¿Abolir las tareas escolares o iniciar un movimiento anti - tareas ?

Hay muchos temas y problemas sobre los cuales se debe debatir y proponer acciones de intervención en el sistema escolar. Uno de ellos es el de la conveniencia o no de “poner tareas” a los estudiantes para que las desarrollen en sus casas.

¿De qué sirven las tareas? ¿Qué beneficios o perjuicios ocasionan? ¿Contribuyen a la felicidad de los estudiantes en el ámbito escolar? Pueden ser algunos de los interrogantes o preguntas generadoras sobre los cuales se debe hablar en este comienzo del año escolar y hasta el próximo lunes 22 de enero, cuando comienzan las actividades escolares con la presencia de estudiantes.

Dos organizaciones mundiales de países, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de Naciones Unidas (ONU), recomiendan la abolición de las tareas escolares.

Tal recomendación se origina en investigaciones que dan como resultados la inconveniencia de estas actividades.

¿Qué hacer entonces en nuestros planteles educativos? Iniciar un movimiento anti - tareas para lograr su prohibición o por lo menos reglamentar su aplicación, pueden ser las opciones.

Porque a la hora de la verdad, las tareas generan ansiedad, estrés y fatiga en estudiantes y padres de familia, hasta el punto de que estas se convierten en un factor del desinterés por el estudio o de desgano por las actividades de formación encomendadas a las instituciones escolares. Puede ser uno de los factores por los cuales los estudiantes no quieren ir a las escuelas y colegios.

¿De qué sirven las tareas escolares?

La ONU, al pedir la abolición y prohibición de las tareas, lo hace con base en resultados de investigaciones científicas en las cuales se llega a la conclusión de que: “Las tareas no hace a los niños mejores estudiantes”, hallazgo al que llegó el psicólogo Harris Cooper, de la Universidad Duke de los Estados Unidos. “No existe evidencia que compruebe que las tareas ayuden a los niños a convertirse en mejores estudiantes”, dice Cooper.

Las horas dedicadas a la resolución de tareas en casa por parte de los estudiantes, son poco útiles para la mejora de los aprendizajes y el rendimiento académico de los estudiantes. Su impacto en la formación académica de los estudiantes tiene poco impacto.

“Los alumnos comprenden mejor los conceptos dentro del salón”, es otra de las razones que da la ONU al proponer la prohibición de las tareas. Lo hace apoyado en Cooper 2001, Lindsay, Nye y Greathose 1998, quienes han investigado sobre este tema - problema.

“La cantidad de tareas asignadas por las maestras no está relacionada al logro del estudiante, mientras que la cantidad de tareas en casa actualmente terminadas por los estudiantes es asociada con logros más altos”. Entonces hay beneficios de las tareas, pero si ellas no demandan demasiado tiempo para realizarlas.

No puede ser que cada docente de las asignaturas del plan de estudios asigne tareas que demanden más allá de una hora de trabajo del estudiante.

La sumatoria de tareas se convertiría en un trabajo agobiante para los estudiantes. Cada docente, a cambio, deberá desarrollar la mayor actividad de enseñanza de sus asignaturas, en el ámbito del salón o de los espacios destinados para la esta actividad.

Las tareas afectan el carácter de los estudiantes

Es otra de las siete razones que invoca la ONU para pedir la prohibición de las tareas. “Las tareas condicionan los niños a no querer ir a la escuela, esa es una de las razones por las que no les gusta aprender”. Siendo que estudiar debiera ser una actividad divertida que genere felicidad y deseos por la adquisición de conocimientos nuevos.

“Si eliminamos las tareas escolares, los estudiantes recuperan su amor por el estudio y tendrán motivación suficiente para ir a la escuela y aprender cuevas cada día” (México, 2016).

Las tareas afectan la salud de los estudiantes, dice la Organización Mundial de la Salud: “Un incremento de patologías como dolores de cabeza, dolores de espalda, malestar abdominal y mareos… estados de ánimo que llevan a sentirse tristes, tensos o nerviosos”, dice la OMS.

Esto lleva a concluir que el exceso de tareas escolares produce afectaciones físicas y mentales en los estudiantes y es conveniente pensar, este año, cómo abolirlas o cómo reglamentar su aplicación de acuerdo con estas recomendaciones.

Las tares como castigo

Las tareas pueden ser percibidas como un castigo por parte de los estudiantes, pero también como una carga adicional de trabajo para los padres.

“No saldrás a jugar, hasta tanto hagas las tareas”, es una frase común de padres en la relación con los hijos que estudian. De ahí que los estudiantes las califiquen como un castigo que produce angustia y estrés.

“La tarea genera conflictos con los padres”, dice la ONU. El padre muy seguramente recurrirá a los castigos para obligar que sus hijos desarrollen las tareas.

La realización de tareas disminuye el tiempo de recreación de los estudiantes, por una parte, pero puede ser motivo para una mayor participación e interacción de los padres con sus hijos.

Beneficios de las tareas

Hay defensores de las tareas escolares y resultados de investigaciones que establecen sus beneficios.

En Colombia, Julián de Zubiría Samper, director del Instituto Merani, es uno de los defensores de las tareas y al respecto dice: “Lo que hay que acabar es el modelo tradicional sustentado en la transmisión de información y las tareas que genera. Tanto estas clases como estos deberes deben ser completamente abandonados en el país… Lo que necesita el país no es acabar con las tareas, sino con el modelo pedagógico tradicional enquistado en el sistema educativo colombiano. Serían tareas más breves y creativas para los niños y más profundas, reflexivas y diversas para los jóvenes”, dice Zubiría (Semana, 2017).

Credito
EL NUEVO DÍA

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