“Agradezco a Dios por una segunda oportunidad”

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
El exfutbolista profesional Diego Fernando Cortés estuvo muerto durante un minuto, pero su fe y sus ganas de vivir lo regresaron a la vida y ahora ayuda a la gente con discapacidad física.

Corría el año 2006, venía de ser campeón del fútbol colombiano con el Deportivo Pasto y su rendimiento era superlativo, a tal punto que los periodistas más influyentes del país le insistían al entrenador de la Selección Colombia, en ese entonces Reynaldo Rueda, que lo tuviera en cuenta en sus convocatorias.

Pero el 18 de septiembre de ese año la vida de Diego Fernando Cortés tuvo un cambio drástico, pues ese día estaba con varios jugadores del Pasto en un lugar recreacional y sufrió un accidente que lo dejo parapléjico.

El exfutbolista estaba en una atracción extrema llamada Canopy, pero el arnés se reventó y cayó a una altura de 20 metros al suelo de espalda, lo que le produjo una fractura en su columna. Al ver esa situación, sus compañeros fueron a socorrerlo para tratar de salvarle la vida.

Cortés habla con naturalidad cuando recuerda ese episodio; antes que lamentarse, agradece a Dios por conservarlo con vida luego de ese fuerte golpe.

“Mientras estaba cayendo al vacío, alcancé a decir ‘Dios, protégeme; hijo mío, te amo’. Y cuando caí, grité pidiendo ayuda y empezaron las lágrimas de sufrimiento por el fuerte dolor que tenía”, narra Diego.

Pese a ser una gran figura del Pasto, Cortés tuvo muchos problemas para que recibiera atención médica, pues en ese momento el club no había pagado la seguridad social ni la ARP; no obstante, SaludCoop, EPS que se liquidó el pasado 30 de noviembre, lo operó sin ninguna contraprestración.

“Estoy agradecido al doctor Bastidas que muy generosamente me operó en SaludCoop, aunque en la cirugía tuve un paro respiratorio por la mala aplicación de la anestesia, los médicos me dijeron que estuve muerto un minuto, pero el doctor Henríquez me entubó, me sacó los líquidos y empezó a revivirme con un aparato.

“Yo alcancé a ver un túnel blanco, en ese instante decía ‘Dios mío no quiero estar acá, dame la oportunidad de ver crecer a mi hijo’, fue tanto el apego a mi hijo que regresé y agradezco a Dios por una segunda oportunidad”.

Su nueva vida

Tras pasar un año en recuperación, Diego Fernando se aferró a la vida; como buen atleta, siguió vinculado al deporte y practicó durante un tiempo el baloncesto, pero hace cuatro años encontró en el tenis de campo con silla de ruedas su nueva pasión.

Cortés disputa los IV Juegos Deportivos Paranacionales representando a Nariño, departamento que quiere mucho a pesar de haber nacido en Armenia, en el que es un destacado jugador.

Además de ser un gran tenista, Cortés ha trabajado por la inclusión social de las personas con alguna limitación, a tal punto que es el Presidente de la Liga de Discapacitados Físicos de Nariño y tiene como objetivo promover los nuevos talentos.

“Siempre he dicho que las cosas pasan para bien, nunca echo la culpa a nadie, la vida me cambió y quería que yo estuviera en una silla de ruedas para ayudar; el presidente (Álvaro) Uribe me eligió el mejor diputado del país (estuvo en la Asamblea de Nariño entre 2008 y 2011) y tengo proyectos para ayudar a personas en silla de ruedas, como dar la inclusión y la igualdad laboral a la persona con discapacidad física”.

Su hijo sigue sus pasos

Diego Fernando no creció al lado de su padre, por lo que su mamá ha sido su heroína, siempre ha estado en los momentos buenos y malos de él y es un gran motor para su vida.

Pero otro de los fuertes motivos de este deportista para aferrarse a la vida fue su hijo, Juan Diego, quien tenía siete años cuando ocurrió el accidente.

Su primogénito sigue sus pasos, en estos momentos milita en las divisiones menores del Deportivo Pasto y actúa en la misma posición del papá: el lateral derecho.

Diego Fernando destaca el talento de su hijo, dice que es una persona responsable, dedicada al fútbol y su propósito es que sea un mejor futbolista que él.

“Mi hijo tiene buenas condiciones para ser jugador profesional, es juicioso, no es un muchacho de salir mucho con los amigos, está enfocado en el deporte para que sea un mejor deportista que yo”, cuenta.

Diego, de 39 años de edad, disfruta la vida al máximo y el próximo año llevará a Juan al fútbol uruguayo para que pueda ser observado por clubes de aquel país; en su paso por el balompié ‘charrúa’ dejó una buena huella jugando para el Liverpool y ahora quiere que su hijo cumpla el mismo sueño que él: ser futbolista profesional.

Su paso por Cooperamos Tolima

Diego Fernando Cortés tiene mucha nostalgia cada vez que viene a Ibagué, en parte se debe a que Cooperamos Tolima fue el primer equipo en el cual actuó. Su presencia en este conjunto fue en 1996, cuando el profesor Jorge Luis Bernal lo trajo como refuerzo para disputar el cuadrangular final en el Torneo de la Primera C.

En esa época, Cortés jugaba en la Selección Quindío y en un partido el ‘Cacique’ puso sus ojos en él para traerlo de refuerzo.

“Bernal me vio en un zonal de Lérida, me dijo que quería contar conmigo y para mí fue una bendición porque mi sueño de ser profesional estaba más cerca y ahí empezó todo”.

Ese cuadrangular para ascender de categoría lo disputaron en la capital nariñense ante el Pasto, Once Caldas y La Equidad; al final, el cuadro tolimense se impuso y se ganó su derecho a estar en la Primera B.

Pero ese logro no lo pudo disfrutar al siguiente año, debido a que sufrió un accidente en motocicleta, en el que se fracturó la mandíbula y su recuperación se dio en Armenia, debutando en el fútbol profesional en 1998 con el Quindío.

Credito
JUAN CARLOS BLANCO CARDOZO

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