¿Qué es la Minga y cómo se vive? A través de sus fotografías, el tolimense Luis Carlos Ayala participó de este proceso social y político, incluso desde días antes que las comunidades indígenas partieran de sus territorios y recorrieran el suroccidente colombiano.

Durante más de dos semanas, el fotógrafo nacido en El Líbano, vivió de cerca esta experiencia que tuvo el aval de las organizaciones indígenas que lideraron la ‘Minga por la vida’. Jornada que se extendió en tiempo y esfuerzo dadas las condiciones que el Gobierno Nacional no garantizó.

“Sentir todo el rigor que implica viajar de esa manera junto a los indígenas, con ese esfuerzo. La idea era conocer esta experiencia y reflejarla en las fotos. Aún hace falta mucho por publicar.

En Cali, a último momento la decisión fue seguir hasta Bogotá como acto político. Allí tomé la foto de la ‘Silla vacía’ que tuvo gran impacto”, afirmó Ayala.

Por lo que a partir de esa decisión, la Minga avanzó hasta la capital del País, pasando por varias ciudades donde el estigma que muchas veces se impone, pasó a un lado demostrando cómo ‘caminan la palabra’. Ejemplo de ello fue el buen comportamiento y el respeto por entregar los espacios tal cual como fueron recibidos.

“En Soacha y Bogotá el recibimiento fue muy bonito. Vi a más de uno con lágrimas de alegría a pesar de las campañas de desprestigio que se les hizo (...) este es un ejercicio de reflexión muy grande, y va uno en el camino entendiendo muchas cosas, como la necesidad de expresar esa inconformidad que al Estado parece no importarle. Ahora toca esperar qué va a seguir”, manifestó el tolimense.

Por lo pronto, Ayala regresó al Cauca para seguir construyendo un reportaje que tenía claro realizar.

DATO

FB: Luis Carlos Ayala

IG: @luiscarlosa85

Desde la vereda El Pital en Cauca, Ayala partió junto con la Minga donde pequeños y mayores participaron.

Avivando el fuego a cargo de los mayores indígenas.

La Guardia Indígena coordinó el proceso, primero hasta Cali y luego a Bogotá.

Con alegría y disciplina, la Minga avanzó por todo el suroccidente colombiano.

Ascenso por La Línea desde el Quindío, que los llevó hasta el Tolima.

Llegada de la Minga a Bogotá. El recibimiento de la ciudadanía fue positivo y de gran acogida.