Retos para la educación en el próximo cuatrienio

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
No hay la menor duda de que la erradicación del analfabetismo debe estar en la agenda de los próximos mandatarios de las entidades territoriales de nuestro Departamento.

Estamos a menos de dos meses de la elección de gobernador y alcaldes municipales, a la par de las de concejales y diputados. En cuanto a educación estamos ante muchos retos y seguimos a la expectativa de cuál es el pensamiento de los próximos mandatarios, sobre el tema educativo que, como ya se ha dicho, requiere inversión prioritaria y focalizada hacia factores de la calidad.

Generalmente se habla de retos a desarrollar y el Programa de las Naciones Unidas, Pnud, planteó algunos al presentar un informe sobre avances en el cumplimiento del objetivo número 2 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ODM. “Lograr la educación básica universal”, en el Tolima. (2012).

“Se hace necesario garantizar el acceso a una educación pública y de calidad para la población joven del Departamento, pero además se deben buscar estrategias para que se mantenga el mínimo de deserción escolar…Garantizar el acceso a los jóvenes a la educación superior…La cobertura en educación debe ir enlazada con la calidad académica. La eliminación del analfabetismo debe ser prioridad”, puede ser el resumen de los retos que plantea el Pnud para el Tolima.

Comienzo por abordar lo último: el analfabetismo. Porque sigue siendo un problema en nuestro Departamento y por algo el Ministerio de Educación Nacional lo ha “focalizado” en el desarrollo del programa nacional “Colombia libre de analfabetismo”. Se reconoce que en los 46 municipios no certificados, sigue siendo un problema de acceso a la educación.

Según el censo de 2005 eran 160 mil 851 los tolimenses que manifestaron no saber leer y escribir; la tasa de analfabetismo para la población joven, es decir , entre 15 y 24 años de edad, que ya debiera haber superado el analfabetismo, equivalía a un 3.31 por ciento, ligeramente por encima de la tasa nacional de 3.1 por ciento.

Entonces, no hay la menor duda de que la erradicación del analfabetismo debe estar en la agenda de los próximos mandatarios de las entidades territoriales de nuestro Departamento.

No hay cifras recientes sobre este fenómeno social, pero el Dane, con base en la reciente encuesta de hogares de 2014, establece una tasa de analfabetismo del 6.6 por ciento, lo cual es indicador de un problema más grave.

Si se trata de focalizar la intervención sobre este problema, como lo ha hecho el Ministerio de Educación con el Tolima, habrá que poner la mirada sobre Dolores, Planadas, Rioblanco y Venadillo donde las tasas de analfabetismo son superiores al nueve por ciento.

Se plantea la meta de alfabetizar cinco mil jóvenes y adultos pero se me ocurre que para lograrla habrá que modificar las estrategias de intervención. Es urgente involucrar alfabetizadores voluntarios y principalmente a los estudiantes que cursan los grados décimo y once de bachillerato que deben cumplir el Servicio Social del Estudiantado como requisito para su grado de bachilleres. Si se quiere erradicar el analfabetismo en el Tolima, se puede si esa es la voluntad estatal y a ello se suma la participación de muchos otros tolimenses.

En Ibagué el analfabetismo es apenas del 1.3 por ciento, según las estadísticas, de ahí que el Ministerio de Educación haya anunciado la proclamación de Ibagué como “territorio libre de analfabetismo”. Es pertinente saber cómo se logró, cuáles son las circunstancias que lo han hecho posible. Porque la ciudadanía tiene poca información sobre este asunto.

Elevar el promedio de escolaridad de la población

Según lo dice el Pnud.

“El Tolima para 2005 y 2010 se ubicó en una de las mejores posiciones respecto al ascenso en el cumplimiento de la meta de años promedio de estudio en la población entre 15 y 24 años de edad que fue fijada en el Conpes 140 de 2011 en 10.63 años”.

Es un dato halagador.

Se ha dicho que el promedio de escolaridad de la población debe ser de 12 años para estar a la altura de los denominados países desarrollados.

Colombia tendría un promedio de educación de 9.27 en 2010 y el Tolima de 8.82, ese año.

Es decir, estamos por debajo del promedio nacional (como siempre) y desde luego, también lejos de cumplir la meta del documento Conpes ya mencionado.

Queda, entonces, otra meta o reto a cumplir: Mejorar la cobertura escolar en los municipios rezagados en educación donde hay inequidad en el acceso a la educación.

Y esto incluye a la capital del Tolima, Ibagué, uno de los 47 municipios del Departamento donde la cobertura escolar no es la deseable siendo posible alcanzarla.

Retos en calidad 

La calidad educativa es un derecho fundamental de infantes, adolescentes y jóvenes. El Estado, constitucionalmente debe responder con la “aceptabilidad” en educación y para ello debe crear las condiciones dignas en la oferta educativa. Comenzando por fortalecer y estimular la “excelencia docente”, el mejoramiento de la calidad de los docentes, desde el momento de la formación inicial que se ofrece en las universidades y en las normales superiores. Lograr que todos los docentes tengan su título pedagógico y preferiblemente de posgrado. Porque el nivel educativo alcanzado por los docentes es uno de los factores de la calidad de estos servidores públicos, portadores de la calidad de los aprendizajes deseable.

El mayor reto es “la educación de calidad”, lo dice el estudio sobre “Los principales retos de la educación en Colombia” (Responsabilidad social, 2015). Es un reto válido para el Tolima y en consecuencia debe hacer parte de los planes de desarrollo para el próximo cuatrienio. Pero no sólo se debe intervenir sobre el rendimiento académico de los estudiantes, medido por las pruebas estandarizadas Saber. Hay que abrir espacios de intervención sobre otros factores de la calidad educativa entre ellos: el mejoramiento de la institución escolar en su infraestructura, dotación y ambientes físicos y en la calidad de la gestión de sus directicos, dirigida hacia los aspectos pedagógicos. Mejoramiento de la calidad de los docentes, la oferta de un currículo pertinente para que se enseñe lo que satisfaga los intereses de los estudiantes y de la población general; propiciar un clima escolar y de aula donde reine la convivencia y las relaciones interpersonales agradables; lograr la participación de los padres en los procesos de formación de los estudiantes, entre otros factores.

Credito
LUIS EDUARDO CHAMORRO RODRÍGUEZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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