Este año las pruebas serán aplicadas con un énfasis en ciencia, el mismo que tuvieron en 2006. En 2003 y 2012 se enfocaron en matemáticas y en 2000 y 2009 se presentaron con énfasis en lectura. El promedio del país en 2006 fue de 388, por debajo de otros promedios como España (488), Chile (438) y Argentina (391). 

La ministra de Educación, Gina Parody, es consciente del reto que representa el examen: “en los resultados de las tres ocasiones anteriores en que Colombia ha participado en Pisa, alrededor del 40% de quienes presentan la prueba quedan en un nivel de desempeño bajo (Nivel 1) y en ocasiones no responden las preguntas, problema que no nos permite extraer información sobre los resultados para mejorar. Esperamos que los estudiantes estén motivados para enfrentarse a la prueba, lo que nos permitirá identificar las áreas que debemos fortalecer en los colegios”. 

Con tecnología

Un aspecto novedoso en la prueba de este año es que los estudiantes la presentarán en computadores. Esto obligó al Ministerio de Educación a suministrar, a través de la estrategia Computadores para Educar, 12.420 equipos. Allí fueron priorizados los 270 colegios públicos en donde se practicará el examen. Los 80 restantes son privados. Otro punto relevante es que este año la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) incorporó un módulo de problemas de forma colaborativa, con preguntas interactivas. 

El Ministerio ve en las pruebas Pisa una oportunidad para mejorar los exámenes nacionales. Como Pisa evalúa las competencias para la vida en lugar de los conocimientos memorizados, ha venido ajustando algunas pruebas, como la Saber 11. Ésta hacía una evaluación sobre ocho áreas del conocimiento, sin profundizar en las competencias de los estudiantes. Hoy la prueba fue modificada para analizar si el estudiante sabe aplicar el conocimiento. 

Vistas desde los lentes del sindicato de educadores Fecode, las pruebas no miden la calidad de la educación en el país: “el Gobierno se ha concentrado en preparar a los estudiantes sólo para estas pruebas, para mostrar resultados, pero lo cierto es que la educación es un tema estructural que incluye otros factores. Las condiciones del sistema tienen que ver con las condiciones sociales, culturales y económicas en las que se desempeñan los estudiantes. En los últimos 20 años la inversión ha sido precaria en educación, por eso no podemos esperar mucho de las pruebas”, apunta Jhon Ávila, del Centro de Estudios e Investigaciones Docentes de Fecode. 

Para Julián de Zubiría, director del Instituto Merani, las pruebas son un referente importante y riguroso que refleja la calidad de la educación: “los resultados en lectura indican que la mitad de los jóvenes de 15 años permanecen con niveles de lectura de niños de siete años (niveles 0 y 1) y que solo tres de cada mil alcanzan un nivel de lectura crítica después de estar durante diez años en la escuela. Con unos resultados similares en el 2003, Perú declaró emergencia educativa y vienen tomando medidas estructurales para mejorar la calidad. En Colombia solo se ha tomado una medida importante: apoyar en matemáticas y en lectura a los colegios de peor balance, dejando casi intactas variables como la selección, evaluación y formación de los docentes”. 

Fue precisamente la ausencia de salarios dignos para los docentes lo que motivó el paro de maestros de este año, que dejó a nueve millones de niños sin clase durante 15 días.