Universidad del Valle presentó propuesta de reestructuración de la Universidad del Tolima

El Instituto de Prospectiva de la Universidad del Valle, contratado para asesorar a la Universidad del Tolima en el rediseño organizacional requerido para avanzar hacia la solución de la crisis financiera que la afecta, ha presentado su tercer informe a través de un documento que dicha comisión ha denominado como “Documento integrador”.

No es la propuesta final de reestructuración, pero se acerca a la situación final esperada por docentes y estudiantes. El documento no ha sido entregado formalmente a los directivos de la universidad, no ha llegado al Consejo Académico , tampoco al Consejo Superior, entonces, no se han tomado decisiones de intervención resultantes del informe.

Se trata de un documento de 845 páginas donde se abordan múltiples aspectos, comenzando por el diagnóstico estratégico de la situación actual de la universidad, con énfasis en la situación deficitaria que afecta el normal funcionamiento de la universidad.

De entrada se puede decir que el trabajo de los 17 asesores, bajo la dirección de Leonardo Solarte Pazos, se enfoca en aspectos relacionados con la estructura organizacional bajo la hipótesis de que una reorganización administrativa y académica de la universidad, es el camino apropiado para salir de la crisis. Lo cual no es tan cierto. Son propuestas de administradores de empresas y economistas, con pocos fundamentos teóricos sobre aspectos de la formación humana que se busca en una institución educativa como la universidad.

Porque no son las reestructuraciones organizacionales las más significativas y necesarias para dirigir a las personas hacia mejores resultados académicos en una institución de educación superior. Antes que reestructuraciones administrativas es pertinente tener en cuenta que el clima institucional, el grado de satisfacción de las personas en su despeño profesional, la lucha por el poder que circula en la institución, son aspectos que tienen mayor peso sobre lo estructural, basado en concepciones clásicas de la administración, muchas de ellas con fundamento en los clásicos de la administración de empresas (Taylor y Fayol) o en la teoría de la burocracia de Weber.

En el momento, en la universidad hay conflictos entre las personas y los grupos que tienen poder formal e informal sobre el funcionamiento de la institución, hay redes de intereses individuales y grupales, hay expectativas e incertidumbres sobre lo que pasará en el futuro inmediato, en el momento en que se apliquen las recomendaciones del grupo asesor de la Universidad del Valle. Hay temores sobre los efectos del “rediseño organizacional”, que propongan los asesores ya mencionados.

Creación de escuelas, reducción del número de facultades

El informe “integrador” de la Universidad del Valle, propone reducir el actual número de 9 facultades a sólo 6, mediante la integración o fusión de programas académicos afines. Estas seis facultades serían: Ciencias Agropecuarias, la de Ciencias, la de Ciencias de la Educación, la de Ciencias Económicas y Administrativas, la de Ciencias de la Salud y la de Ciencias Sociales y de Artes.

En la estructura matricial que se propone, se incorporan como unidades académicas, la decanatura, las escuelas, los departamentos, los Centros de Apoyo a la Docencia y la Investigación, con los comités correspondientes, en la función de asesoría y coordinación.

La creación de escuelas y Centros de Apoyo, son unidades nuevas en la actual estructura de las facultades. Las escuelas se proponen con la intención de que sean unidades constructoras de conocimientos científicos sobre cada una de las áreas, serían escuelas de pensamiento. “Entendida una escuela de pensamiento como un corpus de conocimientos que comprende una serie de conceptos, postulados, modelos y teorías sobre un tema-problema en particular”, es lo que dice al respecto Cotte, Gámez, 2012,p. 145, citado por Carlos Parra Moreno (2017, p.2).

Por su parte, en el informe del Instituto de Prospectiva de la Universidad del Valle, se definen las escuelas que se proponen, como “unidades académico-administrativas adscritas a las facultades, que tienen como función esencial el desarrollo de las profesiones mediante el diseño y la administración de los currículos de cualquier modalidad y nivel de formación, en disciplinas afines” (Solarte Pazos y otros, 2017, p.401).

Tanto las escuelas como los Centros de Apoyo, incrementan el número de cargos, que pueden ser desempeñados por docentes de tiempo completo actuales pero que, como consecuencia exigen la vinculación de catedráticos en su reemplazo.

Entonces, pueden generar problemas de colisión y superposición de funciones y competencias con los departamentos, con las direcciones de programas y los comités correspondientes, además de los costos adicionales. Esto de las escuelas que funcionan en otras universidades, no son apropiadas para una universidad en crisis. Son el producto de intereses particulares, además.

DESAPARECE EL NOMBRE DEL IDEAD

Para mí, hay algo grave en la propuesta de la Universidad del Valle. La desaparición del Institutito de Educación a Distancia, Idead y su conversión en una Dirección de Regionalización y formación extramural, propuesta que quiebra 35 años de historia de este instituto que en el año 2012 hacía ofertas de educación superior en 19 departamentos, en el Tolima en 37 de los 47 municipios. Es una modalidad de educación a distancia tradicional que combina sesiones de preespecialidad concentrada en los fines de semana, con actividades no presenciales de autoaprendizaje y autoformación.

El Idead ha construido un modelo pedagógico, una subcultura propia al interior de la universidad. Han tenido tal aceptación las ofertas de educación superior que hace este instituto, que llegó a tener 36 mil 642 estudiantes en el semestre A del año 2013, bajo la dirección de Luis Alberto Malagón Plata. La matrícula del Idead equivalía, hace cuatro añ os, en ese entonces, al 78.6 por ciento de la matrícula total de la universidad, incluyendo los posgrados. Como consecuencia, los ingresos propios del Idead por concepto de matrícula (un salario mínimo por semestre), eran de 25 mil 546 millones de pesos valores de inscripciones, matrículas y continuidad académica de los estudiantes. Vale decir, que en ese año, disminuyó el costo de la matrícula de 1.75 salarios mínimos, a un salario mínimo para los estudiantes de Ingeniería de Sistemas.

La propuesta de “desmontar” o acabar con la modalidad a distancia que propone la comisión de la UV, dice textualmente: “Otro aspecto trascendental es la propuesta de reconversión del actual Idead en una Dirección de Regionalización y Formación Extramural, encargada de implementar y operar la política de regionalización de la universidad para operar extramuralmente todo tipo de modalidades de formación. Se propone desmontar gradualmente la educación a distancia y fortalecer las mediaciones tecnológicas que posibiliten el fortalecimiento de modalidades alternativas como la educación virtual” (p.832).

Parece hasta ridícula la propuesta de acabar con la modalidad a distancia de la Universidad del Tolima, en consecuencia no es un aspecto “trascendental”, como tampoco lo es la creación de las escuelas en cada facultad. Son, a mi modo de ver, errores en la propuesta de la Universidad del Valle, que ojalá no pasen en el Consejo Superior que preside el gobernador Óscar Barreto Quiroga, quien ha hecho aportes de subsidios a la demanda cercanos a los 2 mil millones de pesos para estudiantes del Idead. El desmonte de la modalidad a distancia tendría efectos nocivos sobre la estabilidad financiera de la universidad. Es algo similar a matar la gallina de los huevos de oro.

Por su parte, el rector de la Universidad, Ómar Mejía Patiño, ha dicho para El Nuevo Día, sobre este tema: “Hemos venido trabajando con las unidades del Idead para fortalecerlo. Estamos visitando los diferentes Cread, comprometiéndonos con los estudiantes y con los tutores para que tengamos las condiciones que debemos tener, para que la universidad ofrezca una educación de alta calidad. Nuestra posición es que el Idead no se debe acabar, se debe fortalecer”.

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