“El trabajo es una gran oportunidad de formación”

El uso frecuente del los teléfonos celulares en los jóvenes, las creencias erróneas en la educación de ahora y las falencias en apoyo del Estado a las instituciones públicas son, en su concepto, el panorama actual en el país.

Eduardo Aldana Valdés, a sus 82 años, sigue actuando como si fuera un profesional recién graduado, como si estuviera comenzando a vivir una esperanza de buen futuro educativo para el país y para el Tolima. No se le acaban los sueños, las visiones de futuro que tienen como horizonte, una mejor educación para los tolimenses. No suspende sus viajes por aquí por allá, de Bogotá a Ibagué y de aquí hacia Purificación, su tierra natal.

Nos sorprende ahora con el lanzamiento de siete libros que recogen su producción intelectual de casi 60 años. Son libros editados con auspicio de la Universidad de Ibagué, de la que es presidente de su Consejo Superior.

Los títulos de estos libros dicen de su actividad como docente universitario, investigador y hasta político, porque fue gobernador del Tolima y perdió las elecciones cuando aspiró a ser alcalde de su tierra natal.

‘Ingeniería y academia’, ‘Academia e Investigación’, ‘Investigación, extensión y política’, ‘Innovación, planeamiento y gestión’, ‘Desarrollo integral del territorio’, ‘Personajes y circunstancias’ y ‘Tres esferas convergentes’, son los libros que recogen documentos dispersos, escritos por Aldana desde 1956.

Exdirector de Colciencias, exrector de la Universidad de los Andes, de la que no se ha retirado todavía, con por lo menos 10 mil exalumnos que lo recuerdan como profesor.

Hizo parte de la Misión de los Sabios (1993 - 1994), y en 2010 recibió una condecoración más, la medalla Gran Maestro, otorgada por el Ministerio de Educación.

Aldana Valdés sigue pensando cómo mejorar la calidad y el acceso a la educación superior en el Tolima. A fines del año pasado, en una conferencia planteó la propuesta de un ‘Tolima Educador’.

EL NUEVO DÍA: ¿Cómo resume su propuesta de ‘Tolima Educador’?

EDUARDO ALDANA VALDÉS: Comenzaría con un reto que me permita desarrollar la idea. En el Tolima, jóvenes entre los 17 y 21 años, que debieran estar recibiendo educación postsecundaria, son alrededor de 132 mil. Si restamos a ellos los que están matriculados, en programas con alguna calidad, y pertinencia, no creo que pasen de 22 mil.

Eso implica que son más o menos 110 mil los jóvenes que debieran estar recibiendo educación adecuada para este siglo, técnica, tecnológica o universitaria. Necesitaríamos crear tres universidades tan grandes como la Nacional, la del Valle y la de Antioquia. ¿Y cuánto vale el presupuesto de esas tres universidades? Creo que 1.5 billones de pesos al año. No tenemos la plata para hacer eso, el gobierno no va a dar esa plata.

¿Entonces qué hacemos ante ese desafío? Tenemos que comenzar por liberarnos de ciertas supuestos que nos están afectando. Uno, hemos venido sosteniendo que el salón de clases es el mejor escenario para la formación de la gente. Creo que hay muchas otras oportunidades de formación. El trabajo es una gran oportunidad de formación, en que el joven estudia y trabaja al mismo tiempo.

Lo otro es que creemos que el aprendizaje sólo se da en una dirección: un profesor que enseña, un estudiante que aprende. Creo que hoy en día, es común aceptar que el aprendizaje se da en muchas formas. Un campesino sabe muchas cosas, el campesino puede enseñar muchas cosas a un joven. El joven puede enseñar muchas cosas al maestro. Y el maestro puede enseñar muchas cosas al estudiante. Tenemos que aprovechar esas oportunidades.

Dudas sobre la Jornada Única

E.N.D.: ¿Cuál es su opinión sobre la propuesta de Jornada Única del Gobierno?

E.A.V.: Podría ser que la Jornada Única sea lo mejor. Pero ante el hecho de que necesitamos mucha plata, ¿por qué no imaginamos otra forma? Dos días, dos tardes, los jóvenes van a los parques deportivos de los municipios y con entrenadores, juegan futbol y aprenden a jugar futbol bien u otros deportes. Deportes dos tardes. Dos tardes van a tomar clases en un Innovar donde ven biotecnología, robótica, para entusiasmarlos por la ciencia.

Una tarde se van a trabajar en una finca en la que crían una ovejita y aprenden a cuidarla; en otra jornada se van a un cultivo para que siembren algo nuevo. Nos inventamos varias actividades con las que se saca a los estudiantes de la escuela, aprovechan otros espacios del municipio y no nos cuesta tanto como la Jornada Única. No estoy en contra de eso, pero necesitamos empezar a actuar ya.

Nos hemos vuelto una educación muy dirigida a la mente, no una educación dirigida a las manos, a hacer cosas. El lema de Instituto Tecnológico de Massachusett, MIT, es ‘Mente y manos’, hay que aprender a pensar y aprender a hacer. Nosotros nos hemos vuelto mucho de escritorio.

Una educación universitaria de cinco años metido en un salón de clases no me parece apropiada. El muchacho debería pasar un buen tiempo en las empresas o haciendo giras para saber cómo se hacen las cosas, en la realidad.

Cambiar el salón de clase como escenario único, a otro montón de espacios de aprendizaje, y en eso nos ahorramos la planta física.

La inasistencia escolar 

E.N.D.: Los datos nos dicen que los infantes y adolescentes no están interesados en la escuela, en la educación…

E.A.V.: Creo que no hemos logrado cautivar la imaginación de los jóvenes. En mi tiempo leímos mucho, así fueran libros de aventuras. El ‘Tesorero de la Juventud’ me lo leía no sé cuántas veces. Ahora los jóvenes lo pasan con su celular mandándose mensajes bobos, como que no les despertamos su pasión por el conocimiento.

Creo que debemos hacer énfasis en que los jóvenes puedan apreciar todo lo que esta pasando en el mundo y utilizar las grandes herramientas de la tecnología moderna.

Debe haber la alianza con los padres de familia para trabajar juntos en la formación del joven. Si en la casa no hay preocupación por un libro, tenemos que buscar la forma de llegarle por diversas formas y ahí es donde los medios de comunicación pueden jugar un papel muy importante.

E.N.D.: ¿Qué opina del afán de medir a través de pruebas estandarizadas?

E.A.V.: Lo que no podemos sacrificar es la pasión de los docentes por lo que están haciendo. Mis profesores me transmitían ese entusiasmo que es difícil de medir.

Creo que si a mis grandes profesores les hubieran puesto a llenar unos formularios y a ser evaluados por los estudiantes, se hubieran retirado.

Me pongo a pensar de cómo crear ambientes en la escuela para que los profesores den lo mejor de sí mismos, y eso no es necesariamente basado en los resultados de pruebas sino en la gestión del talento humano.

E.N.D.: ¿Cómo ve el modelo de financiación centrado en los gastos de personal? Estamos propiciando poca trasformación.

E.A.V.: Hace mucho tiempo que perdimos la oportunidad de fortalecer los encuentros de integración nacional, por ejemplo. Acabamos la escuela pública a la que van los pobres y los ricos van a los colegios.

El servicio militar era otro elemento de integración. Todos deberían ir, pero solo prestan el servicio militar obligatorio los campesinos y los pobres. Creo que debemos comenzar a construir espacios de integración muy variados.

Credito
Luis Eduardo Chamorro Rodríguez ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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