El 21% de los jóvenes, ni estudian ni trabajan en Colombia

Crédito: Suministrada / EL NUEVO DÍA
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Juventud el 12 de agosto pasado, surgieron suficientes datos y resultados de estudios sobre la situación actual de este grupo de edad entre los 14 y 28 años.
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Las cifras expresan diferentes hechos. Una quinta parte (21% ) de los jóvenes en Colombia, ni estudian ni trabajan, situación que afecta, en mayor cantidad a las mujeres  jóvenes. Que un 61% de los jóvenes que residen en las zonas rurales, se les clasifican en la categoría de pobres, el desempleo juvenil equivale al 29.5% a junio del año 2020, frente a un 17.2% del año 2019, sobre el total nacional, cifra que indica uno de los efectos de la pandemia sobre el mercado laboral.

Porque el desempleo para todas las edades, pasó del 9.4% en el 2019 al 19.8% en junio del año 2020, situación que tiende a crecer y no sabemos hasta cuándo, por ahora.

Todo esto para decir, que “la falta de sentido de la vida” en los jóvenes, es el primer problema. Están ante el dilema de qué hacer en el resto de sus vidas; en segundo lugar están afectados por la ausencia de sus padres, en tercer lugar la falta de educación. “De manera general, los jóvenes de hoy tienen un mayor nivel educativo, son más abiertos  a cambiar de lugar de residencia, conocedores de la tecnología y conscientes de sus derechos”, dice Diego Muñoz, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (13 de agosto de 2020).

 

Desempleo juvenil en Ibagué

Hacia el trimestre abril-junio, que incluye situaciones de la pandemia del coronavirus Covid-19, la tasa de desempleo en la capital tolimense llegó a ser del 37.6%, después de la de Neiva. En cuanto a los jóvenes, la tasa de desempleo afecta a más de la mitad de quienes tienen edades entre 14 y 28  años (51.3%), cuando debieran estar terminando el bachillerato, estudiando en la Universidad o trabajando.

Entonces, la situación coyuntural de los jóvenes en tiempos de pandemia, en cuanto a empleo, educación y pobreza, tiene características de crisis, por su magnitud.

Si se establece la relación del desempleo con el nivel educativo de la población total, lo primero a decir es  que en Colombia la población desocupada a junio de 2020, llegaba a la cifra de 4 millones 533 mil personas en edad de trabajar. De ellos, en su orden, los más afectados son las personas que han cursado la educación media (un 43.1%), luego los de primaria y educación secundaria (un 24.3%), es decir, que han cursado hasta el grado Noveno de bachillerato, seguido de quienes registran estudios de técnica profesional y tecnológica (10.4%) y, en último lugar, quienes han cursado un pregrado universitario e inclusive tienen títulos de posgrado (un 8.4%).

Lo positivo de estos datos es que la educación sí vale para obtener empleo. Pero más allá del bachillerato, porque los títulos están afectados por lo que se puede denominar, como devaluación paulatina de los títulos.

 

Efectos de pandemia en desempleo

El Dane preguntó sobre “¿Cuáles han sido las dificultades que se le han presentado” en estos tiempos de pandemia, personas de 10 años y más, con relación al empleo y el desempleo.

Teniendo como fecha de referencia el mes de junio, la mayoría de los encuestados responde que no ha tenido dificultades (27.2 %); la reducción de la actividad económica y de ingresos (23.4.0%), no han podido realizar pagos de facturas y deudas (23.3%), se sienten solos (as), estresados, preocupados y deprimidos, manifestaciones de problemas de salud mental (20.7%); la suspensión de clases presenciales  en el colegio, en la universidad u otra institución educativa (15.3%), perdió el trabajo o la fuente de ingresos (14.4%), problemas para conseguir alimentos y productos de limpieza (14.4%).

 Entonces, además de los problemas de desempleo, se presentan estas dificultades que de una u otra manera han afectado la vida normal debido al Covid-19.

 

 Desempleo y acceso a universidad

Las cifras del Dane sobre la actividad laboral de las personas, nos dicen que la suspensión de clases presenciales en las instituciones escolares, está en el quinto lugar entre las dificultades creadas por la pandemia.

