imaginó que pudiera pelear en su pueblo natal y asegura que la emoción vivida en el coliseo Balkanes, de Espinal, nunca la olvidará.

La afición espinaluna hizo sentir como en casa a todo al equipo tolimense de boxeo, desde el primer día de competencias: con sus cornetas, aplausos y apoyo incondicional estuvo presente, algo que siempre reconocieron todos los pugilistas.

Sin embargo, había un boxeador en especial al que todo el público quería ver, se trataba de Oswaldo Sánchez, puesto que nació y vivió gran parte de su vida en la ‘Ciudad de la Tambora’.

El público estaba expectante ante la salida de Sánchez al cuadrilátero, situación que se evidenció el sábado horas antes de su pelea por la medalla de oro ante el bogotano Deivis Julio, ya que cada aficionado que entraba al coliseo Balkanes preguntaba “¿a qué horas pelea Oswaldo?, ¡queremos ver al espinaluno ganar el oro!”. Esas eran algunas de las frases emitidas por los aficionados.

Durante su combate, el aliento y fervor de sus paisanos fue inmenso, celebraron cada golpe que le conectaba su rival, así como sentían preocupación con cada puño recibido, al final, Oswaldo no pudo quedarse con la victoria, pero si se ganó el cariño y admiración de sus coterráneos.

Un ejemplo a seguir

Sánchez es uno de los deportistas más sobresalientes que ha tenido Espinal en los últimos años, con la del sábado, ganó su segunda plata en unos Juegos Nacionales, así como muchos otros reconocimientos en el deporte de las narices ‘chatas’.

Por esos logros, Oswaldo quiere que muchos niños vean en él que a través del deporte se puede llegar lejos, que solo se necesita esfuerzo y dedicación.

“El mensaje que dejo a los más pequeños es que practiquen algún deporte, pueden salir adelante, dar bienestar a su familia y sí se puede vivir a través de él”, afirmó.

Otra de las cosas que jamás olvidará este pegador son las emociones que sintió durante esta semana que terminó, ya que nunca imaginó estar combatiendo en unos Juegos en su tierra natal.

“Nunca en mi vida imaginé algo así, de esta magnitud, porque veía que en Espinal no había un coliseo, no había dirigentes que se esmeraran en sacar adelante el deporte, pero para Dios nada es imposible y ya tenemos un coliseo, tenemos un gimnasio, un ring, es algo indescriptible lo que sentí”.

Finalmente, aseguró que esta medalla de plata tiene un valor muy especial.

“Era el sueño de mi vida pelear aquí, frente a mi familia y amigos, doy gracias a Dios por esta oportunidad tan bonita que me ha brindado y agradezco a los espinalunos por ese apoyo, lo guardaré en mi corazón”.

Credito
JUAN CARLOS BLANCO CARDOZO ENVIADO ESPECIAL ESPINAL

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