El futuro es la diversidad genética

El volumen y la velocidad de la globalización nos empujan a la pérdida y desaparición de genes y semillas sorprendentes. Plantas que utilizaban nuestros abuelos se están extinguiendo.

Algunas especies que se tenían  para emergencias, para curar enfermedades o sencillamente para días especiales… ya no es fácil conseguirlas… el avance de la agricultura química, de cultivos dominantes, la cacería de genes y el abandono de los campos las ha mandado al olvido.

Nosotros trajimos desde Nariño  semillas de Yacon… las primeras las repartimos entre los campesinos de Cajamarca. Y aunque ha tenido muy buena aceptación,  parece que también será sepultada por la minería del oro… estas son páginas de su hoja de vida.


No necesitamos importar
Cuando tenemos excursiones a las zonas cafeteras del Tolima, nos llevamos en el morral unos ‘‘callos germinales’’ de Yacon.

Estamos en plan de rescate de una verdadera comida nativa, abundante y nutritiva que se acomoda ecológicamente entre los 900 y 3.100 ms. de altura.


En Nariño
Muy recientemente, en las rutas de Nariño le hicimos propaganda a nuestro Yacon o Yacuma, con gran sorpresa y desconocimiento por parte de los campesinos, pero en la medida en que la conversación y alabanzas se prolongaban llegamos a la conclusión de que está en la dieta diaria de ellos bajo el nombre de Jícama y que, además, con las hojas alimentan a los cuyes.  

El Yacon, planta nativa de los Andes, pariente del girasol, con sabor dulce… pero no engorda. El cuerpo humano no es capaz de metabolizar el azúcar de esta planta, por lo cual su eventual utilización en alimentos significaría que los que están a dieta podrían comer mucho más dulces sin pensar en las consecuencias.


No engorda
Con esta perspectiva, al ser un edulcorante natural que no engorda, y sin las dudas en cuanto a la salud humana, el Yacon podría reemplazar cultivos como la caña de azúcar y la fructuosa del maíz en muchos productos, desde galletas a refrescos.

De acuerdo con ese enorme mercado potencial, los japoneses han estado investigando y patentando derivados del Yacon por más de una década. Según Julie Delahanty de Rafi, quien ha hecho el seguimiento de estas patentes, en Japón se están cultivando experimentalmente más de cien hectáreas de Yacon.

La biopiratería
Pero, no todo es gloria. Nos ha llegado información,  desde  2001  del  Rural Advancement Foundation Internacional, en donde se denuncia el escándalo por las patentes de una planta peruana, el Yacon, y cita una serie de saqueos sistemáticos desde el Perú.

Pero después de la incursión de Monsanto, con malas intenciones en el mercado de los genes, con pretensiones mundiales, aplastando  a las razas de maíces nativos,  y hurtándose toda la sabiduría indígena, y aun hurtando semillas nativas de cultivadores europeos, la piratería patentada se apropió de todos los genes del planeta.


Hoy por hoy, podríamos afirmar, que la gran mayoría de las especies nativas, en cada región, ya están patentadas en sitios muy distantes.

Y el Yacon, tolimense por adopción, que ya superó el periodo de adaptación, amerita una campaña  especial  de divulgación y multiplicación.

Blindaje patriótico
Es que  todas las plantas nativas  deberían estar blindadas y protegidas….  Debemos impedir que la historia de los genes del maíz se repita….  Y aunque es otra historia… fue cuando entregamos oficialmente, en ceremonia presidencial,  todos los genes de la razas nativas de Maíz a la Transnacional Rockefeller, genes que sirvieron para construir  genéticamente  todas las semillas de maíz que hoy  se ofrecen en los  mercados y propiciaron la desaparición de los materiales genéticos nativos.   

El Milagroso Yacon
El Yacon o Jícama, planta campeona en la alimentación, milagrosa en su azúcar, casi la perdemos con los españoles y ahora, con el Japón y la fiebre del oro. Hace pocos  años el Grupo Ecológico de la Universidad del Tolima asumió el compromiso de rescatarla y entregarla a los campesinos tolimenses para conocerla, amarla y defenderla, como quien dice, un enamoramiento productivo.

En Colombia su cultivo era clandestino,  con el  auténtico nombre de Jícama, se refugiaba  en el laberinto de la huerta casera andina. Fue necesaria la perspicacia científica de Mario Mejía Gutiérrez, para redescubrirla y valorarla en las chagras de la Bota Caucana. Meticulosamente la llevó hasta su finquita en Pradera Valle, y muy consentida, abonada, hablada (Mario habla con las plantas) y después de mucha observación, cosechada y entregada en buenas manos: Chucho en Río Sucio, Caldas;  Eduardo Calderón en los bordes  de Cali, y por supuesto Mario, son los pioneros en la divulgación y los mejores cultivadores del Yacon en Colombia. Todos nos han aportado semillas vegetativas para plantarlas en el Tolima y un poco más allá.


El Primer conquistado del Yacon en nuestra tierra fue nuestro amigo en Palo Cabildo Aurelio Viviescas, quien es su mejor y mayor cultivador. Hoy por hoy debe tener sembradas más de cien plantas y permanentemente experimenta sistemas de siembra y formas gastronómicas, y siempre en su casa se recibe a la visita con una picada de Yacon crudo.


Un buen día, cuando realizábamos un taller con los Suna Hiscas, en la escuela de Café Orgánico, me aparecí, sin conocer las experiencias de Aurelio, con semillas para cada uno de los cuarenta campesinos matriculados. Y en ese momento se paró Aurelio a explicar las bondades del Yacon, las formas de cultivo y los diferentes platos que ya su familia preparaba. En ese instante comenzó la aceptación y cultivo de la raíz en el Tolima… Hoy es una planta tolimense por adopción.


Excelente alimento
El Yacon pertenece a la familia de las llamadas anteriormente Compuestas, hoy Asteráceas, con nombre científico de Smallantus sonchifolius, una altura de 1.50 mts., raíz fresca con alto contenido de agua, produce un endulzado de nombre inulina, buen forraje perenne con 14-17 por ciento de proteína, un rendimiento de hasta 15 kilogramos de raíz por mata, se comen crudas, cocidas o deshidratadas.

A la Dra. Yolanda Flores, química de la Universidad del Tolima, le trajimos unas pocas raíces y ‘‘callos’’ vegetativos y con ellos se fue al Jardín Botánico a sembrar su propio cultivo y al Laboratorio en donde lleva una investigación avanzada. El estudiante de maestría de Agroecología de la Universidad de Caldas, J. Uriel Hernández Arenas, hizo  su investigaciones  sobre las posibilidades y bondades del Yacon en los Andes centrales.  


Renzo Alexánder García desde la Facultad de Ciencias, de la Universidad del Tolima, hizo Tesis de Grado evaluando niveles de adaptación del Yacon en tres pisos climáticos, y ha obtenido excelentes resultados en la zona cafetera del Tolima. Además,  está empeñado en analizarle  químicamente todas las intimidades al Yacon.

Credito
EL NUEVO DÍA

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