Todos los tolimenses, especialmente al norte del departamento, tienen un familiar, o al menos un conocido, o el conocido de un conocido, que murió en la tragedia de Armero. Por el otro lado familias enteras descienden de un sobreviviente. Por eso no es de extrañar que se le tenga tanto respeto al Nevado del Ruiz.

El 13 de noviembre de 1985 el casquete cuspidal del Ruiz se juntó con unas lluvias torrenciales de varias horas y provocó una avalancha de escombros rocosos y vegetales sin precedentes. Los ríos Azufrado, Lagunilla, Gualí, Claros y Molinos encauzaron y aumentaron su fuerza destructora. Entre 23.000 y 25.000 murieron y la vida del resto del país no volvió a ser igual.

El nevado, los ríos y riachuelos que están asociados a esa tragedia siguen ahí, a la vista de todos, con su imponencia y belleza, como si nada hubiese sucedido.

El Nevado siempre ha estado ahí y probablemente siempre estará, desde antes de que llegaran los seres humanos y después de que nos vayamos todos nosotros - José Delfín Pérez, guía turístico.

Uno de los volcanes más vigilados del mundo

Hace unos días decenas de fake news distribuidas por cadenas de WhatsApp provocaron que se prendieron las alarmas en todo el departamento. Autoridades y medios de comunicación tuvieron que salir a aclarar, con bastante celeridad, la situación actual del Nevado del Ruiz y del Cerro Machín, los dos más mencionados desde hace años por expertos y comités de prevención.

“Una erupción volcánica no se puede predecir. El Nevado del Ruiz está en erupción desde hace aproximadamente 10 años, pero estas erupciones han sido menores y su afectación se limita a caída de cenizas en diferentes lugares”, afirmó el Sistema Geológico Colombiano (SGC) en una comunicación reciente.

Lo cierto, ha agregado la entidad, es que su actividad actual es “mucho mayor que la de un volcán en estado de reposo o con actividad normal”, lo cual indica que sí se contempla como una probabilidad que haga una erupción más grande, pero “esta situación NO es inminente”.

Es tan solo una posibilidad que se contempla y por esta razón se supervisa las 24 horas del día.

Los errores que permitieron que la tragedia de Armero fuera de tal magnitud, también fueron el inicio de la Oficina Nacional para la Atención de Desastres, del Observatorio Vulcanológico y Sismológico Manizales y, en últimas, del monitoreo volcánico en Colombia. Desde entonces decenas de personas dedican sus esfuerzos diarios a su vigilancia.

Con las capacidades actuales, una actividad volcánica que represente un peligro para los seres humanos puede ser advertida con varias horas de anticipación y los planes de contingencia se actualizan sistemáticamente.

El Nevado del Ruiz está en erupción desde hace aproximadamente 10 años, pero estas erupciones han sido menores y su afectación se limita a caída de cenizas en diferentes lugares. - Servicio Geológico Colombiano.

Monitoreo constante

En el país hay cerca de 25 nevados actualmente activos que se encuentran en supervisión y vigilancia permanente. Además, con el paso del tiempo se ha avanzado en el diseño de modelos de comportamiento que permiten obtener alertas tempranas.

“Nosotros trabajamos para que, si se llega a dar una situación, se dé el aviso con horas de antelación para activar los protocolos para que no haya vidas humanas involucradas”, afirmó Julio Fierro Morales, director del SGC.

Aunque la ciencia de los volcanes ha avanzado considerablemente en las últimas décadas, aún es imposible tener precisión sobre una posible erupción, sin embargo, agrega Fierro Morales, “el nivel de predicción nos permite pasar a un nivel de alerta roja cuando hay una posible erupción inminente, pero esto no es el caso del Cerro Machín y en cuanto al Nevado del Ruiz está en erupción, pero es una muy baja su magnitud”.

Según el experto, El Nevado del Ruiz se encuentra en actividad desde el 2012. Que haga erupción es solo una probabilidad, por eso afirmar que va a haber una erupción como la de 1985 no tiene ningún sustento científico.

Puede haber flujos de lava o flujos de piroclásticos, es decir, salidas de piedras y fragmentos rocosos que tienen una inmensa capacidad de daño en algunos kilómetros a la redonda, - Julio Fierro, director SGC. 

Tener al Nevado de Ruiz de vecino

“No todos los visitantes tienen la suerte de ver una erupción del Nevado del Ruiz”, dice el guía turístico José Delfín Pérez. Para él, que conoce cada pila de piedras y cada frailejón de la región, una fumareda del ‘León dormido’ es un respiro: “Esa es la forma de respirar que él tiene. Que deje de tirar gases y ceniza sí sería una alerta”.

El Nevado constantemente está arrojando ceniza y, en ocasiones, los vientos las llevan hasta Manizales, Pereira o varios municipios del norte del Tolima. Ante esto, las autoridades siempre explican que es un aumento de la actividades sísmicas relacionadas con la emisión pulsátil y continua de gases, algo normal en medio de la situación actual.

Subiendo hacia los Termales de La Cabaña y la Laguna Corazón se ve al río Lagunilla a unos cuantos metros. En 1985 ese fue uno de los ríos que transformó una erupción considerable en cuatro lahares que arrasaron con Armero y sus habitantes. 

La zona, a la que se puede llegar luego de unos cuantos minutos desde Murillo, es una de las más bellas del Tolima y un destino turístico muy popular. Como buena parte de su terreno pertenece al área protegida del Parque Nacional Natural los Nevados, el turismo ha ido enfocándose hacia uno que incluya a la comunidad, pues ciertas formas de agricultura y ganadería son prohibidas porque atentan contra la protección ambiental.

“Los vecinos del Nevado ofrecen alimentación, alojamiento o suministros para mejorar la experiencia de senderismo. Es así porque la misma comunidad está vinculada en la salvaguarda y protección”, agrega José Delfín Pérez.

El Ruiz y su zona de amortiguación son territorios de contrastes. Por un lado, está el recelo que provoca su historia, pero por el otro su riqueza y atractivo natural, pues además de ser el hábitat del cóndor de los Andes y otras 27 especies endémicas de Colombia. En últimas, el Nevado del Ruiz es al mismo tiempo un gran tesoro ambiental para el Tolima, pero también un llamado a la cautela, la observación y a la alerta.

Una posible erupción no es inminente, es decir, no está próxima en el tiempo, - Servicio Geológico Colombiano.

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