Jóvenes: cada vez con más educación, pero con menos oportunidades

COLPRENSA – EL NUEVO DÍA
La juventud colombiana está cada vez más preparada y educada, pero encuentra cada vez menos oportunidades laborales.

Mientras la economía colombiana se expande y continúa por la senda de crecimiento, hay un segmento de la población que aún no goza de posibilidades de inserción en los aparatos productivos y que permanece rezagada.

Colombia cuenta con una población juvenil de cerca de 13 millones de personas, que representa el 26 por ciento de su población total.

De acuerdo con el Departamento Administrativo de Estadística (Dane), el 14.1 por ciento de los hombres jóvenes está desempleado, mientras que en las mujeres este porcentaje incrementa a un 23.5 por ciento.

Los expertos consideran que aunque se ha avanzado, hace falta una política pública y una mayor inversión que ayude a potenciar las capacidades de la generación joven más grande y calificada de la historia, que le generará al país grandes posibilidades de crear un vasto capital humano, social y económico.

Según estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), correspondientes a 2009, el 41.5 por ciento de los hombres jóvenes en Colombia estaba en situación en pobreza, mientras que las mujeres lo eran en un 45.7 por ciento.

La brecha es evidente entre los jóvenes de la ruralidad y las zonas urbanas. En las ciudades la pobreza juvenil llega al 38.4 por ciento, mientras que en las áreas rurales este porcentaje es de 61.2 por ciento.

Ante un panorama como el actual, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) advierte que si Colombia no fortalece su inversión en salud, educación y empleo de los jóvenes en los próximos años, corre el riesgo de tener una población que envejece en condiciones de pobreza y vulnerabilidad, con una gran carga social y financiera.

Mayor inversión y cohesión institucional

Los retos por delante son muchos, por eso los expertos hacen un llamado tanto al Gobierno nacional como al sector empresarial para que articulen esfuerzos y, en conjunto, puedan brindar más alternativas a la población juvenil.

Para la representante auxiliar del Unfpa, Lucy Wartenberg, es imprescindible que “el Gobierno continúe trabajando en el mejoramiento de la calidad de la educación, cobertura y generación de capacidades para la empleabilidad y el trabajo”.

La experta afirma que el sector empresarial también debe trabajar en esa dirección desde sus posibilidades.

“Las empresas deben tener un compromiso en incorporar a jóvenes dentro de su grupo laboral y, al mismo tiempo, de comprometerse a formarlos para las habilidades que necesitan”.

Por su parte, “el Estado debe generar políticas públicas que promuevan y generen incentivos en la empresa al contratar jóvenes, ser más vigilantes y vincular al sector privado a la financiación y formación de estos jóvenes”, propone Wartenberg.

Colombia es la tercera economía de América Latina, pero a futuro los costos de una población juvenil rezagada no solo son sociales, sino que se convierten en económicos y financieros.

“Estamos desperdiciando, con la exclusión juvenil, un potencial que podría ser central para el desarrollo de nuestros países, en tanto estamos dejando por fuera a la generación más y mejor calificada de toda la historia, ahí radica el principal costo de lo que estamos haciendo”, afirma el director del Centro Latinoamericano sobre Juventud, Ernesto Rodríguez.

Son muchos los frentes a los que hay que apostar para lograr una mayor participación de los jóvenes en la sociedad. Solo uno de cada tres jóvenes accede a educación superior. En las zonas urbanas, únicamente el 33 por ciento de entre 18 y 25 años está incursionado en el sistema educativo, mientras que en las zonas rurales esa tasa se reduce a 14 por ciento.

Además, se especula en que cerca del 20 por ciento de los jóvenes está sin acceso al sistema general de seguridad en salud.

Por tanto, la inversión en salud, educación, empleo y participación de los jóvenes se constituye en un mecanismo para superar la pobreza, la desigualdad y la violencia que afectan a la población juvenil.

El experto afirma que en el próximo cuatrienio y más allá del periodo presidencial, la inversión debe estar direccionada principalmente al sector social, pues “los países que más funcionan en América Latina lo hacen porque tienen grandes niveles de inversión social y apuestan al bienestar de la gente, logrando que, en general, haya menos problemas de inseguridad y violencia”.

Con Rodríguez coincide la asesora regional de la Cepal, Olga Lucía Acosta, quien afirma que “estamos desaprovechando el potencial más grande que existe. Estamos llamando con urgencia a invertir en los jóvenes; cuanto más tengamos con buen capital humano y buenas capacidades para innovar, mejor va a ser el bienestar para todos”.

Algunas iniciativas en pro de los jóvenes

 El Gobierno nacional ha dispuesto iniciativas encaminadas a garantizar el acceso de los jóvenes al mercado laboral y, además, a protegerlos ante los periodos en donde estén inactivos.

Una de estas es la Ley de Primer Empleo, que tras un año de haber entrado en vigencia ha permitido mejorar la situación laboral del país, con beneficios para cerca de 45 mil empresas y 400 mil jóvenes menores de 28 años.

Otra de las iniciativas recientemente sancionadas dispone que toda persona entre los 18 y 25 años que esté desempleada o cotice como independiente y cuyos padres aporten al régimen contributivo, hará parte del grupo familiar y estará afiliada al sistema de salud como beneficiario, con miras a garantizar el derecho al acceso a la salud.

A estas se suma el Conpes aprobado para la generación de empleo juvenil, que define las estrategias para que los jóvenes entren al mundo laboral y productivo.

Así como estas, deberán promoverse otras iniciativas, pues poner a los jóvenes como prioridad para la agenda de desarrollo en las próximas dos décadas será crucial para Colombia, con miras a lograr mayor inclusión y una sostenibilidad en el futuro. 

Credito
COLPRENSA

Comentarios