El carácter inacabado de la nouvelle en Soledad para dos, de Jairo Restrepo

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La novela corta de este escritor tolimense fue galardonada con el Premio del 30° Certamen Literario Internacional Argenta 2013.

En la nouvelle, “género a caballo entre el cuento y la novela propiamente dicha” (Cortázar, 1971, p. 406), a veces se encuentra que la historia narrada abarca apenas un cuadro de la vida donde interviene una situación difícil que pone a prueba la astucia y moral de los protagonistas. En este tipo de relato breve puede presentarse un final inacabado, en tanto da la impresión de que “la nouvelle no está terminada” (Shklovski, 2002, p. 132). Se trata de un “final ilusorio” (p. 132) en el cual, más que focalizarse las acciones de los personajes, se cierra con la primacía del paisaje: “Habitualmente son las descripciones de la naturaleza las que dan la materia de esos finales ilusorios” (p. 132).

Situación difícil, astucia, carácter inacabado y descripciones de la naturaleza son características visibles de Soledad para dos, nouvelle de 50 páginas, ganadora del Premio XXX Certamen Literario Internacional Argenta, celebrado en 2013 en Argentina. Su autor es el narrador y ensayista Jairo Restrepo Galeano (Lérida - Tolima, 1951), antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia y Magister de la Pontificia Universidad Javeriana. Entre sus obras figuran, además, Señales atendidas (novela, 2012), Otras esquinas (relatos, 2011), Narración a la diabla (novela, 2008), Cada día después de la noche (novela, 1996) y Ojos de arena (cuentos, 1983).

En Soledad para dos interviene como protagonista Anastasia, periodista cartagenera y exreina de belleza. Ella toma el riesgo de entrevistar en inmediaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta a un comandante de la guerrilla, quien busca mandar un mensaje al gobierno. Para llegar a la zona propuesta por el revolucionario hace un viaje en una deteriorada avioneta. Una tormenta obliga a aterrizar de emergencia en medio de la sierra. Anastasia y el astuto piloto que evita la tragedia (Jerónimo) deben caminar largas horas hasta el sitio del encuentro.

La adrenalina de enfrentar lo desconocido y los avatares de la supervivencia aproximan lentamente a los personajes, al punto de compartir sus hondos desencantos por el sadismo de la violencia en Colombia y una cama en una cabaña abandonada.

El final inacabado se da porque el narrador extradiegético elige cerrar el relato con el encuentro erótico de Anastasia y Jerónimo, en vez de indicar si efectivamente se logró la entrevista con el comandante guerrillero; es como si, ante los horrores de la guerra y las excusas de quienes se autoproclaman redentores, fuera preferible el goce de los sentidos.

Credito
JORGE LADINO GAITÁN BEDOYA*

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