La educación, cuestión de vida o muerte

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
A través de un decálogo, se entiende porqué la educación constituye un aspecto esencial y transversal en el total desarrollo de cualquier nación o comunidad.

Mucho se ha escrito sobre las razones por la cuales la educación es una condición necesaria aunque no suficiente para lograr el desarrollo económico y social de los países. Los economistas lo hacen desde su perspectiva para decir que a mayores años promedio de educación de los habitantes de un país o región, habrá mayor crecimiento económico. En consecuencia, la inversión en educación debiera ser prioritaria.

Pues bien. Hace pocos días (octubre de 2013), la Unesco puso en circulación el documento “La educación transforma la vida”, elaborado por expertos contratados por la organización para traducir e interpretar resultados de “Educación para Todos” en el mundo.

El documento breve da una mirada un poco distinta sobre las razones por las cuales se debe incrementar la escolaridad en cualquier lugar. El análisis se centra en los aportes que la educación hace para el mejoramiento del bienestar de las personas y los pueblos, más allá del crecimiento en los ingresos económicos y la rentabilidad.

Son 10 razones por las cuales “La educación transforma la vida” y, la primera de ellas es porque es “una cuestión de vida o muerte”.

Es cuestión de vida o muerte ofrecer más educación a las personas, porque “las madres que han recibido educación tienen menos probabilidades de morir en el parto” y es un medio para mejorar la salud de los niños. Si las madres tienen por lo menos educación primaria, la posibilidad de que las ellas mueran en el parto se reduce de 210 a sólo 71 muertes por cada 100 mil madres en tal situación. En el mundo, cada año se podrían salvar 189 mil madres.

2. “Un nivel más alto de educación reduce las defunciones infantiles”; con más educación, se puede salvar la vida de muchos niños.

Si las madres tienen primaria, las muertes infantiles se pueden recudir en un 15 por ciento, pero si tienen educación secundaria (bachillerato), se puede salvar un 49 por ciento niños, equivalentes a unos tres millones en el mundo, cada año, según datos de 2011.

Porque se reduce la muerte por neumonía, por diarrea y otras enfermedades prevenibles.

3. “Un nivel más alto de educación de las madres contribuye a mejorar la tasa de supervivencia de los hijos”, de ahí que lo recomendable es educar prioritariamente a las mujeres. Eso es rentable económicamente para los países.

4. La educación aleja el hambre de los hogares pobres. La educación formal de las madres, mejora la nutrición de sus hijos, saben que deben comer para sobrevivir.

5. La educación reduce las diferencias salariales entre hombres y mujeres. Se sabe que a la mujer se le exige un mayor nivel educativo si desea tener un mejor salario. A mayor nivel educativo de las personas, generalmente corresponden mejores salarios.

6. “La educación aumenta las oportunidades de empleo de mujeres y hombres”.

Porque hay mayores oportunidades de empleo para quienes tienen mayor nivel educativo.

Además, la educación ayuda a los hogares “a escapar de la pobreza”.

La educación capacita a las mujeres “para vencer la discriminación”, les permite conocer sus derechos.

7. La educación “disminuye los matrimonios precoces (de mejores de 15 años), también disminuye la maternidad de adolescentes. Se reducen en un 64 por ciento los matrimonios precoces si los adolescentes tienen por lo menos educación secundaria.

8. “La educación aumenta la tolerancia”, acrecienta el amor al prójimo, aumenta en un 47 por ciento la tolerancia sobre personas de razas diferentes; hasta un 32 por ciento la tolerancia sobre personas homosexuales.

9. La educación contribuye al crecimiento económico, “genera beneficios de productividad que potencia considerablemente el crecimiento económico”.

10.- “La educación puede salvar el planeta”, porque potencia la preocupación por el medioambiente.

En fin, queda aquí este nuevo decálogo que debiera obligar a poner la mano en el pecho a quienes tienen el poder.

Sigo a la espera del día en que pueda registrar en mis escritos semanales, que por fin he encontrado un mandatario o un político elegido o en trance de serlo, que asuma la educación como bandera y que obre en consecuencia durante la campaña electoral y después de ella, si accede al poder.

Credito
LUIS E. CHAMORRO RODRÍGUEZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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