Medicina Tradicional

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Los Ingas, comunidad indígena del Valle del Sibundoy, mantienen viva la tradición médica cuya terapéutica curativa se basa en el uso de plantas. Hay evidencia de que han amalgamado a su medicina principios médicos hispánicos y de otras comunidades indígenas, así como el uso de plantas de diversas regiones del país y principalmente el intercambio con comunidades de la selva amazónica

“Al suroccidente de Colombia, en el valle de Sibundoy, a una altura de dos mil msnm viven los indígenas Inga. Los Ingas, sobre todo los mayores, habitan en las lomas, dispersos en casas rodeadas por las chagras que conforman 18 veredas. El resto de la población se concentra en la cabecera municipal de Santiago. El paisaje del valle de Sibundoy y de las lomas circundantes está dominado por potreros para la cría de ganado lechero y en algunas zonas se encuentran extensos cultivos de maíz. Antiguamente la mayor parte del valle de Sibundoy estaba cubierto por bosques y por grandes pantanos con juncos, que, durante este siglo, con el fin de ganar tierras cultivables, se les realizó un proceso de desecación. Hoy día encontramos algunos pocos dispersos (Bello, 1987). El área agrícola se concentra en el municipio de Santiago y Sibundoy donde hay un mayor porcentaje de asentamientos indígenas. Algunos Ingas conservan aún la chagra tradicional (policultivo multiestrata), en tanto que otros han adoptado los monocultivos y la cría de ganado lechero.

Como una importante actividad económica figura el comercio de plantas, de productos medicinales como purgantes, jarabes, pomadas, riegos, etcétera. Y la práctica de su medicina. En general venden sus productos en ciudades como Cali, Buenaventura, Bogotá, Cúcuta, entre otras.

Entre los Ingas del municipio de Santiago, parteras, tocadoras y yerbateras solucionan algunos de los problemas de salud que se presentan en los niños, en estados del ciclo de vida femenino que requieren de cuidado especial como el embarazo, parto, puerperio, lactancia y enfermedades para las cuales encuentran solución en los remedios vegetales.

Las Plantas medicinales

El uso de plantas medicinales como terapéutica curativa resulta del conocimiento del medio ecológico, de la capacidad simbólica que se tiene para volver el medio el escenario cultural, así como del intercambio de saberes y remedios debido a los procesos históricos y a los contactos culturales.

Durante el dominio de los españoles se dio un complejo proceso de integración de sistemas médicos. Los sistemas médicos indígenas correspondían como el sistema médico español a una determinada concepción del mundo, con unas prácticas socialmente validadas que fueron parcialmente adoptadas por ambas culturas.

Herencia hispánica

Los españoles traían consigo médicos y remedios; contaban con el cuerpo teórico que explicaba el origen de la dolencia, el diagnóstico y la cura, resultado del momento científico y técnico europeo; mezcla de ciencia, escolasticismo y magia medieval, así como de múltiples contactos culturales principalmente con el Mediterráneo y Medio Oriente. Sin embargo, desconocían el medio ambiente americano y su medicina era insuficiente para sanar las nuevas enfermedades, así que para sobrevivir tuvieron que valerse del recurso médico nativo. La famacopea hispánica se vio enriquecida por la nativa y las terapias eran ibéricas en sus principios e indígenas en sus medicamentos. El mal de ojo, el principio de frío y caliente y muchas plantas traídas de Europa y de origen asiático, chino o hindú, que fueron utilizadas en la farmacopea vegetal por los españoles, son algunos ejemplos de la herencia hispánica. (Gutiérrez de Pineda, 1985).

Especies importadas

Algunas plantas utilizadas actualmente por los Ingas en la terapéutica curativa no son americanas como el sauco (Sambucus mexicana), la manzana (Malus pumila) el apio (Apium graveolens), la hortensia (Hydrangea opuloides) de origen asiático, el toronjil (Melissa officinalis) europeo, el clavo (Eugenia clorophyllata) de Molucas y Filipinas, el anís (Pimpinella anisum) de Asia menor, Grecia y Egipto entre otras. Sin embargo, se desconoce quién las introdujo al valle de Sibundoy (colonizadores, sacerdotes, criollos, mestizos o colonos), y si el uso fue atribuido por los españoles o por los indígenas una vez conocieron las plantas.

Actualmente, existe una variedad de plantas utilizadas por los Ingas, incorporadas a su sistema médico traídas del pie de monte y llanura amazónica, del páramo de Bordoncillo, de los andes peruanos y ecuatorianos, de la región andina colombiana y de las tierras bajas de La Guajira. Así mismo compran algunas hierbas, utilizadas en la medicina popular, en las plazas de mercado de Pasto, Cali y Bogotá principalmente. Las plantas son secadas en bolsas de papel y posteriormente se utilizan en la preparación de jarabes (Giraldo-Tafur, 1998).

Un jardín nativo

Ejemplo de lo anterior lo constituyen las plantas traídas de los alrededores de Mocoa, Yunguillo, Villa Garzón (Putumayo), como la caraña, la cuasia (Cuassia amara), el coquindo (Aspidosperma Album), la vainilla (Vanilla sp.) y la acacia de la India. Algunas son compradas en Buenavista resguardo Siona en el bajo Putumayo como el tigreguasca, la chuchuhuasa (Maytenus laevis), el chiricaspi (Brunfelsia grandiflora), el copal (Protium sp.), el ámbar (Tetracera sessilliflora), y su uso es el mismo que le dan los indígenas sionas y los cofanes. Así mismo utilizan plantas originarias de los Andes peruanos y ecuatorianos como el chilacuán (Carica pubescens), de La Guajira y Maracaibo como el tachi y otras originarias del páramo de Bordoncillo como raíz de China (Dioscorea vellosa), biwinja, chaquilulo (Thibaudia pichinchensis), chichaja (Gaultheria insipida) y el conejo guasca que lo consiguen a la orilla del Balsayaco. Algunas plantas como la esponjilla (Luffa operculata), la flor de ánima (Tagetes sp.), el yagé (Banisteriopsis sp.) de clima cálido han sido adaptadas por los Ingas al valle de Sibundoy así como la guayabilla (Ugnis sp.) traída del páramo (Giraldo-Tafur 1998).

Entre los terapeutas tradicionales del Putumayo llamados “Taitas” se utiliza el yagé (Banisteriopsis sp.) planta propia de la selva húmeda tropical, cuyo uso fue inicialmente practicado por las comunidades de la selva amazónica occidental, sionas y cofanes principalmente, y hoy día hace parte del procedimiento curativo de Ingas del alto Putumayo, quienes compran el remedio a “Taitas” del bajo Putumayo, logrando los mismos efectos curativos que sus precursores”.

Bibliografía

Academia Colombiana de Ciencias – Investigación de Campo - Clara Giraldo Tafur-Antropóloga, Organización Yuluh Airú e-mail: jpinto@multi.net.co

Bello, J.V.1987. 20 años del valle de Sibundoy, Himat; Ed. Arfo Ltda.; Bogotá

Gutiérrez de Pineda, 1985 Medicina tradicional de Colombia. Magia, religión y curanderismo. U.N, Colombia. -Giraldo-Tafur, 1998. Medicina tradicional de la mujer Inga y su aplicación en la asistencia en salud. Minsalud, Colombia.

Credito
GONZALO PALOMINO ORTIZ OBSERVATORIO AMBIENTAL EL NUEVO DÍA

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