de esa Ibagué de antaño El Quinteto de Ibagué Libros que hacen parte de esta colección 1. 2. 3. 4. 5.

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El escritor tolimense Camilo Pérez Salamanca presenta un nuevo tomo de anécdotas, testimonios y reconstrucciones sobre personajes catacterísticos de la ciudad.

‘Badana’, ‘La Guacharaca’, ‘El Loco Álvaro’, ‘Pitágoras’, ‘Caregancho’ y otros personajes de aquel Ibagué de antaño, renacen en el cuarto libro de la serie ‘El Quinteto de Ibagué’, con el cual el escritor Camilo Pérez Salamanca, pretende reconstruir la cotidianidad ibaguereña del siglo XX.

En este trabajo titulado ‘La Primavera de los inocentes’, el autor cuenta en sus 156 páginas, anécdotas casi olvidadas de personajes peculiares, hechos deportivos y culturales que marcaron un precedente en la ‘Ciudad Musical de Colombia’, y que de alguna manera, constituyen esas “acuarelas de la Ibagué que ya se fue, que se nos escapó de las manos”, como lo dijo en su ceremonia de presentación.

Personajes que marcaron a una generación, como ‘Badana’, ‘La Guacharaca’, ‘El Loco Álvaro’, habitantes que permanecían en la carrera Tercera con sus ‘locuras’ y que los muchachos de aquel entonces gritaban y molestaban, solo esperando el ‘madrazo’ o la ‘correteada’ por las frías calles de una ciudad de al menos 100 mil habitantes.

Deportistas que arribaron al Departamento con la ilusión de alcanzar la gloria pero que esta les fue esquiva e infortunadamente para quienes la vivieron, fue ‘mala suerte’ o un duro golpe del destino, como le sucedió a Matias Quintos, refuerzo peruano al servicio del Deportes Tolima en la década del 60.

Incluso soñadores como Marco Suncho, un joven que aseguraba iba a destronar a los grandes ciclistas de todos los tiempos, y aseguraba, sería portada de las mejores revistas deportivas del mundo; según el escritor, para enamorar a las muchachas de servicio que trabajaban en La Pola, Belén e Interlaken.

Carteros, conductores de servicio urbano, prostitutas, actores, voceadores, sacerdotes, músicos, aficionados a la política, ‘filósofos de la vida’, aparecen en esta obra, cada uno con su respectivo mote o apodo que los hizo inconfundibles.

Un recorrido de

apodos y groserías

‘Chita’, ‘Chivo’, ‘Boca de Ángel’, ‘La Mariposa’, ‘Getesapo’, ‘La Guacharaca’, ‘Badana’, eran los más groseros de la época, bastaba solo un grito de algún estudiante o transeúnte, para que alguno de estos personajes iniciara con una retahíla de obscenidades.

Pocos recordarán el nombre de María Tovar, pero si escuchan el mote de ‘La Guacharaca’, muchos tendrán en su mente a una vieja que en la década del 60 se hizo popular por su vocabulario no muy elegante y que algunos caballeros de la época la conocieron, pues bastaba una frase para que alzara su falda y se mostrara como Dios la trajo al mundo.

¡Chochipastranistaaaas! Fue uno de los gritos de esta mujer que no le importaba el calibre de sus palabras para enfrentarse con los ciudadanos, e incluso infundía terror entre los comerciantes, pues no le importaba acabar a piedra las vitrinas de los almacenes de la carrera Tercera.

Frases como: “El que tira piedras, es el que tiene la cagalera volteada’, eran las que le gritaban a ‘Badana’ y este sin pensarlo iniciaba la guerra por la calles empedradas, correteando a mujeres, niños, terminando la ciudad escondida del temerario combatiente.

Pero aparte de sus batallas campales, ‘Badana’ también era apreciado por algunos que le brindaban alimentos.

De estos dos personajes el Museo de Arte del Tolima tiene en su entrada las esculturas.

‘La Primavera de los Inocentes’ es el significado de 24 perfiles de una exhaustiva investigación y entrevistas del periodista ibaguereño Camilo Pérez Salamanca.

Credito
ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS

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