Las desigualdades educativas exigen acciones transformadoras

Crédito: Colprensa / EL NUEVO DÍALa educación gratuita puede ayudar a reducir la pobreza.
La gratuidad de la educación superior, mayores inversiones financieras para el funcionamiento de las instituciones escolares y la garantía de bienestar del magisterio, están entre otros reclamos.
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En Colombia se ha convertido en costumbre, evaluar el desempeño educativo de las organizaciones escolares por los resultados de la evaluación del rendimiento académico  dados por el Icfes, con relación a las pruebas Saber. 

Se exalta a los mejores estudiantes, se hace una clasificación de los planteles y se construye un ranking con base en estos resultados. Se tiene el imaginario de que las pruebas Saber dicen cuáles son los mejores establecimientos educativos en cuanto a la calidad educativa esperada.

De esta manera, se ocultan manifestaciones y datos sobre situaciones de inequidad en la oferta educativa, en todos los niveles. 

El Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de la Unesco, ha puesto en circulación un estudio coordinado por Néstor López, que sirve de referencia para la realización de investigaciones sobre las situaciones de inequidad educativa en Colombia y en el Tolima. El título del informe es “Desigualdades Educativas en América Latina, tendencias, políticas y desafíos, 2021” con cierre de abril de este año.

Se usa el término “desaventajados” para referirse a grupos que están a suficiente distancia de los mejores resultados, también se habla de “sectores postergados”, para referirse a aquellos sobre los cuales hay poca atención o intervención del Estado para mejorar situación. Acá se habla de brechas, término que puede ser equivalente. Para decir que hay brechas entre la calidad de la educación que se ofrece en los colegios privados con relación a las instituciones educativas oficiales; o brechas entre la oferta educativa de la zona rural con relación a la urbana.

 

El origen de las desigualdades educativas

El informe de IIPE-Unesco (2021,p.7), comienza por establecer que la ideología neoliberal ha permeado  en la educación, ha dado para situaciones de inequidad educativa en Latinoamérica y desde luego en Colombia, de ahí las posiciones contrarias entre el Estado colombiano y las de Fecode, visibles en las movilizaciones del paro indefinido desde el 28 de abril del 2021, que tienen paralizado al país parcialmente, desde entonces. La gratuidad de la educación superior, mayores inversiones financieras para el funcionamiento de las instituciones escolares y la garantía de bienestar del magisterio, están entre otros reclamos.

“La educación no se basa en los saberes, las experiencias y las expectativas de los sujetos de derechos – impedidos de participar en pie de igualdad en los debates, la toma de decisión, el monitoreo de la implementación y la evaluación de currículos, políticas, programas y prácticas educativas –, sino que muchas veces acaba por (re) producir y legitimar las desigualdades, formando incluso nuevos sujetos que sirven a la manutención del status quo… una educación pública, gratuita e inclusiva, a lo largo de toda la vida y adecuadamente financiada, puede reducir la pobreza, disminuir las desigualdades de género, promover la movilidad socioeconómica, reducir barreras entre ricos y pobres y entre grupos sociales, así como fortalecer sociedades democráticas y la participación ciudadana y política”, dice el documento (p.7).

Entonces, en este texto se mencionan fuentes de desigualdad o inequidad educativa en Latinoamérica, que nos involucran: la ideología neoliberal que propicia el interés por la productividad económica, la competencia, la formación para satisfacer las demandas del mercado; situación a la que se suman los costos educativos ante los cuales se pide la gratuidad en el acceso y la permanencia en las aulas, principalmente en la Educación Superior; educación que no satisface el avance hacia grados superiores para lo cual se pide educación  permanente durante toda la vida; financiación estatal de la educación en Colombia que no llega a cubrir toda la demanda, a pesar del monto del presupuesto para educación en los últimos años, el más alto.

Pero se reconoce que en los últimos años se ha mejorado de manera ostensible en cobertura, calidad y permanencia, tal es el caso del Tolima en el que la Gobernación se fue adelante en la financiación de matrícula gratuita en las tres instituciones de educación superior estatales: la Universidad del Tolima, el Conservatorio y el Itfip del Espinal. La gratuidad educativa para estudiantes de estratos 1, 2 y 3 ya ha sido anunciada para los siguientes años por el Gobierno nacional.

 

Las desigualdades educativas en América Latina, Colombia y Tolima

No hay suficiente espacio para identificar y exponer todas las desigualdades educativas que ocurren en América Latina, especialmente en Colombia y en el Tolima.

Entre las  desigualdades educativas  que  se identifican y describen en  el informe están las originadas en la situación económica y social de las familias, la de los pueblos indígenas y afro, las desigualdades en la oferta educativa según el género y la desatención a la población con discapacidades. Todas de común ocurrencia en Colombia y el Tolima, principalmente la relacionada con la educación en los resguardos indígenas.

Al respecto, Iipe-Unesco (2021), dice: “Persisten grandes desigualdades en el ejercicio pleno del derecho a la educación, el cual todavía se encuentra condicionado por el origen social de cada persona, su situación económica, el territorio en que habita, su etnia, su género, estatus migratorio, discapacidades, entre otros. Las probabilidades de acceder a experiencias de aprendizaje enriquecedoras son mucho más altas para las familias urbanas de clase media o alta que para las poblaciones rurales, indígenas o afrodescendientes” (p.17).

En el Tolima, las estadísticas nos dicen que la mayor desatención estatal y en consecuencia alta inequidad educativa, ocurre en Coyaima, en los 18 resguardos indígenas. Es indignante que las 15 instituciones educativas oficiales que gradúan bachilleres en este municipio estén en la categoría D, baja o inferior,  según los resultados de las pruebas Saber 11 del 2020. Son establecimientos educativos donde más del 80% de sus estudiantes obtuvieron calificaciones inferiores en una de las cinco pruebas. Y el problema es que esta situación ha ocurrido en los últimos años. ¿Qué se está haciendo para mejorar este hecho?

 

Situación educativa de Colombia en nivel medio

Se ubica a Colombia en un nivel medio, en cuanto a su situación educativa actual, junto a Costa Rica, México  y Paraguay. “Costa Rica, México, Paraguay y, en menor medida, República Dominicana y Colombia, reflejan acentuados procesos de expansión educativa y registran tasas de crecimiento altas para la mayoría de sus indicadores educativos”, dice el estudio. 

 

Lo ideal es estar en el nivel alto pero por lo menos no estamos en el grupo de países de nivel bajo

Son agrupamientos que sirven para comparar y plantear el interrogante de qué se puede hacer para estar entre los países de alto desarrollo educativo como es el caso de Chile. 

Nos debiéramos poner de acuerdo en que informes de gestión anual que presenten los mandatarios de las entidades territoriales que no incluyan datos sobre la evolución de los mismos ( una mirada diacrónica y no sincrónica) y que no hagan referencia al indicador nacional correspondiente, no debieran ser aceptados o por lo menos debieran ser objeto de rechazo.

 

Pasar de las reformas a la transformación

Se recomienda que se pase de las reformas a la transformación del sistema escolar, es una de las recomendaciones. Ello implica, que se debe avanzar hacia la transformación , más allá de los cambios que exige el Ministerio de Educación Nacional. 

Una educación que fortalezca el espíritu y el pensamiento crítico en los estudiantes, como lo pide uno de los fines de la educación, establecido en la Ley General de Educación, Ley 115 de 1994, en su artículo quinto: “El desarrollo de la capacidad crítica, reflexiva y analítica  que fortalezca el avance científico y tecnológico nacional…”.

 

Credito
Luis Eduardo Chamorro Rodríguez

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