Tácitamente ello expresa el deseo de regresar a las aulas para recibir las orientaciones de aprendizaje con sus docente, frente a frente, lo cual no ha sido posible ni lo será, por lo menos en el resto del año 2020. Deseo que tiene por obstáculo el miedo a la contaminación del Covid-19 y la oposición de los docentes de la educación básica y media estatal, a cumplir con la estrategia de la alternancia propuesta por el Ministerio de Educación.

En la Universidad del Tolima y en la mayoría de las instituciones de educación superior estatales del país, se ha optado por la gratuidad (Matrícula cero) en cuanto a costos para acceder o continuidad de estudios. La gratuidad, muy seguramente, se establecerá hacia el futuro y en cuanto a esto, la Gobernación del Tolima se fue adelante al anunciar aportes financieros  para garantizar la gratuidad en la UT hasta el año 2023.

El uso de medios digitales como una de las estrategias para garantizar la enseñanza, también se afianzará como una práctica que permanecerá después de la pandemia.

En el Tolima, de cada 100 bachilleres que aspiran a ingresar a las instituciones de educación superior, solo 40 logran cupos de matrícula para ello. Entonces, además de la gratuidad establecida en la Universidad del Tolima y el Conservatorio, ¿qué se debe hacer para incrementar y facilitar la cobertura de este nivel educativo en el Tolima? ¿Qué hacer con los 14.795 bachilleres que se gradúan en el presente año en las instituciones escolares oficiales y en los colegios privados, de los cuales 6.275 serán graduados en Ibagué? Cifra que acrecienta la demanda de acceso a la educación superior con aquellos bachilleres graduados en años anteriores.

 

Opiniones de jóvenes ibaguereños

María del Mar Mejía, abogada y especialista en derecho público, excandidata al Concejo de Ibagué, con 1.574 votos y 27 años de edad, expresa su percepción sobre la problemática: “En Ibagué para los jóvenes conseguir empleo es quizás una de las metas más difíciles de cumplir, sin contar las grandes dificultades para acceder a la educación superior, no solo en pregrado, sino además en posgrados de los distintos niveles.

Con un índice del 51.3% siendo la segunda ciudad con mayor desempleo juvenil en el país, estas cifras se quedan cortas para nuestra realidad. En Ibagué, hay jóvenes que no estudian, ni trabajan ni tienen tareas específicas en casa, lo que la OIT ha denominado “los ninis”, nuestras generaciones se están quedando en el anonimato, dando como resultado mayor cantidad de suicidios y jóvenes que caen en las drogas.

Acceder a la educación es toda una apuesta debido a la inequidad entre clases sociales; afortunadamente para los próximos cuatro años en la UT habrá Matrícula Cero para pregrado, pero cuando un joven recién egresado busca hacer un postgrado, principalmente una especialización se encuentra con diversos obstáculos, principalmente el dinero, porque hasta para acceder a un crédito por parte del Icetex es todo un problema, sin contar con los grandes costos y la gran deuda que queda a futuro para poder formarse en nuestro país”.

Nicolás López, de 22 años, opina al respecto: “El desempleo en el país está siendo afectado por la falta de oportunidades que no encontramos los jóvenes , ya no es problema de educación ni preparación , porque muchos jóvenes que han tenido la oportunidad de acceder a una universidad, con el título no se asegura nada y terminan en trabajos mal pagados y explotados laboralmente.

El gobierno nacional no genera estrategias que puedan implementar en las empresas, y también con algunas trabas para la generación de empresa, es así como no se encuentran oportunidades de emprendimiento y muchos  terminan yéndose  del país

Muchos jóvenes no tienen la oportunidad de entrar a una universidad por falta de recursos, muchas familias no tienen ni siquiera el poder adquisitivo para alimentos mucho menos para poder pagar un semestre en una universidad ya sea pública y mucho menos privada,  los auxilios que el gobierno da,  muchas veces no son suficientes para cubrir la demanda académica”.

 

Credito
LUIS EDUARDO CHAMORRO

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