Una tradición que crece con las llamas

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
Quemar un año viejo el 31 de diciembre es toda una tradición en Colombia, y en el Tolima no es la excepción, tanto así, que una de las mejores fábricas de estos monigotes queda en Ibagué, y esta misma le abrió las puertas a #HechoEnTolima.

En la casa de Graciliano Navarro Monsalve están de pie, entre otros, Juan Manuel Santos, el alcalde Guillermo Jaramillo y ‘Timochenko’; se dan la mano los presidentes Donald Trump y Kim Jong-Un; además de personajes deportivos como Néstor Pékerman, Jimmy Chará y Alberto Gamero.

Nacido en Anzoátegui, Graciliano agradece a Dios por el don que le dio, pues con su destreza para modelar rostros ha dedicado 27 años de su vida a realizar y vender muñecos; asegura que no pasó por ningún instituto o universidad para aprender este arte.

“Mi primer muñeco lo elaboré en 1993 -cuenta- el personaje fue Juan Gossaín, con el que gané un premio en un concurso. Todavía conservo la foto del periódico porque me quedó igualito.

“En ese tiempo los hacía por hobby, pero ahora ya es mi negocio y me ha ido bien, eso sí, para fabricar los 30 que hago todos los años debo empezar desde diciembre; esta vez solamente fabriqué 20, porque tengo un viaje”.

 

Así los elabora

Desde octubre empieza el trabajo de Graciliano, lo primero que hace es irse para las plazas donde venden ropa usada y allí compra los trajes para sus creaciones. Debe conseguir zapatos, corbatas, sacos, pantalones y camisas.

Cuando tiene los elementos, fabrica una masilla especial para modelar (la cual no reveló), recorta una fotografía del personaje a imitar y empieza a tallar lo que será la escultura.

“Lo que más se demora es la cabeza, las hago dos meses antes para que queden perfectas cuando las vaya a utilizar”.

El esqueleto es un armazón de madera, al que le pone un pantalón para empezar a rellenar de papel y trapos, a este le da la forma y luego le cose una camisa para también rellenarla.

Cuando le ha dado la horma, los viste con la ropa adecuada y cose todos los agujeros para evitar que se escape el relleno, los calza y pone accesorios como gorras, pelucas, corbatas, chaquetas, collares o lo que se necesite para contar con el mejor disfraz.

 

¿Y la pólvora?

“Un muñeco de año viejo sin pólvora no es nada, no anima ni una cuadra”, dice Navarro Monsalve. Agrega que durante los años que ha vendido sus creaciones nunca tuvo una noticia de que alguna persona se haya quemado o perdido algún miembro por la explosión de la pirotecnia.

Imagen eliminada.

“Es importante que los adultos sean quienes manipulen la pólvora, que sean responsables y no permitan que los menores se acerquen a ella y mucho menos a quemar un muñeco”, asevera.

Su éxito con los monigotes le ha permitido que estos sean pedidos desde Valledupar, Medellín, Armenia, Cali y otras ciudades como Espinal y Girardot.

“Uno de mis éxitos fue Diomedes Díaz y no fue hecho en diciembre, sino en enero, recuerdo que me llamaron porque necesitaban la figura de este cantante. Cuando lo terminé lo dejé afuera y los que pasaban se tomaban fotos con él.

“Pero lo mejor fue cuando llegó a Valledupar y allá lo exhibieron en una tarima, incluso salió por televisión. Es que mis muñecos son parecidos, no son como los de Cartagena en donde la cabeza la hacen con una media velada y le ponen la foto del personaje. Eso no es un año viejo”.

 

El más difícil

 Al ser indagado sobre el personaje que quiere crear y nunca ha podido, Graciliano Navarro no titubea en decir que se trata del futbolista James Rodríguez.

“Intenté varias veces diseñarlo, pero nunca me dio la figura, me quedaba parecido a una mujer, por ningún lado pude y eso que siempre me ‘mato’ la cabeza para que queden bien parecidos”.

 

Pedidos

 Son muchas las personas que van a su negocio en la entrada al barrio Las Ferias ha pedir que hagan el muñeco con sus caras, llevan las fotos de familiares, incluso de parientes que han fallecido.

“Entre todos estos me acuerdo del político Hernando Álvarez, él trajo una foto y lo hice del pecho para arriba; al otro día llegó la señora a traer la ropa y cuando le mostré la cabeza dijo: '¡Ayy mi calvito, ese muñeco quedó exacto'”, recuerda en medio de risas.

 

Cifra

 170 mil pesos es el costo de cada muñeco.

 

Un homenaje a su hermana

Jaime Tafur es un ibaguereño que desde niño le gustaba ver cómo quemaban muñecos de año viejo, dice que el fin de año era lo más emocionante para él, ver arder los personajes y escuchar el estallido de la pólvora.

Imagen eliminada.

“Mi primer muñeco fue hecho de puro trapo, pero con el tiempo cogí experiencia y ya los sé fabricar con armazón y papel periódico. Yo miro lo que ha sucedido durante el año en lo político y la farándula para guiarme y este año tendré a Martín Elías, Diomedez Díaz y al locutor Gerardo Gómez”.

Este año, Jaime también tiene su corazón puesto en el homenaje que quiere hacerle a su hermana Diana Marcela Tafur, quien falleció hace un mes largo.

“Ella era quien en años anteriores me ayudaba a pintar, me colaboraba, salía en los desfiles en zancos; le gustaba dibujar, era buena con las manualidades; así que quiero hacerle un homenaje”.  

Credito
ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS

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