La salvación está en la agrohomeopatía

Han sido muchas las expectativas que despertó nuestro artículo anterior que titulamos “Agrohomeopatía” y las demandas sobre la ampliación del tema, por ello solicitamos a Radko Tichavsky más información y tuvo la gentileza de enviarnos el artículo que publicamos hoy y nos agregó un texto denominado “Manual de agrohomeopatía”, también de su autoría, que nuestros lectores pueden obtenerlo en www.si

El cambio climático presiona a la capacidad de producción agrícola mundial, avecina nuevos retos para los agricultores, la industria agrícola tradicional prepara variedades resistentes, amplía su capacidad de producir en espacios protegidos, como invernaderos y casas de sombra, e investiga nuevos organismos transgénicos.

 

La alopatía (terapéutica cuyos medicamentos producen, en un organismo sano, fenómenos diferentes de los que caracterizan las enfermedades en que se emplean) agrícola, que encontró su máxima expresión en la revolución verde, aniquila momentáneamente muchas bacterias, virus y áfidos, pero estos se adaptan rápidamente creando resistencias, provocando la necesidad de producir nuevos y más potentes agroquímicos para combatirlos.

 

La agrohomeopatía trata a los síntomas de dolencias en un cultivo, realiza acciones preventivas, pero además puede tratar los traumas que conserva la planta en su memoria biológica, producto de hibridación forzada, traslados a lugares fuera de su hábitat natural o debido a la fertilización exagerada que maximiza al extremo su producción.

 

Los agrotóxicos y los fertilizantes químicos presentan alto contenido químico y baja energía, que aplicados a un organismo este recibirá influencias de baja energía, desequilibrando su energía interna o podrá generar manifestaciones de síntomas. Las sustancias homeopáticas son altamente energéticas y contribuyen al proceso de curación, siendo los organismos sometidos a tratamientos homeopáticos menos vulnerables a las dolencias.

 

La agrohomeopatía basada en investigaciones científicas producidas en los últimos 10 años revolucionó el estancado panorama de la agricultura, sumergida dentro de los lineamientos de la llamada “revolución verde” en varios aspectos. Las diluciones y sucusiones (agitación enérgica por golpes que se hace entre dilución y dilución), dos partes indispensables para potencializar a las sustancias, son elementos poco exigentes en cuanto a la tecnología se refiere, prescindiendo de costosos equipos de laboratorio y aparatos sofisticados.

 

Mientras que la mayoría de los esfuerzos de la biotecnología de hoy se concentra en los organismos genéticamente modificados, la agrohomeopatía se ubica normalmente en el renglón de la producción orgánica y otros sistemas sustentables o alternativos de agricultura como si no se tratara de biotecnología. Hay que señalar que la agrohomeopatía en todo el sentido de la palabra también es biotecnología, y en general una biotecnología eco-armónica mucho más segura en comparación con la industria de los transgénicos.

 

Resultados científicamente comprobados en los cultivos validan su capacidad de modificar al crecimiento, comportamiento de la planta, cantidad, forma de frutos, abundancia del follaje, entre otros, y puede controlar la mayoría de plagas y enfermedades conocidas. 

 

Su bajo costo, si lo comparamos con el de los agentes químicos sintetizados utilizados tradicionalmente en el campo, la califica como una herramienta de positivo impacto social, lo que significa que a la vez modificará a los intereses económicos creados por las compañías productoras y vendedoras de los agroquímicos.

 

Por estas dos razones, es decir por la falta de una teoría generalmente aceptada que sustente a la agrohomeopatía, y porque altera a los intereses económicos creados en el campo, la agrohomeopatía se concentra hasta ahora entre los pequeños productores en sistemas de agricultura alternativa y de subsistencia.

 

Los pequeños agricultores no industrializados difícilmente alcanzan los “beneficios” de la revolución verde, cuya lógica prolongación son los organismos genéticamente modificados. Es decir, los pequeños agricultores utilizan un sistema de producción intensivo en mano de obra cuyo esquema económico no deja margen para la compra de agroquímicos y son forzados a buscar sistemas alternativos de control de enfermedades y plagas. Además, los pequeños agricultores son un grupo de oportunidad para la aplicación de la agrohomeopatía, porque es relativamente fácil de aplicar, incluso en condiciones bastante rústicas.

 

La posibilidad de trabajar con nosodes, plantas y materiales de cada región facilita su aplicación incluso en lugares aislados donde la gente no tiene acceso a una farmacia homeopática o a un laboratorio especializado y facilita hacer preparados homeopáticos prácticamente a partir de cualquier sustancia. 

 

Los cambios climáticos modificarán nuestra manera de abordar a la agricultura: una parte de los cultivos se manejará en áreas protegidas y/o contará con el acceso a las semillas híbridas o transgénicas y utilizará insumos agroquímicos, pero la mayor parte de los agricultores tendrá que adaptarse a las cada vez más cambiantes condiciones climáticas en el contexto de la creciente precariedad económica utilizando herramientas de bajo costo y alta accesibilidad tecnológico-social como es la agrohomeopatía.

 

El éxito de la agricultura y, quizá, de la propia sobrevivencia del hombre va a depender de la rapidez y de la capacidad de adaptación de las plantas y los demás organismos, incluyendo al ser humano, a los cambios. El enfoque alopático basado en el uso de los agroquímicos reduce al manejo de las plantas a la fertilización, control de enfermedades y de plagas y hará a los agricultores y cultivos cada vez más dependientes de las intervenciones del hombre, generando un creciente costo de producción. 

 

Mientras tanto la agrohomeopatía permite tratamientos constitutivos, que actúan con más profundidad sobre los organismos vivos, y permiten estimular la adaptación auto-regulativa de los organismos a las nuevas condiciones sin crear una dependencia de la planta frente a las repetidas intervenciones del hombre o crecientes costos de producción. La agrohomeopatía será, en el futuro muy cercano, una de las herramientas de mayor expansión en el campo, atendiendo sobre todo a las mayorías que no alcancen a acceder a los costos de la “biotecnología verde” y del enfoque alopático en la agricultura.

Credito
RADKO TICHAVSKY

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