Una mirada a la educación no oficial o privada

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Son 40 mil 827 estudiantes en 295 colegios privados en el Tolima en el año 2019.

Se debe luchar por la educación estatal, es decir, aquella que se ofrece en instituciones escolares oficiales. Corresponde a las alcaldías certificadas como Ibagué y a la Gobernación para los 46 municipios restantes, administrar los recursos que la Nación transfiere para garantizar el acceso, la permanencia, la calidad educativa y la disponibilidad de docentes en los establecimientos estatales.

En Colombia, los particulares, organizaciones de carácter no oficial o privado, tienen el derecho a crear colegios en los cuales los padres de familia deben asumir costos de matrícula y pensiones, lo cual no ocurre en las instituciones educativas oficiales donde, hasta el grado 11 de Educación Básica y Media, la educación es gratuita.

Es la convivencia entre una oferta educativa no oficial y oficial, con características distintas en algunos casos. Así, por ejemplo, se admite que hay una brecha entre los resultados de los colegios privados y los establecimientos oficiales, en cuanto al rendimiento académico de los estudiantes en uno y otro sistema, lo cual ha creado la idea de que la educación privada es mejor que la estatal.

De todas maneras hay que admitir que existe la opción de ofrecer educación de calidad tanto en establecimientos educativos oficiales como en los privados.

En Bogotá, los resultados en los establecimientos educativos estatales han crecido en un mejoramiento tan acelerado que la brecha entre unos y otros es cada vez menor.

 

La educación privada

En el departamento del Tolima, sólo el 15 por ciento de la población estudiantil matriculada en el año 2019 (40 mil 827 estudiantes) cursa sus estudios de educación básica y media en los 295 colegios privados que funcionan en los 47 municipios.

Esta matrícula no oficial, en un 60 por ciento está concentrada en Ibagué (24 mil 133 estudiantes, 158 colegios privados).

¿Frente a esta cifra se debe hablar de privatización educativa? Seguramente sí, porque la privatización se concibe como aquella práctica propia de la doctrina política y económica neoliberal que considera la educación como “un bien de consumo, que debe ofrecerse en un mercado libre, venderse y comprarse y ser rentable en términos económicos”, lo cual se cumple, pero no en la intensidad que se pregona en discursos políticos de algunos actores educativos.

Cada padre de familia tiene la opción, si sus recursos económicos lo hacen posible, de matricular a sus hijos en colegios privados. Siendo que lo ideal es que toda la educación fuera estatal, inclusive en el nivel de educación superior como ocurre en nueve países donde la educación universitaria es gratuita: Argentina, Cuba, Uruguay, Finlandia, Alemania, Ecuador, México, Noruega y Grecia.

En el Tolima, la matrícula en colegios privados se ha mantenido en cifras estables aunque con una ligera disminución en los últimos cinco años (mil 368 estudiantes menos entre el 2015 y el año 2019).

 

El debate sobre la privatización

La literatura disponible sobre el debate de la privatización educativa crece porque se considera como una de las tendencias mundiales.

Los investigadores británicos Ball y Youdell (2008), en su libro “Privatización encubierta”, dicen: “Son muchas las tendencias políticas que pueden considerarse formas de privatización y que son evidentes en las políticas educativas de algunos gobiernos nacionales y agencias internacionales. Algunas de estas formas se les denomina directamente privatización, pero en muchos casos la privatización permanece encubierta como consecuencia de reformas educativas, o bien como medio para poner en práctica dichas reformas… Esa evolución hacia la privatización está teniendo enormes y múltiples influencias en los sistemas de educación pública en países de todo el mundo”.

Ball y Youdell hablan de una “privatización exógena” cuando la oferta y demanda del servicio educativo crece de tal manera que estimula la creación de nuevos colegios privados. Ello puede ser estimulado por incentivos fiscales cuando, por ejemplo, se disminuyen impuestos a este tipo de colegios. “Privatización endógena”, si se producen normas que estimulan la competencia entre instituciones oficiales y privadas, con base en los resultados. Tal como lo pretendió el presidente Juan Manuel Santos cuando propuso que las instituciones de educación superior pudieran, abiertamente, constituirse como empresas con ánimo de lucro y venta de acciones a quienes las demandaran.

En el Tolima y en Ibagué, no se ha puesto en marcha las políticas estatales que den privilegios especiales a colegios privados. Pero tácitamente, en la mente de muchas personas sigue circulando la idea de que los colegios privados ofrecen educación de calidad superior a la de los establecimientos oficiales, con base en los resultados de las pruebas estandarizadas Saber.
 

 

El desempeño de colegios privados en Ibagué

Las cifras nos dicen que la brecha entre colegios oficiales y privados en cuanto al rendimiento académico de los estudiantes que presentan las pruebas Saber 11, es amplia.

Si nos atenemos a la clasificación que hizo el Icfes en el año 2018, un total de 21 establecimientos educativos han sostenido su clasificación en la categoría A+, equivalente a muy superior, es decir de excelencia, en los dos últimos años. De ellos, seis son instituciones educativas oficiales y los 15 restantes privados o no oficiales.

Encabezan el ranking de los 10 colegios privados de alto desempeño en rendimiento académico, en su orden, San Bonifacio de Las Lanzas, Inglés, Champagnat, Los Samanes, Los Robles, Campestre, Tolimense, Jiménez de Cisneros, La Presentación y Comfenalco, en categoría A+.

Son colegios que se distinguen por desarrollar proyectos pedagógicos y de formación en general, que conllevan innovaciones, para ganar buena imagen y prestigio entre los padres de familia.

Se suman a ellos otros colegios que, sin competir por el alto rendimiento académico, ofrecen innovaciones, “estrategias de formación innovadoras, creativas… de formación no tradicional”, como es el caso del colegio Paideia, que funciona en la vereda Totumo de Ibagué, bajo la rectoría del presbítero Miguel Alexis Saavedra Arias y la coordinación académica de Blanca Leyva.

Según la ponencia presentada por Saavedra en el Primer Congreso Educativo de directivos docentes, realizado en la Universidad del Tolima, el colegio Paideia lleva siete años de vida, desarrolla un modelo que pertenece a la organización Iberoamericana de Educación Alternativa, funciona en un ambiente campestre donde los 187 estudiantes actuales tienen la opción de tener relativa libertad para adecuarse a horarios y momentos de aprendizaje según sus intereses. Formación intelectual, espiritual y atlética, son propósitos de formación en este nuevo colegio campestre.

Igualmente, funciona un aula para “párvulos”, entre 2 y 3 años de edad; grupos de prejardín y jardín, los grados de primaria y tres grados de bachillerato.

El ambiente natural del colegio le permite a los estudiantes interactuar libremente con sus compañeros de diferentes edades, pero igualmente con animales, el caballo para la equitación, el burro, el pavo real y los patos que viven en el lago del colegio.

Hay árboles de diferentes tamaños, realmente un bosque; prados de ambiente agradable para el aprendizaje.

luiseduardochamorro10@gmail.com 

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