Las voces de 10 docentes rurales: 74 escuelas rurales sin servicio de energía

Crédito: Suministrada / El Nuevo Día.Escuela en El Oso, al sur del Tolima.
¿Qué dicen los docentes de escuelas rurales sobre el difícil acceso a sus lugares de trabajo? ¿Cómo son las escuelas rurales, de qué servicios públicos disponen? ¿Cuál es la presencia de autoridades educativas y de las alcaldías? ¿Qué modelos educativos desarrollan estos docentes? ¿Qué pasa en las 74 escuelas sin servicio de energía eléctrica?
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¿Cómo vive y cómo se desempeña un docente en las 1.717 escuelas o sedes rurales ubicadas en lugares distantes y de difícil acceso? Porque pocas veces se pone la mirada sobre estos profesionales de la educación que contribuyen al desarrollo social de nuestras veredas.  Siendo que no hay otra organización estatal que haga presencia significativa en el las zonas rurales del Tolima. Se trata de la red de instituciones que está presente en lugares tan distantes, muchas veces sin acceso.

¿Qué dicen los docentes de escuelas rurales sobre el difícil acceso a sus lugares de trabajo? ¿Cómo son las escuelas rurales, de qué servicios públicos disponen? ¿Cuál es la presencia de autoridades educativas y de las alcaldías? ¿Qué modelos educativos desarrollan estos docentes? ¿Qué pasa en las 74 escuelas sin servicio de energía eléctrica?

El documento de Caracterización y perfil del sector educativo 2020, divulgado por la Secretaría Departamental de Educación, contiene este dato que plantea un problema grave.

En la escuela de Marquetalia, Gaitania, Sandra Patricia Bustos Rivera, Licenciada en Educación y especialista en Pedagogía, fue docente durante cuatro años, esta fue la vereda donde Manuel Marulanda Vélez alias Tirofijo y Jacobo Arenas, crearon las Farc.

Bustos Rivera describe así las circunstancias de su acceso hasta la escuela de Marquetalia, desde Chaparral donde residía con su familia: “Yo resido en Chaparral con mis dos hijos, llegaba a Planadas y de allí a Gaitania y de la sede de este corregimiento hasta la vereda Villanueva son dos o tres horas en carro. Pero hasta la escuela Marquetalia eran cuatro horas a pie a donde llegaba embarrada con mis botas de caucho”.

Esta docente estaba en calidad de provisional y no logró ganar el concurso realizado por el Ministerio de Educación en el 2019. Ahora es desempleada y su reemplazo, Yoli Andrea Ortiz, no ha podido desempeñar su cargo por falta de estudiantes.

Era una escuela que atendía la educación de los infantes y adolescentes de una familia, que se trasladó a otro lugar y, en consecuencia la escuela cerró sus aulas desde el presente año.

Es por lo menos un caso que sirve de referencia para conocer situaciones similares en otras zonas rurales, con relación al acceso a los lugares de trabajo de los docentes.

 

En Los Guayabos, escuela de Gaitania

Bajo la rectoría de Hermes Avendaño y la coordinación académica de Aldemar Rodríguez, la Institución Educativa Antonio Nariño del corregimiento de Gaitania del municipio de Planadas, funcionan 22 escuelas rurales, de ellas once son escuelas multigrado en cuanto sólo cuentan con un docente para atender estudiantes de los niveles de preescolar y primaria, hasta el grado quinto, para desarrollar los procesos de enseñanza y aprendizaje de las nueve áreas del plan de estudios obligatorio, a grupos de estudiantes que van de dos hasta 20 estudiantes, más o menos. Se puede afirmar que son docentes que deben “saber de todo”, inclusive inglés, porque es una de las áreas objeto de enseñanza.

Alexis Fabian Guevara Guevara es el docente único en la escuela o sede Los Guayabos, que queda sobre el río de este nombre y en zona que fue dominada por la guerrilla de las Farc por su cercanía con Marquetalia.

