Lo bueno, lo malo y lo feo de los Juegos Nacionales

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Los que fueron vaticinados como “los mejores Juegos Nacionales de la historia”, culminaron con un marcado contraste entre lo deportivo, logístico, organizativo e infraestructural.

El miércoles 12 de noviembre de 2014, en una visita a Ibagué, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo: “Vamos a tener los mejores Juegos Nacionales de la historia”, y luego, el alcalde de Ibagué, Luis H. Rodríguez, lo repitió, con mayor fuerza.

Pero un año después, tras darse cierre a las justas en el Chocó el sábado anterior, Mauricio Mosquera, gerente de Indeportes Antioquia, aseguró que ocurrió todo lo contrario, a pesar que su región se coronó campeona.

“Podemos decir con mucha pena y mucho dolor que son los peores Juegos de la historia”, sostuvo el funcionario, acreditado para referirse al evento, debido a que los ‘Paisas’ son una de las potencias deportivas de la Nación.

La apreciación del dirigente se relacionó concretamente con la distribución de las disciplinas en 17 subsedes, situación que según él “va contra el espíritu olímpico que es lo que inspiran los Juegos. Cuando uno habla de los Nacionales habla de un solo lugar, con los deportistas concentrados con la posibilidad de que puedan ver otras disciplinas, un encuentro de gente”.

Pero no todos piensan así. Por ejemplo, el director regional de los Juegos Nacionales, Luis Betancourt, manifestó que “a pesar de todo lo negativo ocurrido antes de las competencias, el balance final es positivo. Creo que la organización respondió a las expectativas, porque los atletas se marcharon contentos.

El acompañamiento de Coldeportes en la logística no tuvo quejas, y digo sin temor a equivocarme que el Tolima fue un gran anfitrión. Tal vez acá no se vivió el furor que esperábamos, por el tema del Parque Deportivo, pero en los municipios la respuesta fue genial. Y en el aspecto técnico, todos los equipos utilizados funcionaron de manera perfecta”, dijo.

Además, recordó que “acá los tolimenses son los verdaderos ganadores. Primero los deportistas y entrenadores, porque contarán con indumentaria nueva, incluso de tipo olímpico, así las competencias no se hubieran cumplido en Ibagué, y toda la gente en común también se verá beneficiada, por los escenarios que se podrán disfrutar cuando sean terminados”.

Lo bueno

Entre los aspectos positivos de los Juegos Nacionales en Ibagué se puede resaltar inicialmente el profesionalismo de los atletas y sus cuerpos técnicos, especialmente el de los ‘Guerreros Pijaos’, quienes a pesar de no competir en escenarios culminados, hicieron su máximo esfuerzo para tratar de responder a las expectativas de sus respectivas regiones, y su mayor recompensa es quedarse con la implementación ofrecida por Coldeportes, en el caso de los hijos de la Tierra Firme.

También es de aplaudir el compromiso de los voluntarios, quienes mostraron una cara alegre y con total disposición ante los visitantes y locales, así como los integrantes de logística y seguridad. Eso sí, no faltó uno que otro altercado, respecto al ingreso a los coliseos y canchas, que fue gratuito.

Aunque la respuesta del público pudo ser mucho mejor, es de aplaudir a quienes asistieron constantemente al colegio Champagnat (gimnasia), Coopemtol (esgrima), el Coliseo de la 42 con Quinta (voleibol), las Piscinas Olímpicas (natación y polo acuático), el Tejódromo (tejo), el centro de convenciones Alfonso López Pumarejo (billar) y el estadio Manuel Murillo Toro (arquería y fútbol femenino), donde se cumplió una inauguración sobria, cuando se esperaba un resultado negativo.

Prado, Espinal, Chaparral, Líbano y Melgar merecen un capítulo aparte, toda vez que entregaron sus obras a tiempo, las ofrecieron impecables, ahora son la envidia de muchas poblaciones, y sacaron la cara por la que se suponía debía robarse todas las miradas y aplausos: la Capital.

Lo malo

Por más que se intentó tapar, no dejó de ser incómodo para propios y extraños ver el coliseo Enrique Triana Castilla a medias, las Piscinas Olímpicas adornadas por unas vigas envueltas en telas de colores y el Tejódromo con una panorámica de fondo tan triste y decepcionante como la del Parque Deportivo, convertido en un tierrero, cuando pudo ser el motivo de orgullo de los tolimenses.

No ofrecer el discurso de bienvenida en la ceremonia de inauguración, por temor a las rechiflas, fue una más de las incontables fallas de Luis H. Rodríguez como máxima autoridad de la sede principal de las justas.

Y fue evidente la falta de promoción e incentivos en la capital tolimense para que los habitantes se contagiaran por la fiesta deportiva que se albergó. De igual manera, fueron escasos, por no decir nulos, los eventos paralelos para el entretenimiento y diversión de los foráneos, cuando no tenían que competir.

Además, algunas disciplinas no contaron con mucho acompañamiento de público, sobre todo las poco ‘famosas’, como por ejemplo esgrima, tenis de mesa y arquería.

Lo feo

El Parque Deportivo. El escenario que todos soñaban ver engalanado para mostrarle al país entero que Ibagué no está retrasada y que tiene la capacidad de pelearle a otras ciudades eventos de talla nacional e internacional, fue motivo de vergüenza, así lo hubieran tapado con plásticos y telas.

Se desperdició la oportunidad de vender ante el país una imagen totalmente positiva de la ‘Ciudad Musical’, organizando los mejores Juegos Nacionales de la historia, pues un chance de estos, seguramente se volverá a repetir en otros 45 años.

“Puedo dormir tranquilo”: Director de Juegos Nacionales

Fabio Ramírez, director de los pasados vigésimos Juegos Nacionales, indicó que finalizada la ceremonia de clausura en Quibdó, “volví a sentir hambre. Comí como hace mucho rato no lo hacía, y ahora puedo dormir tranquilo, porque cumplimos con la organización”.

El responsable del desarrollo de las justas manifestó que “desde el punto de vista técnico, todo se cumplió, utilizando una implementación de última generación, la cual dejó satisfechos a los mejores atletas de Colombia.

“La gente al final se fidelizó, los alcaldes y gobernadores se comprometieron, los medios de comunicación, especialmente EL NUEVO DÍA, hicieron un cubrimiento especial y las transmisiones por Señal Colombia fueron impecables”, dijo.

Ramírez aseguró que “Coldeportes le cumplió al Tolima y Chocó, y ambos hicieron lo propio con los invitados a sus regiones. No podemos desconocer que hubo una atmósfera negativa por el retraso de las obras, pero siempre tuvimos fe en sacar adelante las competencias, y así fue”.

Finalmente, aclaró que “ahora el deber de Coldeportes es velar por la terminación de los escenarios pendientes. Para eso están unas pólizas y contratos definidos, y créanme que cuando todo esté listo, el Tolima tendrá una de las infraestructuras deportivas más importantes del país”. 

Credito
RONAL RENGIFO ÁLVAREZ

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