Diez destacadas universidades, tres fundaciones y dos Cámaras de Comercio, inicialmente han aceptado la idea de poner en marcha un movimiento nacional dirigido a intervenir sobre seis problemas críticos de la educación, a través de ocho cambios propuestos para mejorar las ofertas educativas que hace actualmente el sistema escolar colombiano.

Se trata de un “movimiento” o alianza por la educación, que nació en la mente del tolimense Eduardo Aldana Valdés, integrante de la primera misión de Ciencia, Tecnología y Educación, conocida como ‘Misión de sabios’, exgobernador del Tolima, exdirector de Colciencias y exrector de la Universidad de los Andes; ha recibido más de 50 condecoraciones nacionales, departamentales y municipales.

Entre ellas, está la Simón Bolívar en la orden de Gran Maestro, un premio a la vida y obra al servicio de la educación, otorgada por el Ministerio de Educación Nacional en el año 2010. Se enorgullece de que la plazoleta central de la Cámara de Comercio del Sur y Oriente del Tolima en El Espinal, lleve su nombre, como un homenaje.

Ahora, a sus 84 años de edad, ha ideado un movimiento que se denomina “Educación que potencie a quienes más lo necesitan, Alianza SANAR”, que parte de la identificación y descripción de seis problemas críticos “para construir un país mejor”, movimiento o alianza que por consenso de los 10 rectores de las universidades comprometidas, está el padre Harold Castilla, rector de la Universidad Uniminuto.

“En lugar de que nos fijemos sólo en los buenos estudiantes, debemos hacerlo con todos y encontrándole caminos diferentes para construir una vida digna en cada uno de ellos. Los más brillantes lo harán inmediatamente, subirán a las universidades, se graduarán, se irán a otras universidades a sacar sus doctorados, serán nuestros grandes científicos.

“Otros que no tengan esa pasión o las circunstancias lo hacen pensar en que deben crear un negocio, que aprendan cómo hacerlo; se demorarán un poco más, pero también podrán llegar muy lejos. Un sendero para cada individuo según sus circunstancias y capacidades”, es la idea central de Aldana Valdés sobre esta alianza.

Seis problemas críticos a intervenir

Se identifican seis problemas críticos de los cuales tres son amenazas que surgen del entorno y las otras tres son debilidades al interior del sistema escolar colombiano.

Estas últimas se plantean de la siguiente manera: “La juventud, sin educación adecuada y en trabajos sin futuro, está expuesta al reclutamiento de grupos violentos, especialmente el narcotráfico (7,9 millones de jóvenes, entre los 17 y 31 años, están en esta situación); un sistema educativo diferenciado reserva la educación superior de calidad para los estudiantes de buenos colegios, generalmente privados y localizados en las ciudades, incrementando así, la inequidad social y territorial y las políticas educativas, sin continuidad ni la articulación requerida con otros sectores, no logran producir resultados e impacto significativos”.

A ello se agregan amenazas o situaciones problemáticas del entorno social y económico que inciden en las ofertas educativas y en la gestión del sistema escolar .

Porque unos y otros, ejercen una alta motricidad entre sí: “Colombia es un país rico con gente pobre (una de cada doce personas se encuentra en situación de miseria); la familia, en crisis, poco puede contribuir a formar las nuevas generaciones y las comunidades locales son cada vez más afectadas por la corrupción política”.

El supuesto o hipótesis cualitativa básica es que “la juventud determina el futuro de un país al filo de la oportunidad”, y no ha sido suficiente lo que se ha hecho para mejorar esta situación, desde las organizaciones escolares.

Ocho cambios o transformaciones

Inicialmente, diez universidades han aceptado hacer parte de la alianza para intervenir sobre las seis situaciones problemáticas planteadas, siguiendo la ruta de ocho cambios o transformaciones que se deben cumplir en el sistema escolar del país.

Las diez universidades son: Universidad Nacional de Colombia, Universidad de Los Andes, Uniminuto, Universidad Pontificia Bolivariana, Eafit, Universidad de Santander, Universidad de Caldas, Universidad Autónoma de Manizales, Universidad Agraria y Universidad del Norte. Con el apoyo de las fundaciones Corona, Luker y Banco de Colombia; la Caja Colsubsidio y la Cámara de Comercio de Bogotá.

¿Cuáles son los cambios o transformaciones

educativas que se proponen?

Un primer cambio a realizar es el de pasar de la atención prioritaria o focalizada en una “Educación superior para los más capaces” y pasar a “ a la potencialización de todos mediante senderos eficaces para construir una vida digna”.

Un segundo cambio necesario es el de construir una “Comunidad de niños y jóvenes como actores principales”, lo cual requiere: Desarrollar el potencial comunitario, incorporar la ciencia y la tecnología y el trabajo asociativo a la cultura popular y potenciar a los niños para que capaciten a sus padres.

La función del estudiante debe cambiar. “De receptor pasivo de información, a gestor de procesos de emprender, aprender e innovar. Grupos de 3 o 4 estudiantes forman comunidades de aprendizaje con dueños de pequeñas unidades de producción y un tutor experto en el “negocio.”

Un tercer cambio tiene que ver con la función del docente: “De expositor a consejero - provocador”.

A la expectativa del éxito de esta alianza de

universidades

 En Colombia es difícil actuar en el sistema escolar a través de alianzas de universidades, principalmente cuando ellas involucran instituciones de educación superior de carácter oficial y privado, porque sus intereses no siempre coinciden.

Entonces, quedamos a la expectativa de que este movimiento o alianza que aquí se ha descrito, tenga una vida larga y sirva de ejemplo sobre lo que se puede hacer en los gobiernos futuros. De paso, una felicitación para Eduardo Aldana Valdés por ser uno de los promotores de esta idea.

Un nuevo concepto de Jornada Única

Un cuarto cambio tiene que ver con la jornada escolar, un poco distinta a la propuesta actual del Ministerio de Educación bajo el nombre de Jornada Única, aunque similar a las “jornadas complementarias” de antes. El cambio es “en primaria y secundaria: enriquecer la doble jornada. Jornada normal escolarizada, contra - jornada desescolarizada y de libre escogencia por alumnos en cada área de actividad”.

Un quinto cambio es el de “distribución de funciones. Instituciones de desarrollo local - regional (IDLR), e instituciones de educación superior (IES). Certificadas para ofrecer programas de transferencia mediante convenio específico con una o más IES con esos programas acreditados. Ofrecen hasta dos años básicos de carreras en esas modalidades, con transferencia a las IES asociadas para el ciclo terminal de la respectiva carrera”.

El sexto cambio es: Distribución de funciones - Instituciones de desarrollo local - regional (IDLR), Sena y otras instituciones de educación técnica profesional. IDLR certificada a nivel departamental como institución de Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano, ETDH, ofrece cadenas de capacitación conducentes al certificado de técnico laboral, aceptado por el Sena como ciclo propedéutico del certificado de Técnico Profesional”.

El séptimo cambio propuesto es el “De una normatividad nacional, uniforme, de arriba hacia abajo, hacia el fomento de la innovación local responsable. Meta: Trescientos mil (300.000) nuevos estudiantes para el año 2022, en 30 redes territoriales de IDLR e IES, apoyadas por Alianza HEAL con contenidos virtuales, capacitación de tutores y acuerdos con gobiernos, nacional y territoriales”.

Finalmente, la octava propuesta tiene que ver con la oferta de educación virtual para lo cual existen por lo menos 9 alternativas disponibles: “Utilización de los recientes avances en aprendizaje digital, complementado con tutores (Blended Learning)”.