Como si se tratara de una vía pavimentada con plastilina está la variante que de Ibagué conduce a Bogotá, en especial en el repartidor, donde se abre la vía hacia Payandé.

Además de ésta, la calle 145, a la altura de la glorieta que lleva al Aeropuerto, también presenta deterioro, los taches y los reductores se hundieron, y la carpeta asfáltica ya registra la denominada ‘piel de cocodrilo’.

Sobre la variante, el asfalto cambió su forma y ya no es llana: se formaron surcos, además los reductores de velocidad ya no prestan su servicio, pues también se hundieron y quedaron esparcidos por la carretera.

Los vehículos de carga y particulares que transitan ya no bajan su velocidad, puesto que de los 12 reductores todos quedaron literalmente derretidos: esto podría nuevamente generar accidentes como los ya acaecidos sobre esta importante arteria vial.

Pero lo curioso del caso es que los daños son más notorios en un solo costado de la doble calzada, pues el que de Bogotá conduce al Occidente del país no registra este fenómeno de hundimiento.

La 145

 Luego del catastrófico accidente de tránsito que se registró en diciembre de 2012, donde fallecieron ocho personas, se ordenó la instalación de una serie de reductores de velocidad en inmediaciones de la glorieta del Aeropuerto, con el fin de evitar que los automotores tomaran esta vía a gran velocidad.

No obstante, estos reductores también se esparcieron por la vía y los taches que fueron puestos para mermar la velocidad de los coches, se hundieron.

Además de esto, la carretera ya registra falta de mantenimiento, ya que se evidencia la llamada ‘piel de cocodrilo’.

Algunos motociclistas y conductores de servicio público y privado sienten cómo los surcos tratan de desestabilizar el carro, otros cruzan a alta velocidad.