Crece la reprobación escolar en Tolima y llegó a la cifra de 19 mil 614 en el 2015

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Son abundantes los factores que afectan el buen rendimiento académico de los estudiantes y como consecuencia afloran problemas de reprobación escolar. ¿De qué sirve reprobar estudiantes?

Los datos más recientes sobre el total de estudiantes que pierden el año (reprobados) y los desertores, nos dicen que el sistema escolar del Tolima sigue afectado por la ineficiencia interna, porque no ha logrado que los estudiantes que se matriculan para cursar cada año escolar alcancen la aprobación de sus cursos o por lo menos permanezcan durante el año escolar en las aulas.

Entre desertores y reprobados en los 47 municipios del Tolima (incluye Ibagué), se llega a la cifra escandalosa de 30 mil 224 estudiantes en el año 2015, superior en dos mil 887 a la del año 2014.

Es posible que a algunos actores de la educación les preocupe estos datos, pero no lo suficiente como para crear un sentimiento de rechazo a esta situación, que amerita la intervención rápida sobre estos fenómenos de deserción y reprobación que siguen en tendencia creciente. Convivimos en un sistema escolar afectado por su ineficiencia interna y externa.

Si se acoge el concepto de fracaso escolar, no es exagerado decir que el sistema escolar del Tolima está bajo este concepto, según los datos conocidos hasta el año 2015, porque no acceden a las aulas todos los infantes y adolescentes que debieran estar matriculados; 10 mil 610 desertan durante el año escolar, de ellos tres mil 950 en Ibagué; otros 19 mil 614 “pierden” el año escolar (reprueban), de estos el 44 por ciento los aporta Ibagué (8 mil 602 reprobados); hay bajo rendimiento académico según la evaluación de las pruebas Saber (con la excepción de Ibagué) y la repitencia de cursos es común en cada grado y cada nivel educativo.

Lamentable que se vea como normal el fracaso escolar expresado en estas cifras. Que pocas personas en el departamento se pronuncien sobre estos hechos. ¿Acaso no es grave que 19 mil 614 estudiantes pierdan el año escolar del 2015?

Por estar analizando los resultados de las evaluaciones externas del rendimiento académico a través de las pruebas Saber, poca atención se le está dando a las evaluaciones internas que en forma continua debe realizar cada docente sobre el progreso académico de los estudiantes en las asignaturas que orientan. ¿Dónde están las voces de los periodistas sobre esta problemática?

Son ya abundantes los estudios sobre los factores intervinientes en la deserción escolar, pero pocos los que abordan los temas y problemas de la reprobación escolar y la repitencia. ¿Cuál son los efectos de la reprobación y la repitencia en el Tolima? ¿Cuál es el grado de pertinencia curricular en las aulas? ¿Son pertinentes las estrategias de enseñanza que utilizan los docentes para mejorar la aprobación de grados y evitar la deserción intra anual?.

En fin, son muchos los temas y problemas de investigación que debieran estar en marcha en el ámbito de las universidades y de cada institución escolar, porque hay vacíos de conocimiento sobre estos asuntos.

La repetición de cursos

Hay por lo menos dos consecuencias inmediatas de la reprobación o pérdida de grados. Una de ellas es la repitencia y la deserción de quienes pierden el año escolar. 

La repitencia es igualmente un fenómeno poco estudiado en el Tolima. ¿Cuáles son los efectos inmediatos de la repitencia?

Se comienza por decir que la divulgación de datos sobre repitencia es poca. En el caso de Ibagué, fueron 7 mil 34 los estudiantes repitentes en el año 2010, total que pasó a ser de 7 mil 558 en el año 2013, y en el año 2015 la tasa de repitencia fue de 6.6 por ciento, más alta en el nivel de secundaria, de 9.4 por ciento.

Es pertinente decir que en cuanto a la repitencia, una de las conclusiones a la que llegaron 100 investigaciones en los países de la Unión Europea es que son mayores los efectos negativos de la repitencia que los beneficios que tal hecho pueda producir (Eurydice, 1994).

Un alto índice de repitencia indica baja calidad de la enseñanza, es decir deficiencias de los docentes. Se crea un círculo vicioso de bajas expectativas de los estudiantes, baja autoestima en ellos, bajo rendimiento y fracaso escolar, según lo dice la investigación de Schieffelbein y Torres, en cuanto a su ocurrencia en América.

Entonces el interrogante que emerge es: ¿De qué sirve reprobar estudiantes?

La reprobación escolar

Hay muchos motivos inmersos en la ocurrencia de la reprobación escolar que cuantitativamente creció a partir de la vigencia del decreto 1290 de 2009, por el cual se creó un nuevo sistema de promoción y evaluación de los aprendizajes de los estudiantes. Se dio autonomía a cada establecimiento educativo para crear su propio sistema de evaluación y promoción de ahí que haya diferentes criterios para la promoción de los estudiantes de un grado al otro.

En Ibagué, un año después de expedición de la norma, en el 2010, el total de reprobados llegó a la cifra de 7 mil 943 equivalentes a una tasa de reprobación de 6.30; seis años después, en el año 2015, ese total pasó a ser de 8 mil 602 equivalentes a una tasa del 7.17 por ciento.

Una primera razón del incremento de la pérdida del año escolar se le puede atribuir a la norma que propició la reacción de los docentes contra el sistema de promoción flexible que estaba vigente antes. Se creó la idea de que era necesario ser más severos en las evaluaciones y calificaciones del rendimiento académico de los aprendizajes para lograr mejor calidad en los mismos.

Se le suman otros factores: las deficiencias en la formación pedagógica de los docentes, que se traduce en deficiencias en las estrategias de enseñanza. Según la encuesta nacional sobre deserción escolar, los estudiantes manifiestan que nos les gusta como enseñan sus docentes. Hay problemas de pertinencia curricular cuando se enseña lo que es de poco interés de los estudiantes, al respecto estos dijeron en la encuesta que “no les gustaba lo que se les enseñaba”.

Hay, desde luego, problemas del comportamiento de los estudiantes, expresados en faltas disciplinarias y en conductas disruptivas que entorpecen el proceso de enseñanza en las aulas; hay problemas de convivencia que hacen poco atractiva la permanencia de los estudiantes en las instituciones escolares (intimidación o matoneo, violencia y conflictos). Hay problemas familiares debidos a relaciones conflictivas de parejas y a situaciones económicas, poco propicias para el aprendizaje, en fin, son abundantes los factores que afectan el buen rendimiento académico de los estudiantes y como consecuencia afloran problemas de reprobación escolar.

Credito
Luis Eduardo Chamorro R. Especial para El Nuevo Día

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