El duelo de los frustrados lo cierra el conjunto de Roberto Martínez con una sonrisa. Fue cuarto en México 1986, en la otra ocasión en la que alcanzó una semifinal. Francia le arrebató la honrilla. Ahora, en San Petersburgo, donde padeció tres días atrás su mayor revés en esta competición, logró agrandar sus cifras. Un premio para esta gran generación.
Por segunda vez coincidían en Rusia 2018 ambas selecciones. Las dos sin un objetivo mayor. La anterior, en la fase de grupos, con la clasificación resuelta, para definir puestos. Esta, para salvar el honor. También en aquella ganó Bélgica (1-0)
Roberto Martínez advirtió ya en la víspera de las intenciones belgas. En esta situación, el tercer puesto no es un tema menor. De hecho, nunca Bélgica ha acabado tan alto en un Mundial. El once por el que optó fue una declaración de intenciones. Solo un cambio: Youri Tielemans en lugar de Marouane Fellaini. Thomas Meunier, ausente en la semifinal por suspensión, regresó al equipo.
Revolucionario sí fue la alineación de Gareth Southgate, que introdujo hasta cinco caras nuevas: el central Phil Jones, los centrocampista Eric Dier, Ruben Loftus-Cheek y Fabian Delph y el carrilero Danny Rose.
Bélgica se hizo con el control desde el principio y mediante Thomas Meunier (4’) y Eden Hazard (82’) confirmó su dominio en el juego.
Comentarios