Pasión y prudencia: Las claves del éxito de Dunkin’ Colombia

Suministrada / EL NUEVO DÍA
Crédito: Suministrada / EL NUEVO DÍAMiguel Merino Gordillo, CEO de Dunkin’ Colombia.
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Lo que empezó como una idea de desarrollo familiar, hoy en día cuenta con más de 40 años en el mercado nacional. Son más 1.100 empleados y 200 puntos de venta en ocho ciudades del país como Bogotá, Medellín, Cali, Pereira, Armenia, Manizales, Barranquilla e Ibagué, los que hacen que Dunkin’ Colombia se haya consolidado como una de las marcas líder en el sector de cafetería y panadería, especialmente en los donuts.
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Miguel Merino Gordillo es arquitecto de profesión. Para 1968, recién salido de la universidad, se estableció en Ibagué, lugar en el que inició su vida profesional vinculado a la firma Colsuiza, encargada de ejecutar varios proyectos de urbanismo en la Capital Musical. Sin embargo, por los azares de la vida, su desarrollo empresarial se dio un tanto alejado de la profesión para la que se formó.

De manera casual, pero gracias al deseo de mantenerse informado de manera constante e impulsado por un espíritu soñador que lo ha caracterizado a lo largo de su existencia, hoy en día es el CEO de Dunkin’ Colombia, una marca que vende más de 80 mil donuts diariamente, y que figura con una excelente posición dentro del mercado colombiano. 

 

Tienda número 200

Con una inversión que asciende a los 300 millones de pesos desde equipos como la parte física, Dunkin’, la cadena multinacional de franquicias de tipo cafetería especializada en donuts, celebra la apertura de su tienda número 200 y reporta un crecimiento favorable durante este año.

El objetivo de la compañía es continuar aportando al desarrollo del país, para que Colombia tenga las oportunidades de ingresar al mercado mundial con productos y marcas de excelente calidad como lo es Dunkin’, que el primer semestre de 2022 registró ventas de más de un millón seiscientas mil bebidas de café, entre frías y calientes, y 12 millones de donuts.

 

Preguntas y respuestas

 

E.N.D: ¿Siendo usted arquitecto, qué lo condujo al emprendimiento gastronómico?

M.M: Dentro de mi desempeño en el mundo urbanístico, en algún momento dado, trabajé en la construcción de Unicentro en Bogotá. Esto me abrió los ojos y me pregunté,  ¿si en Bogotá construyen un Unicentro, por qué en Ibagué no construimos un ‘Unicéntrico’?,  y de esta manera surgió la construcción del centro comercial Combeima.

Al construir este centro,  aparte del espacio comercial,  se pensó en la implementación de una zona de comidas, y entonces, apareció mi vinculación con Punto Rojo, un concepto que se estaba desarrollando en el Valle del Cauca,  el cual resultaba muy interesante para la época,  un autoservicio de comidas,  y eso me fue llevando al mundo de los restaurantes. 

 

E.N.D: ¿Cómo se dio ese primer acercamiento a Dunkin’?

M.M: En alguna época fui nombrado gobernador en el Tolima, luego, cuando consideré que había cumplido mi ciclo después de haber estado dos años y medio dirigiendo los destinos del departamento,  decidí que era conveniente ir a estudiar, y viajé a Boston para ello.

Estando estudiando en Boston, mi hermana había comprado una máquina para hacer donas, pero no la usaba y me pidió el favor de conseguir una receta para hacer donas. Pregunté en un Dunkin’ Donuts, dónde quedaba la oficina central, con el ánimo de ayudarle a mi hermana a conseguirle alguna información, con tan buena fortuna de que la casa matriz de ellos estaba en un pueblo que se llama Quincy, el cual quedaba a escasos 30 minutos de Boston.

 

E.N.D: ¿Cuál fue el proceso de implementación de Dunkin’ Colombia?

M.M: De ahí en adelante entré en contacto con Dunkin’ Donuts, con tan buena fortuna que me encontré con que ellos estaban pensando en hacer una fuerte inversión en el mercado internacional, en razón a que los supermercados en los Estados Unidos estaban ubicando panaderías dentro de sus instalaciones, lo cual les significaba una competencia directa, por lo que vieron la necesidad de buscar en el mercado internacional un desarrollo mayor.

