LUIS E. CHAMORRO RODRÍGUEZ

ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

En el discurso de posesión, el presidente Juan Manuel Santos planteó seis metas ambiciosas para el sector educativo. Sea lo primero decir, que, por fin, la educación se incluye como uno de los tres ejes prioritarios en las propuestas de gobierno para el nuevo cuatrienio de gobierno nacional que comenzó el 7 de agosto de 2014.

Son seis grandes metas y retos, para desarrollar la idea de que Colombia sea “el país más educado de América Latina en el 2025”. La primera meta es la de incrementar la asignación presupuestal para educación, de tal manera que supere la inversión de la seguridad y la defensa. “Eso no se había visto en el pasado” y es lo primero que nos crea un hálito de esperanza a quienes no interesa lo educativo.

Una segunda meta es “asegurar la cobertura universal de atención de la primera infancia”, para los niños desde su nacimiento hasta los cinco años a través de la estrategia “De cero a siempre”, que ya está en marcha. Se presume que tal meta incluye la atención educativa a niños de tres a cinco años, en los grados de preescolar de prejardín, jardín y transitorio. Advirtiendo que los dos primeros grados de prejardín, en el momento, no tienen garantizada su financiación estable y permanente porque está supeditada a un crecimiento del PIB por encima del cuatro por ciento. El preescolar genera como efectos, mayor escolaridad, permanencia y logros educativos de los infantes que cursan este nivel educativo.

La tercera meta está dirigida a los docentes para que “nuestros maestros sean los héroes de nuestra sociedad”, según lo dicho por Santos.

Y ojalá sea así. Porque por ahora son palabras y buenas intenciones. Incluye mejorar los ingresos salariales de los docentes, ofrecer mayores oportunidades de formación e incentivar a los mejores bachilleres para que estudien para ser docentes. El estudio “Tras la excelencia docente” (2014), de la Fundación Compartir, da ideas concretas sobre cómo lograr estos propósitos.

La cuarta meta es la de continuar la gratuidad educativa, tal como ya se viene haciendo para todos los niveles de la educación básica y media. Incluye el propósito de mejorar la calidad y la intensidad en las horas de estudio, “retomando gradualmente la jornada completa” como ya se hace en 200 municipios colombianos. Es quizás la meta que exige mayor inversión financiera de ahí que, posiblemente se opte por la “jornada extendida” y no por la jornada completa o jornada única de la cual habla el Presidente.

La quinta meta es la de mejorar el acceso a la Educación Superior y la sexta es la de potenciar las ofertas de formación para el trabajo que hace el Sena. “Mantendré y cuidaré el Sena, como la joya de la corona”, dijo Santos.

Y es consecuente con ello al nombrar a Gina Parody como Ministra de Educación, siendo ella la anterior Directora del Sena.

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Meta en Educación Superior

En este corto espacio, es difícil hacer un mayor desarrollo de estas propuestas de gobierno. Comienzo, entonces con la quinta meta relacionada con la Educación Superior.

El propósito en cuanto a Educación Superior es el de seguir creciendo en cobertura, más allá del 46 por ciento de 2014, según lo dice el presidente Santos. Se subsidiará la demanda de matrícula, a través de 400 mil becas a estudiantes destacados provenientes de familias inscritas en el Sisbén 1 y 2. Son becas dirigidas a incrementar la matrícula de Educación Superior en Colombia que era de un millón 983 mil 421 estudiantes en 2013, en programas de pregrado y de dos millones 109 mil 224 si se le suman los posgrados.

Son 286 las Instituciones Educativas de Educación Superior que operan en el territorio nacional, de las cuales, 61 son oficiales y sólo 33 habían logrado la acreditación de alta calidad entre oficiales y privadas.

En el Tolima estamos rezagados en cuanto a cobertura de la Educación Superior porque de cada 100 jóvenes en edades entre 17 y 24 años, en las cuales debieran estar estudiando en IES, sólo 33.5 se matriculan (2012). Es una cobertura que está por debajo de la tasa nacional, a lo cual se suma que el Tolima es uno de los departamentos con las tasas más altas de deserción anual de estudiantes de este nivel educativo (9.8, tasas anuales de deserción).

En nuestro departamento, hasta el año pasado (2013), eran 48 mil 965 los estudiantes matriculados en pregrados y posgrados en las IES que operan en el Tolima, según datos del Cesu (2014, Acuerdo por la Educación Superior 2034). En Tolima, tenemos el reto de incrementar el acceso a la educación superior y mejorar la calidad de la oferta. Es lo que se deduce del índice de Progreso de la Educación Superior que el Ministerio de Educación Nacional ha creado para integrar los índices de acceso, calidad y logro. El Tolima, en 2013 ocupó el puesto 13 con un índice del 25.1 por ciento.