‘Ibagué, centro de la música polifónica’. Así se tituló una corta, pero concisa nota en la primera edición de este diario, hace 28 años, cuando la ciudad mantuviese en lo más alto el título de Ciudad Musical que desde comienzos del siglo pasado le fue reconocido, gracias al éxito de sus coros.

Una época de gloria, de esas que llaman ‘de oro’, logró que esta propuesta trascendiera por décadas, llevando a cabo giras e importantes conexiones, permitiendo que cientos de intérpretes se destacaran allí, además de mostrar al Tolima como cuna del arte en Colombia.

Según la historia del Conservatorio del Tolima, fue en este lugar y bajo la dirección del maestro Alberto Castilla, que en 1908 se crearan, y dos años después (1910), se presentaran como un coro mixto.

De ahí en adelante, las páginas de aquella historia anotan encuentros y conciertos en escenarios internacionales como la Ciudad del Vaticano, en la Sala Benedictina frente al Papa Paulo VI, quien les otorgó la medalla Concilio Vaticano II.

Además, un amplio e importante paso por otros países de Europa donde los elogiaron por sus repertorios, que iban de las composiciones clásicas hasta los aires folclóricos, por lo que pasaron bambucos y guabinas, entre otros, y recibieran miles de aplausos.

No obstante, en su país natal también esta ‘masa coral’ tuvo un destacado reconocimiento. Recorrió varias ciudades, donde personalidades y ciudadanos asistían a verles y disfrutar del imponente show, que les otorgó varias condecoraciones, entre ellas la Cruz de Boyacá.

Embajadores tolimenses

Según la investigación del escritor y docente Carlos Orlando Pardo Viña, que hasta el momento ha publicado dos de cuatro partes en el portal web de elcronista.co, los coros masculino, femenino y el de niños, llamado “muñequero”, se institucionalizaron en la década del 30.

Es decir, llegó a estar integrado por más de 100 personas, que vieron en este espacio una escuela y una plataforma de muestra para que nuevos talentos se destacaran luego con exitosas carreras.

Cabe recordar que, luego del fallecimiento del maestro Castilla, doña Amina Melendro tomó las banderas y permitió acrecentar el triunfo de este coro, que además de ocupar tradicionales espacios en su tierra natal, también brilló en escenarios del territorio nacional.

Según James Fernández, rector del Conservatorio del Tolima “este gran proyecto arranca con el maestro Alberto Castilla y luego doña Amina Melendro lo sucede, hace cosas que hoy día el Conservatorio sigue trabajando y recogiendo frutos de todos esos aportes que le dieron a la región.

“Don Alberto Castilla funda la Escuela de Música que hoy son los proyectos de extensión y proyección social; doña Amina recoge ese proyecto y lo amplía, teniendo un colegio que duró en estas instalaciones casi 50 años, (...) y en 1980 le reconocen al Conservatorio del Tolima como institución de educación superior por el Ministerio de Educación”.

De ahí que sea el Conservatorio el ‘templo de la música’ en el Tolima, y reconocido de esa misma manera a nivel nacional e internacional. Que arriben además, cada año cientos de músicos talentosos y se proyecten en la amplia oferta educativa (...) “hoy ese legado se mantiene vivo”, agregó Fernández.

Positiva proyección

Pese a que el movimiento coral ha tenido ‘subidas y bajadas’, a lo largo del tiempo se han creado agrupaciones de calidad privada, como el Coro Polifónico Nuevo Tolima; además de otras que pertenecen a instituciones de educación superior, como por ejemplo las universidades de Ibagué y el Tolima.

Mientras tanto, desde el Conservatorio del Tolima, a cargo de la maestra Diana Montaña, se lleva a cabo el Encuentro de Dirección Coral. “Este año el Conservatorio del Tolima tenía previsto hacer el lanzamiento del Polifónico de Coros nuevamente.

“Por temas de pandemia no se pudo realizar, pero se hizo un encuentro coral vía streaming. (...) tuvo un alcance importante, y las comunicaciones en ese sentido se fortalecieron debido a las diversas plataformas digitales. Esperamos que pronto podamos regresar a la presencialidad”, finalizó Fernández.

De concursos y polifonía

Todo el éxito que trajo consigo el coro en sus inicios, dio paso a un recordado concurso Polifónico Internacional llamado ‘Ciudad de Ibagué’, albergando a las más importantes masas del mundo.

Comenzó en 1977 y se realizó de manera consecutiva cada dos años, durante largo tiempo, pero tuvo interrupciones debido a temas organizativos y presupuestales; sin embargo, en 1992, como lo registra la primera edición de EL NUEVO DÍA,  “el 10 de diciembre, la capital del Tolima volverá a ser escenario del Concurso (...) y llega en esta oportunidad a su sexta versión.

“(...) Los coros serán el centro de atención durante varios días y los ciudadanos podrán conocer y apreciar la cultura musical de diferentes regiones y países, a través de los conciertos que se llevarán a cabo en iglesias, parques y escenarios culturales de la ciudad”. Pero, finalmente, con el tiempo desapareció.

A la historia de los coros, el Rector del Conservatorio del Tolima agregó acontecimientos importantes. El primero, que desde la migración que generó la Segunda Guerra Mundial, a Latinoamérica, y particularmente Colombia, una delegación italiana se desplazó y arribó a Ibagué por su historia.

Y de ahí, la cultura coral. “Por aquí pasaron los grandes músicos (...) y es ahí cuando el Conservatorio en ese gran proyecto de los Coros Polifónicos llegaron a cantarle incluso al Papa”.

Además, contó que “la sede que se denomina Edificio Bolivariano fue construida para albergar a los coros que participaban en ese gran Concurso Polifónico Internacional. (...) Todo ese entramado fueron grandes decisiones que tomaron fuerza tal, que ahora se mantiene”.