Nunca bajó los brazos

RONAL RENGIFO - EL NUEVO DÍA
Daniel Vásquez, el integrante de la Selección Antioquia de Voleibol Sentado que juega sin una mano, en una disciplina donde se creería es fundamental la utilización de ambas extremidades.

Cuando estaba en el vientre de su madre, el cordón umbilical le impidió a Daniel Vásquez que su brazo derecho se pudiera desarrollar correctamente. Por lo tanto, desde antes de nacer se convirtió en un luchador.

Este hecho lamentable evitó que pudiera tener dos manos, pero no que lograra disfrutar de una vida normal, como la de cualquier joven con las dos extremidades, que estudia, trabaja, se enamora y practica deporte.

Consciente de su discapacidad, y como es la constante en la mayoría de pelaos, este ‘Paisa’ comenzó a jugar fútbol desde que tenía uso de razón. No le vio inconveniente hacerlo, teniendo en cuenta que sus dos piernas están en perfecto estado.

Por eso se sorprendió cuando un día en el colegio, cursando sexto de bachillerato, su docente de educación física le propuso que se uniera al equipo de voleibol, para que compitiera nada más y nada menos que en los Juegos Intercolegiados.

“Pensé que el profe se había vuelto loco”, indicó a EL NUEVO DÍA entre risas. “Él me comentó que mi estatura era la apropiada, y que tenía buenas condiciones atléticas. Pero yo le dije que era imposible hacerlo así”, reconoció.

No obstante, el maestro lo convenció. Cambió el ‘chip’, se mostró optimista y con el respaldo de sus nuevos compañeros de disciplina ratificó que las limitaciones solamente están en la mente.

Una familia

“No fue fácil la adaptación al voleibol, pero se generó poco a poco, y de manera positiva, a pesar que un día, en un torneo importante en Itagüí (su hogar), fallé un punto vital que me hizo creer por un momento que había tomado una mala decisión”, recordó Daniel.

Y agregó: “Pero me sorprendió cuando todos mis compañeros se acercaron para darme una voz de aliento. Ese día ganamos el partido, y no volví a dudar de mis capacidades y me alegré por escoger no un deporte, sino una familia”.

Y así lo ha dejado ver en cada compromiso que ha disputado hasta el momento en los Juegos Paranacionales, donde compite con la Selección Antioquia de Voleibol Sentado, en el coliseo cubierto del barrio Ibagué 2000.

“No son colegas, los veo como mis hermanos. Nos aconsejamos, apoyamos y fortalecemos tanto en las buenas como en las malas. Llevamos un proceso de tres años, es un proyecto nuevo y estamos mentalizados en colgarnos la medalla de oro, porque hemos entrenado con enorme sacrificio”, enfatizó el atleta de apenas 17 años de edad.

Imparables

Antioquia marcha con paso firme rumbo al oro en voleibol sentado, toda vez que al cierre de esta edición se mantenía invicta:

Valle 0 – 3 Antioquia

Antioquia 3 – 1 Cauca

Córdoba 1 – 3 Antioquia

Antioquia 3 – 1 Fuerzas Militares

Credito
RONAL RENGIFO ÁLVAREZ

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