Ciempiés más grande del mundo es colombiano

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Se trata del Scolopendra gigantea, que mide 24 centímetros, tiene un colmillo venenoso detrás de la cabeza y habita en la Costa Atlántica, entre Colombia y Venezuela.

Este organismo es uno de los ocho mil ejemplares que conforman la Colección Miriapodológica (milpiés y ciempiés) del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional, la más grande y representativa del país, con 25 años de existencia.

El Scolopendra gigantea es un ejemplo de la gran diversidad de familias, géneros y especies que tiene Colombia y que, según el profesor Eduardo Flórez, del ICN, es un tesoro que aún está por descubrir.

“Cuando se consiga dilucidar taxonómicamente la identidad de estas especies, el país va a ocupar el primer lugar en cuanto a su número, no solo a nivel neotropical, sino mundial”, afirma el profesor Flórez.

Por el momento, Brasil cuenta con seis órdenes, Colombia tiene nueve y México ocupa el primer lugar con 15.

Según el experto, la importancia ecológica de estos bichos radica en que, por ejemplo, la mayoría de especies consumen material biológico en descomposición, como la hojarasca, además de bacterias y hongos. Este material, al ser ingerido por los milpiés, acelera el proceso de reciclaje de los nutrientes del suelo.

Los ciempiés son de hábitos depredadores y se alimentan de pequeños invertebrados, principalmente insectos, con lo cual contribuyen al equilibrio ecológico del suelo.

A pesar de su nombre, los ciempiés pueden tener 15 pares de patas y hasta 170 en total; mientras que los milpiés poseen desde 12 pares hasta 375 y, a diferencia de los primeros, no eliminan veneno por medio de “colmillos”, aunque en varios segmentos corporales expelen sustancias odoríferas como método de defensa, las cuales normalmente no causan efectos en el ser humano.

Aunque el profesor Flórez es considerado un aracnólogo, ha trabajado toda su vida con miriápodos y uno de sus intereses es el desarrollo de esta línea en Colombia, pues prácticamente no se conoce nada sobre tales organismos en el país.

Por lo tanto, el docente creó en el 2013, junto con Daniela Martínez, estudiante de la Maestría en Bióloga de la Universidad Nacional, el Grupo Colombiano de Miriapodología, a través del cual se imparten cursos especializados en esta área. En el más reciente participaron tres profesores colombianos, dos brasileños y uno mexicano.

Precisamente, Martínez realizó una investigación acerca de una especie de milpiés, el Psammodesmus bryophorus, que contiene musgo en su dorso. “Se trata de una relación de mutualismo, pues el musgo amplía su rango de distribución mientras el milpiés permanece camuflado y evita que sea fácilmente visto por depredadores”, explica la investigadora.

Sus estudios buscan determinar la fisiología y modo de vida de este artrópodo, así como analizar la composición química de su cuerpo para explicar la presencia de musgo sobre ellos.

Este milpiés fue hallado en una salida de campo a la Reserva Natural del Río Ñambí, en el departamento de Nariño, sitio que se caracteriza por tener un gran bosque húmedo tropical.

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