Tuve la buena fortuna de estar en el momento apropiado, y conseguimos por parte de ellos su confianza hace 40 años, volviéndonos la representación para Colombia, y dentro de estos 40 años, con paciencia, persistencia, prudencia y ante todo, con  mucha honestidad  hacia el consumidor y a nuestro equipo de trabajo, hoy estamos celebrando llegar a la tienda número 200.

 

E.N.D: ¿De dónde surgió su impulso para la creación de empresa?

M.M: Mi espíritu empresarial es una herencia de familia. La verdad es que mi padre y mis tíos siempre habían sido empresarios. Ellos fueron exportadores de café, y yo nací en medio del desarrollo que ellos hacían con sus negocios con el exterior y de las trilladoras que tenían. Ellos, originarios de Honda, Tolima, formaron la empresa Merino Hnos, consolidando trilladoras en diversas ciudades del país, creo sin lugar a dudas, que eso influyó en mi espíritu empresarial.

 

E.N.D: ¿Aparte de su familia, tiene algún mentor del cual se haya guiado?

M.M: Se podría decir que desde que yo estaba vinculado a la empresa que estaba creando el barrio La Macarena,  Irazú y Las Palmas en Ibagué, Walter Rothlisberger y su hijo, quienes fueron los que apoyaron la idea de construir el centro comercial Combeima fueron un gran soporte.

Le comenté la posibilidad de entrar al negocio de la comida y su fundador y propietario,  el señor Rothlisberger, quien rondaba los 90 años de edad, mantenía su mente siempre lúcida y muy entregado a su empresa, me dijo qué el futuro del comercio iba a estar en tres cosas; la tecnología, el entretenimiento y la comida. También mencionó el hecho que la empresa para la que trabajaba, no estaba en ninguno de esos tres campos. Él me dio el apoyo cuando le mencioné la posibilidad de entrar en el negocio de las comida rápidas exactamente, así inició el proceso de Dunkin en Colombia.

A los Rothlisberger le debo el impulso de desarrollar la idea inicial que había traído desde los Estados Unidos.

 

E.N.D: Los emprendimientos conllevan muchos riesgos. ¿En qué momento tuvo la certeza de que Dunkin’ era viable?

M.M: Yo tengo una característica, y es que más que un administrador, me consideró un soñador, y las veces que viajaba al exterior, observaba cómo los países desarrollados estaban creciendo en su economía y lograban ese bienestar, eso me llevó a ver en la idea mía una oportunidad de futuro.

Luego de mi paso por el Gobierno nacional, cuando fui nombrado embajador por el presidente Virgilio Barco, tuve la oportunidad de ver un informe de Naciones Unidas, en el cual decía que la economía del mundo estaba en este momento en el 43 % en la tecnología, el 42 % en los servicios, el 11 % representado en la industria y apenas un 5 % era agricultura.

Eso me hizo pensar mucho acerca de que nosotros como nación, teníamos que ver cómo diversificamos nuestro espíritu comercial más allá de la producción agrícola. Por lo tanto, más que centrarme en la viabilidad de la idea, creí conveniente impulsar el desarrollo desde otro ángulo.

 

E.N.D: ¿Cuáles fueron las metas iniciales proyectadas para Dunkin’ Colombia?

M.M: Eso fue una cosa muy particular, porque con la información que me dieron en Estados Unidos, en un portafolio que tenían ellos, que habían elaborado para quiénes estaban interesados, yo me encerraba en la oficina en Ibagué, en Colsuiza, a hacer números y entonces me ponía a soñar.

Hacía supuestos de tantos almacenes, cuántos trabajadores debían haber, cuántas donuts se podrían vender. Además, según el informe que tenía,  se decía que por cada 50 mil habitantes se podía tener un Dunkin’ Donuts. Bogotá en ese momento tenía cinco millones de habitantes, yo decía,  se podrían tener 100 almacenes y vender tantos donuts,  entonces se podría ir creciendo, y así, simplemente desde mi posición de soñador.

Simplemente me ilusioné pensando en esa cifras, nunca pensé que realmente podría llegar a eso,  lo hice como una manera para motivarme y convencerme de las bondades que tenía desarrollar el negocio, así como en Estados Unidos, que habían 500 puntos de venta solo en Boston.

 

E.N.D: ¿Si tuviera la oportunidad de emprender de cero con Dunkin’, qué haría diferente?

M.M: Creo que no haría nada distinto, ya que el desarrollo que hemos tenido nosotros ha sido muy prudente, además, siempre con cariño hacia el Tolima, porque después de Bogotá, donde abrimos la primera tienda, la segunda ciudad del país donde hubo un Dunkin’ fue en Ibagué. Esto lo pensé como una manera de retribuir la ciudad que me había dado tanto y que  había sido tan generosa conmigo.

