La Palma de Cera

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Me enamoré del Tolima con un cogollo de Palma de Cera en la mano… un domingo de ramos, después de misa, cuando todo el pueblo salía de la catedral con hojas tiernas, con la firme convicción de guardarlas religiosamente durante un año. Hasta la próxima Semana Santa. Los procesos no vienen solos, son decisiones complejas, con sabores cósmicos

Carta a José Tobías, un niño que aún no ha nacido.

(Escrita por Gonzalo Palomino Ortiz y publicada por El Nuevo Día el 16 de marzo de 1999)

“José Tobías: En 1.999 vivimos en una increíble locura, en una actitud ciudadana, aberrante, especialmente de aquellos que están en el poder (y lo seguirán estando), que muy seguramente llevará a la Palma de Cera de los Andes a su extinción. Estamos convencidos de que tú, los niños que faltan por nacer en este siglo, los primeros del próximo milenio y de allí para arriba, no van a tener la oportunidad de disfrutar la belleza de la Palma de Cera en vivo. Por ello queremos contarles cuáles son las bondades de esa planta admirada en Europa y exaltada en Colombia a la categoría de símbolo de la patria.

“Cuando tú y tu generación estén saltando a la dirección del país y escuchen los cuentos del viejo Tolima, con frecuencia mencionarán a una Palma, la más bella del Planeta, que por culpa de sus antepasados recientes, se extinguió. Para que la recuerden con amor, registramos las cualidades del mejor regalo de la Naturaleza al Tolima:

“Por un error del sabio Humboldt, el Tolima perdió la paternidad de la Ceroxilon Quindiuense, que así se llama científicamente. Resulta que en esa época las divisiones de los departamentos no existían, sino que los sitios y territorios tenían nombres folclóricos; y el sabio se refirió al apodo que tenía el “paso del Quindío” por donde atravesaba el Río Combeima: aquí al pie de Ibagué. Después el nombre se extendió hasta más allá de Cartago. Es por ello que la Palma lleva ese apellido pero su origen fue en el Tolima, que siempre ha sido su cuna genética y adaptativa: el Tolima es la única región del mundo que posee bosques de palmas de cera.

“José Tobías, tu eres un enano frente a la palma más alta de esta biosfera, por cuanto en su esbeltez supera los 60 metros y trepa los lugares más altos de la cordillera, tanto, que resistió los fríos y se quedó a vivir en nuestros bosques de niebla, más allá de los dos mil metros de altura sobre el nivel del mar.

“Te cuento, aunque no lo creas, que por su capacidad para producir semillas son los mejores restaurantes silvestres, con comida gratis, para todos los animales del bosque: en época de cosecha llegaba toda la fauna natural a buscar comida directa o indirectamente. Hemos visto osos, dantas, roedores, borugas, ñeques, cerdos de monte, cusumbos y venados curiosos. Igual ocurre con las aves que llegan en un espectáculo maravilloso.

“Pero estos milagros de la evolución están desapareciendo. Cada día que pasa, el vandalismo contra el ambiente es mayor.

“Cada vez que visitamos la Cuenca del río Anaime, pensamos que los niños de hoy, adultos del mañana y en la generación tuya que aún no ha nacido, que no tendrán oportunidad de conocer la palma por nuestra irracionalidad… y nos invade la tristeza:

“Al ver un número mayor de Palmas sin cabeza por culpa de los herbicidas o matamalezas aplicados a los cultivos; en las proximidades de Semana Santa lloramos por las Palmas que morirán cada año para arrancarles el cogollo como símbolo religioso del Domingo de Ramos.

“Al caminar en los potreros que se extienden por las cordilleras salpicados de muchas palmas sin hijos, sin ejemplares jóvenes que las reemplacen cuando mueran.

“Al mirarlas en su lucha por sobrevivir acorraladas por los pinos y eucaliptos de Cartón Colombia, que las asfixian con sus malos olores.

“Cuando en las fincas ganaderas las talan para hacer cercas y construir corrales.

“Y también, cuando las autoridades insensibles a la trama de la vida en el Tolima, nos invitan a volver a votar para nuevos periodos de insensibilidad para con los otros habitantes de la Naturaleza: ellos serán los primeros culpables de su extinción.

“Pero en la lucha ecologista siempre existe una esperanza: aún podemos hacer algo con los niños de hoy… en beneficio de los niños de mañana… los invitamos a participar en la salvación de la Palma de Cera de los Andes con cartas a las autoridades locales, para rogarles que impidan la masacre de las Palmas en esta Semana Santa.

“José Tobías y su generación les agradecerán su solidaridad para con el entorno del futuro”

Credito
GONZALO PALOMINO ORTIZ OBSERVATORIO AMBIENTAL EL NUEVO DÍA

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