Los símbolos que identifican al Tolima

HÉLMER PARRA – EL NUEVO DÍA
¿Conoce por qué los colores de la región son vinotinto y oro? ¿Qué significa cada parte del escudo? Y ¿Recuerda que el Bunde de Castilla tiene dos letras?

Desde la época centralista en Colombia, cada estado compartía los mismos colores de la bandera nacional y la única diferencia que existía en el escudo radicaba en que en el centro cambiaba el nombre.

A partir de la Constitución de 1886, los estados cambiaron su nombre a departamentos y desde entonces cada región creó su propia bandera, escudo e himno para diferenciarse. En el caso del Tolima, los colores de la bandera son vinotinto y oro.

Se dice que el vinotinto representa la sangre derramada por los guerreros Pijaos y el oro por la minería. Para Hernando Bonilla, miembro de la Academia de Historia del Tolima, eso sólo son mitos y no tiene nada de realidad.

“Se podría pensar que el oro representa la riqueza minera, pero eso es muy traído de los cabellos. Otros departamentos como Antioquia, Boyacá y Santander también tienen buena minería y no tienen ese color en sus banderas”.

La historia de la bandera

Cuenta Bonilla que en la década de los 50 el deporte popular en la región era el baloncesto. El Tolima contaba con buenos jugadores y para un torneo nacional quería diferenciarse de las demás delegaciones con los colores de su uniforme.

Para ello, los dirigentes viajaron a Bogotá a la Casa Olímpica (la tienda deportiva más importante del momento) y la única vestimenta disponible “que tenían a la mano eran unos uniformes que les habían sobrado a un equipo de Boyacá con los colores vinotinto y oro”, relata el historiador en forma de anécdota.

Desde entonces, poco a poco esas gamas empezaron a calar en todos las ligas identificando deportivamente a la región. Fue tan grande la influencia que hasta el Deportes Tolima adoptó esos tonos en 1956, reemplazando el azul y blanco (copiado del Racing Club de Argentina) que había usado un año antes para su primera participación en el torneo nacional.

Esta transformación de la vestimenta en el equipo profesional fue vital, ya que “el fútbol ganó muchos seguidores y se jugaba en las principales ciudades de Colombia, por lo que la gente empezó a identificar al Tolima con esos colores”, señaló Bonilla.

En los años 60 no sólo lo deportivo se empezó a relacionar con el vinotinto y oro, sino también toda la región, a pesar de que “hasta donde he podido investigar, no he encontrado una ordenanza, un decreto o algo similar que haya establecido que los colores del Tolima sean esos”.

El escudo

A finales del siglo XVIII, Tolima y Huila eran un sólo territorio y se denominaba el ‘Tolima Grande’. Para esos años, se empezó a gestar el escudo para identificar la región, y a pesar de que en 1905 el entonces presidente de Colombia, Raúl Reyes, decidió separarlos por una reforma, ambos símbolos tienen varias similitudes.

Para Bonilla, el escudo es muy completo porque se relaciona bastante con el Departamento y toda su historia. En la parte superior hay un gorro frigio que “es un distintivo del régimen republicano, significa libertad y democracia”.

El ave fénix “es la inmortalidad de la prolongación a través del tiempo. Lo que renace después de morir, como esta ave que se levanta de las cenizas.

“El nevado del Tolima que es nuestro y de allí nace el río Combeima. El laurel que rodea el escudo es una glorificación, siendo un símbolo de nobleza. El color verde es por la naturaleza que tenemos, el azul por la pureza del cielo y el rojo por la sangre derramada de nuestra gente”.

El himno

El Tolima ha sido una tierra de cantores y compositores. La música andina ha sido la identidad de esta región y son muchos los artistas que ayudaron a que esta tierra sea considerada un departamento musical por excelencia.

Como prueba de ello está el Bunde de Castilla, que fue compuesto por el maestro Alberto Castilla en 1914. Esta melodía cuenta con dos letras distintas. Una, la escrita por Cesáreo Rocha; la otra, por Nicanor Velásquez Ortiz.

Para Bonilla, ambas canciones “expresan el alma y el paisaje tolimense. Siempre hubo polémicas para saber cuál es la mejor; para mí ambas son muy buenas”.

La melodía del Bunde contiene una mezcla de bambuco, pasillo y torbellino. Castilla la compuso a base de piano en una tienda (donde actualmente queda la Universidad Cooperativa) ubicada en la esquina en la plaza principal de Espinal.

El historiador explica que el sonido del himno es especial porque “la mayoría de las composiciones de los otros departamentos son marciales y tienen un sonido militar, inspiradas en el himno nacional. En eso se diferencia el Bunde”.

Pese a que la autoría de Rocha es el himno del Tolima, luego de que la Asamblea mediante ordenanza la oficializara en 1959, la letra de Velásquez es la más popular, pues se enseña a los niños en los colegios y es la que se canta en cualquier evento público o privado en el que está presente la región.

Bonilla cree que la letra de Rocha no es muy conocida debido a que “dentro de los estamentos oficiales y cierta categoría social ha calado más la de Cesáreo, pero la más popular y que se ha cantado siempre es la de Nicanor Velásquez. Por eso esta última es la más conocida”.

Letra Cesáreo Rocha

Opaco el llano está,

la garza se fugó

y cándida y rapaz,

la tarde se llevó.

Danzan, vuelan “candilejas”,

brujas en las sombras,

y “el mandingas”, 

“los tunjitos” y “el mohán”. 

Rueda el eco por ahí

de las flautas del palmar,

es que acaban de nacer, 

los bambucos del San Juan.

Y yo les voy a cantar, 

en el bunde inmortal del amor.

Y este canto es para ti,

indiecita hecha dolor

que andas siempre por ahí. 

Letra Nicanor Velásquez

Canta el alma de mi raza

en el bunde de castilla,

y este canto es sol que abraza.

Nacer, vivir, morir,

amando el Magdalena,

la pena se hace buena

y alegre el existir.

Baila, baila, baila, baila,

sus bambucos, mi tolima,

y el aguardiente,

es más valiente y leal.

Soy vaquero tolimense,

y en el pecho llevo espumas,

va mi potro entre las brumas, 

con cocuyos en la frente.

Y al sentir su galopar,

galopa el amor del corazón. 

Pues mi rejo va a enlazar,

las dulzuras del amor,

con la voz de mi cantar.

Credito
JUAN CARLOS BLANCO CARDOZO

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