Su recorrido por el aprendizaje de teorías y prácticas relacionadas con el arte de la música comenzaron en el Conservatorio del Tolima, donde concluyó estudios de Licenciatura en Música y, gracias a una beca ganada por concurso abierto, cursó en la universidad norteamericana los estudios de maestría en interpretación a los que le siguió el doctorado.

En Colombia, que se sepa, solo hay tres doctores en flauta, a quienes se suma ahora Castro Turriago. Su tesis doctoral, según la traducción correspondiente, tiene el título ‘Explorando tres estilos folclóricos colombianos, la danza, el pasillo y el bambuco: Un análisis y arreglo de tres obras colombianas para flauta y piano’.

Lo paradójico es que este joven de 27 años, con los títulos académicos ya citados, no haya conseguido su vinculación al Conservatorio del Tolima como profesor de flauta, el instrumento al que ha dedicado sus conocimientos y habilidades artísticas.

“No dieron respuesta a mi hoja de vida, que envié desde los Estados Unidos”, dice. Tampoco logró ser nombrado secretario de Cultura de Ibagué, cargo para el que también presentó su hoja de vida, en el proceso de meritocracia del que se habló a comienzos del año en la Alcandía. “No pasé el filtro de los músicos que intervenían en la selección. Yo era un candidato con muchas opciones”.

Castro encontró acogida en otras ciudades y ahora labora como docente en el Instituto Universitario de Bellas Artes de Bolívar, en Cartagena.

El bambuco y el pasillo, ¿banderas liberales en el siglo XX?

Hay conclusiones interesantes en la tesis doctoral de Castro. Optó por un enfoque nacionalista para encontrar de qué se ha recurrido en la música para despertar el sentimiento nacionalista. “Incluye la identificación del bambuco, el pasillo y la danza, para identificar sus rasgos idiosincráticos y culturales y así hacer la transcripción de tres obras, de tres compositores de diferentes períodos históricos, las composiciones de Luis A. Calvo, Luis Uribe Bueno y León Cardona.

“La música es un arte que va ligado al desarrollo cultural de las regiones, de ahí que me tocó indagar de dónde vienen estos estilos. Hablo de tres factores muy importantes, uno es el proceso dialéctico entre tradicionalistas y nacionalistas de comienzos del siglo XX, otro es el factor de la República Liberal entre 1930 y 1946.

“Lo que conocemos ahora como música andina colombiana fue un discurso político liberal que buscaba la identidad nacional colombiana y como discurso y política pública se buscó que contribuyera a la permanencia del partido Liberal en el gobierno. Un discurso nacionalista en el que se proclamaba a estos estilos (la danza, el pasillo y el bambuco) como música colombiana. Música que, en este caso, debía tener un fin político para afianzar la permanencia del partido Liberal en el gobierno”.

El Segundo Festival de Música en Ibagué 

Castro tiene en mente desarrollar varias actividades dirigidas a creación de obras musicales, de diversificar las expresiones artísticas para que se divulgue la música clásica en paralelo con la popular.

“Ibagué puede ser la mayor escuela de música del país, el mejor núcleo de músicos de Colombia, si se logra la unificación de los dos Conservatorios, el de Ibagué que opera en la institución educativa Amina Melendro y el Conservatorio del Tolima, donde se ofrece la Licenciatura en Música, un programa de Educación Superior. Las rivalidades que haya existido entre estas dos organizaciones no se justifican. Sandra Barón, la rectora de la Amina Melendro, está dispuesta a la integración de los dos niveles de formación de nuevos músicos en los niveles de educación básica y media con la de educación superior, caso que es, quizá, único en Colombia.”.

Castro Turriago dirige la Fundación Musical Artística Camerata de Ibagué, que ya llevó a cabo la primera edición de ‘Ibagué Music Festival’ y que prepara la segunda, con el apoyo de la institución Amina Melendro. Se cumplirá entre el 7 y el 10 de agosto, con la participación de la chelista peruana Andrea Beltrán, el doctor en piano Pablo Soto, también peruano; el magíster de flauta Tiago Botega, de Brasil, y el fagotista colombiano Guillermo Yalanda.