Crecen la reprobación y la deserción escolar en el Tolima

Los datos sobre eficiencia interna en cuanto a reprobación y deserción escolar se conocen, casi siempre, con un año de atraso. Porque se recolectan con los formularios de la matrícula del año siguiente. De ahí que sólo en el curso de la semana anterior se han divulgado los correspondientes a estos dos indicadores sobre eficiencia interna en el Tolima, en el año 2009.

Hay datos alarmantes que debieran poner en alerta roja a todos las personas que tengan que ver con el sistema escolar en nuestro Departamento. Un primer hecho es que los datos de reprobación  o “pérdida del año”, como se le conoce popularmente, son de mayor volumen que el de desertores. Otro hecho es que el total de estudiantes que reprobaron y desertaron en el año 2009 llegó a la cifra escandalosa de 43 mil 52, indicador de la alta ineficiencia interna del sistema escolar tolimense. Esa cifra se desagrega en 23 mil 191 estudiantes que reprobaron (7.4 por ciento) y 19 mil 786 que abandonaron las aulas (desertaron) durante el año escolar (6.3 por ciento).

No es nada bueno que de cada 100 estudiantes matriculados  aproximadamente 14 reprueben y deserten durante el año escolar en los niveles educativos de preescolar, primaria y secundaria, establecimientos educativos oficiales y privados.

En relación con estos dos fenómenos escolares, la situación es más grave en los 46 municipios no certificados, en los cuales la Gobernación tiene la responsabilidad y competencia para administrar los recursos que la Nación transfiere para el gasto educativo.

En los municipios no certificados la reprobación fue del 9.2 por ciento (18 mil 198 estudiantes reprobados) y la tasa de deserción fue del 7.4 por ciento (14 mil 693 desertores) en 2009.

En 2010, con la vigencia del nuevo decreto 1290/09, sobre evaluación y promoción de los estudiantes, estas cifras son aún mayores: Una mortalidad académica del 15.8 por ciento en los 46 municipios no certificados, equivalente, en números absolutos, a 37 mil estudiantes que reprobaron o desertaron el año pasado. En estos nuevos datos, los reprobados también están por encima de los desertores, con cifras alarmantes: 20 mil 517 reprobados (tasa de reprobación del 8.76 por ciento) y 16 mil desertores (tasa de deserción del 7.06), sin contar en esta última cifra a los estudiantes “trasladados” que fueron 10 mil (4.56 por ciento).

En Ibagué, tanto la reprobación como la deserción son relativamente menos graves. Durante el año escolar 2009 reprobaron cuatro mil 993 estudiantes (4.3 por ciento) y desertaron cinco mil 93 estudiantes (4.4).  El problema está en que nuestra capital aporta el mayor volumen de desertores  y reprobados, por tener una mayor población estudiantil matriculada.

Grave es que la reprobación, que genera repitencia,  abandono de las aulas y matrícula a extraedad, haya crecido en el año 2009, cuando todavía no estaba en vigencia el nuevo decreto 1290/09 sobre evaluación y promoción escolar. Y más grave aún, que se haya incrementado al entrar en vigencia el citado decreto, en el año 2010.

Los niveles educativos de educación secundaria y media (grados sexto a undécimo) son los que aportan el mayor volumen de reprobados y desertores, a pesar de ser la primaria la de mayor número de estudiantes matriculados.

Campeones de la mortalidad académica
Por primera vez, la Secretaría de Educación de Ibagué ha puesto en circulación un boletín estadístico con datos sobre matrícula, docentes y eficiencia interna en las instituciones educativas oficiales y en los colegios privados de la ciudad.
Felicitaciones para el secretario de Educación, Enrique Váquiro Capera, para el director de Cobertura, José Francisco Clavijo, y para Sandra Lucía Urrego, del sistema básico de información.

En estos datos, desagregados por establecimientos educativos, encuentro que en los colegios privados la deserción y reprobación son bajas. Que, por lo menos hay dos instituciones educativas oficiales campeonas de la reprobación y deserción escolar: la Antonio Reyes Umaña y Estado de Israel. Habrá que levantar la tarjeta roja para ambas. Porque en la IE Antonio Reyes Umaña la mortalidad académica (sumatoria de la reprobación y deserción) llegó a ser del 24 por ciento en la secundaria y media, del 20.6 en preescolar y del 17.6 por ciento en primaria. En la IE Estado de Israel, la mortalidad académica equivale al 39 por ciento en secundaria y media, del 24 en primaria y del 8.7 por ciento en preescolar, datos que debieran suscitar muchas preguntas y reacciones en la comunidad educativa de estos establecimientos educativos oficiales.

En cuanto a los municipios no certificados, la mirada se debe dirigir hacia Rioblanco, Cunday y Cajamarca. Porque en Cunday, por ejemplo, la mortalidad académica fue del 32 por ciento en secundaria y media y del 25.7 por ciento en primaria.

Credito
Luis E. Chamorro Rodríguez Especial para el Nuevo Día

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