Con relación al acceso a esta institución escolar, estas son las palabra de Guevara: “Para llegar a Los Guayabos, se debe dirigir por la vía Gaitania-Villanueva en un recorrido de hasta dos horas y media dependiendo del estado de la vía, ya sea en campero o en motocicleta; y desde allí desplazarse aproximadamente una hora y media por un camino de herradura a pie o a caballo, el lugar presenta un clima húmedo con lluvias que coloquialmente llaman “espanta-bobos” pero que al fin de cuentas humedecen los útiles escolares que usa el docente, es recomendable llevar carpa todo el tiempo”.

 

En las veredas El Oso y Altosano

Concepción Elizabeth Torres Pulido, es la docente la escuela en El Oso, vereda de asentamiento del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de exguerrilleros de las Farc, en cumplimiento del acuerdo de paz, lugar donde se concentraron 159 personas, de ellas 70 en proceso de reincorporación, el resto miembros de sus familias.

Esta sede rural funciona con 26 estudiantes. “La movilidad se hace en auto o en moto. Hay deslizamientos de tierra, caída de árboles a la vía, huecos profundos, lo cual dificulta el acceso a la sede. La sede presenta problemas en su infraestructura, como: daño en los baños, a los cuales el agua no llega y las llaves no sirven. Energía sí hay, igualmente vivienda para el docente”, según la descripción que hace Torres Pulido.

Luis David Bonilla Montero es el docente de la escuela rural Altosano, en Gaitania, tiene a su cargo la enseñanza de 19 estudiantes: “El estado actual de la sede es muy precario, en términos físicos la escuela se nota en estado de abandono, el tablero está por caer al piso, no cuenta con servicio de agua y sí hay energía eléctrica. La escuela no tiene las ventanas selladas, por tal motivo, los animales, el polvo, y demás aspectos del entorno han deteriorado durante años el poco material con que cuenta la escuela. Por último, la vivienda no tiene condiciones dignas para que el docente pueda habitarla”.

 

En Alto del Rompe de Falan y otras escuelas rurales

Andrea Del Pilar Linares Vergara es la docente que orienta el aprendizaje de 24 estudiantes, dos de preescolar , ocho de cuarto y 16 de grado quinto, en la vereda Alto del Rompe, de Falan, al norte del Tolima. “Las aulas donde se atiende la población de primaria de la sede principal se encuentra en zona de riesgo y la infraestructura está fracturada”.

Miguel Ángel Reyes Vergara es docente de la escuela rural Tavera, de la IE Alto de Rompe, con siete estudiantes: “La sede es una de las más apartadas del casco urbano, se encuentra aproximadamente a 22 kilómetros (km) del mismo, esta sede cuenta con dos rutas de acceso, una es por las veredas del municipio y la otra ruta es por la vía que conduce al municipio vecino (Palocabildo) donde son 10 km de carretera en buen estado y lo restante en carretera destapada (trocha)”.

 

Escuela El Recreo, en Varsovia - Florida, Cunday

Yenny Lucía Castillo Cortés es docente de aula, de la sede El Recreo de la Institución Educativa Varsovia - Florida de Cunday, la cual funciona con nueve estudiantes de todos los grados de primaria: “La institución está ubicada en el alto de Cunday, limitando con el municipio de Icononzo, a tres o cuatro horas del casco urbano; para acceder a la escuela se debe tomar la carretera terciaria Cunday – Varsovia, con desvío hacia Hoya Grande”.

También han dado su testimonio María Nery Rodríguez Montaña de la sede Jabalcón Ánimas, de la IET General Roberto Leyva, del municipio de Saldaña, que tiene problemas con el servicio eléctrico “más de cinco meses sin energía eléctrica, por caída de ramas de un árbol sobre la red eléctrica, hasta que la Alcaldía Municipal lo solucionó”.

Yolima Guarnica, la única docente en la sede rural de Sabanalarga, de la IE Lepanto, en Murillo, con la experiencia de 32 años como docente de escuelas rurales, precisa algunos aspectos propios de la educación que se ofrece en las zonas rurales del Tolima: “La ausencia del Estado es total. Es como si el Estado quisiera que desaparecieran las escuelas rurales. La Ley General de Educación debe ser reformada”.

Credito
LUIS EDUARDO CHAMORRO RODRÍGUEZ

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