Este Universo ha invertido más de 13 mil millones de años en construir lo que tenemos para vivir: plantas, fauna, oxígeno, agua, petróleo, carbón… y mucho más… que estamos intentando destruirlos en un ratico… lo más rápido que podamos.

También creó muchas galaxias, otros sistemas solares… otras formas de vida y es muy probable que otros universos, a donde no podamos llegar los humanos…

Las creaciones más depuradas tienen que ver con la vida misma… y para que siempre fuera mejor, inventó formas de mejorarla con las grandes extinciones… después de los dinosaurios está intentando perfeccionarse con los seres humanos… pero parece que también se equivoco…

Estamos intentando acabar con el petróleo y contaminando la atmósfera; al oxígeno lo volvemos ozono, las plantas verdaderas fábricas de oxígeno las desaparecemos, a las aguas las envenenamos, a los suelos los erosionamos, y nosotros, los más inteligentes, nos perseguimos hasta matarnos…

De pronto lo más lento y difícil fue crear los llamados combustibles y hoy nos matamos por apropiárnoslos para derrocharlos innecesariamente… la leña se acabó, el petróleo está muy lejos, la minería del carbón mata más gente que las guerras, el gas es una mercancía muy escasa… y en medio de todo ello, el oxígeno que fue tan difícil fabricarlo y acumularlo, ya no aumenta, ahora disminuye…

En los procesos de extracción se dividió el mejor producto de las creaciones… unos pocos son los dueños y el resto las victimas… el oro,  el carbón, el petróleo, las tierras raras… tienen todas las patentes para acabar con los humanos.

Estamos en el camino irreversible... al igual que los dinosaurios, que nos dejaron los esqueletos para reconstruir su historia... nosotros  queremos para nuestro epitafio un mensaje para los otros Universos… algo así: “los humanos no fuimos capaces de conservar a Gaia, un planeta tan eficiente y tan bello... casi perfecto… recomendamos a las otras galaxias evitar la creación y uso del dinero”.

Con la adición de 17 mil hectáreas, la Drummond es la mina a cielo abierto más grande del mundo. Entre 1995 y 2007, la Drummond, una sociedad familiar residenciada en Alabama, ha extraído 160 millones de toneladas de carbón de alta calidad del departamento del Cesar.

Está exenta del pago del impuesto de industria y comercio y del impuesto predial, o sea, 10 mil hectáreas desentrañadas de carbón a cambio de una regalía del 10 por ciento a boca de mina que intentó birlar en parte.

Tres dirigentes del sindicato de la Drummond fueron asesinados por paramilitares en 2004 y el crimen no ha sido esclarecido en Colombia.

‘Jorge 40’ fue acusado del asesinato, pero su extradición obstaculizó el proceso en su contra.

Por un esguince de la ley norteamericana sobre piratería en ultramar, la demanda fue acogida por un tribunal de Alabama y la empresa fue exonerada de responsabilidad.

También se recuerdan ataques sistemáticos de las FARC al ferrocarril que utilizaba la Drummond en los años 2000 y 2001, los cuales despertaron el apoyo por la empresa entre las poblaciones conectadas.

El historial laboral de la multinacional es bastante conflictivo, con huelgas en 1998 y 2006. A pesar de precios récord en la historia de la industria del carbón en 2008, la empresa no quiso atender las peticiones del sindicato y éste decretó una huelga que duró sólo seis días.

En su pliego solicitaban que se cumpliera la ley en materia de seguridad industrial a causa de frecuentes accidentes, lesiones y enfermedades, estabilidad laboral (otra vez las cooperativas de trabajo en acción), ajuste salarial por encima de la inflación —que no al precio internacional del carbón— e inversión social que paliara los daños infringidos a los habitantes de los municipios en donde se asienta la mina y los que viven a lo largo del corredor carbonífero.

Es evidente el descuido ambiental de la empresa. El carbón es conducido en tractomulas o en el ferrocarril de trocha angosta con vagones pequeños y se pasa a barcazas que se adentran en el mar Caribe para entregar su contaminante carga.

Cada traspaso y viaje libera mineral pulverizado a la atmósfera que es nocivo para la salud humana, de animales y de plantas.

Se recuerda un paro cívico en La Jagua como reacción a la presencia de enfermedad pulmonar de obstrucción crónica, especialmente entre niños y ancianos que respiran el polvillo negro, algo de lo cual también se quejan los afectados por el tráfico vehicular y de trenes.

El mismo polvillo ha deteriorado la calidad de las playas de Santa Marta y desvalorizado las propiedades que allí se asientan.

El Ministerio multó con 100 millones a la firma American Port Company, filial de la multinacional Drummond, por polucionar las playas alrededor de El Rodadero en septiembre de 2007.

La Drummond anunció recientemente que duplicará su producción hacia el futuro con la concesión que les hiciera el Gobierno de las minas de El Descanso, Rincón Hondo y el Hatillo, 17 mil hectáreas adicionales como premio a su comportamiento ejemplar.

Según el vocero de la empresa, “Colombia tendrá la mina a cielo abierto más grande del mundo y con los estándares ambientales más severos”, reflejando la confianza inversionista en el país.

El Ministro del Medio Ambiente y Vivienda, resaltó en su momento: “La Drummond tendrá que garantizar las más altas compensaciones y estándares ambientales impuestas dentro del marco de la ley para explotar la mina. Estos estándares se tendrán que aplicar en lo sucesivo en toda la industria del carbón”, algo que parece depender más del autocontrol del resto de la industria (El Cerrejón, Prodeco, etc.) que de la propia desidia del Gobierno.