Continuamos creciendo de una manera prudente, cautelosa, para no encontrarnos con sorpresas de desarrollo que uno no pudieran controlar. Así es como hemos ido desarrollando la empresa en estos 40 años, a pesar de que hemos recibido ofertas de extendernos para otras ciudades no nos hemos querido extender más allá de lo que podamos manejar.

 

E.N.D: ¿Qué ventajas le ha traído a la familia Dunkin’ la estrategia de crecimiento cauteloso?

M.M: En la época de la pandemia, qué fue tan sorpresiva, tan dramática para la humanidad, nosotros  tuvimos que cerrar. En ese momento teníamos abiertas 190 tiendas de las cuales cerramos 180,  de igual manera teníamos más de 1.000 empleados a los cuales debíamos apoyar. Esta es una de las filosofías de la compañía, que más allá de la marca, más allá del producto, lo más importante son las personas.

El que los colaboradores siguieran recibiendo su pago estando en sus casas, se convirtió en todo un reto, pero la idea es que se sintieran tranquilos, poderles brindar bienestar a ellos y a sus familias. Pienso entonces, que si nos hubiéramos expandido de forma desmesurada, no habríamos podido afrontar este desafío. 

Dejando de lado el beneficio económico y más aterrizado a la posibilidad de ser organizado, creo que eso es lo que nos ha permitido estar en la posición que tenemos hoy en día.

 

E.N.D: ¿Qué planes a futuro se plantean para la empresa?

M.M: La idea de seguir creciendo pero de una manera racional. Esperamos que en lo que queda de está década podamos establecer otros 50 puntos de venta, aun así, se pudieran crear muchos más, pero creo que para avanzar de una manera sólida debemos hacerlo prudentemente. 

La idea es consolidar la empresa siempre pensando en el beneficio de los recursos humanos que poseemos el cual trabaja no solamente por un sustento sino por el desarrollo del país. No nos anima ningún afán de crecer desmesuradamente, sino tomando siempre las cosas con mucha responsabilidad ante todo.

 

E.N.D: ¿Qué le diría a alguien que quiera crear empresa ahora en Colombia?

M.M: Nunca dejen de soñar, luchen por sus sus sueños y no dejen que se los roben, ya que si uno no los realiza, seguramente otro Sí. Uno siempre debe ser un soñador en cualquier campo. Shakira, Juan Pablo Montoya, James Rodríguez, ellos tuvieron grandes sueños y toda la vida lucharon por hacerlos realidad.

Aparte de esto, les diría algo que siempre les repito a mis empleados; que se informen, porque uno nunca debe dejar de aprender; que tengan pasión, ser apasionado significa estar dispuesto a superar muchas dificultades; que tengan honestidad, ya que es un valor fundamental que genera relaciones de confianza, y cuando la gente cree en uno, es más sencillo alcanzar el éxito.

Y por último, que piensen en Colombia. Este país es un lugar hermoso en el que hay muchas cosas por construir. Debemos dejar atrás todas las confrontaciones sin sentido, tratar de trabajar de manera mancomunada para superar el reto de la ilegalidad que se ha establecido en el país, debemos superar esto para poder desarrollar a Colombia de una manera armónica y feliz para todos.

 

E.N.D: ¿Qué pensamientos le merece el Tolima?

M.M: Yo profeso una inmensa gratitud al Tolima, a Ibagué , dónde me desarrollé en mi juventud y con mi familia, donde me formé, los llevo siempre en mi corazón y creo que en el Tolima nos podemos superar de una manera exponencial al tratarse de un departamento con una posición estratégica, en pleno centro del país, cerca de Bogotá, el gran motor de la economía nacional.

Estamos ubicados en un cruce estratégico que conduce a las principales ciudades. El llamado es para todos los tolimenses, para que hagamos un esfuerzo y pongamos todo nuestra parte para que hagamos de este lugar, la tierra tan importante que fue en el siglo pasado. 

 

“Creo que el Tolima puede desarrollarse de manera exponencial si aprovecha su lugar estratégico en pleno centro del país” Miguel Merino Gordillo, CEO de Dunkin’ Colombia.

 

Dato

Son alrededor de 1.100 empleados los que se encuentran vinculados a Dunkin’ Colombia.

 

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Credito
JONATHAN HERNÁNDEZ PARRA

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