Un millón de hectáreas en cinco cadenas del agro, cifra imposible de alcanzar

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La iniciativa, según el Ministerio de Agricultura, busca tener sectores de talla mundial y jalonar recursos para sembrar un millón de hectáreas por cadena. Para los gremios, es una pretensión apresurada.

El Ministerio de Agricultura lanzó, el 25 de junio de este año, algo que denominó Grupo de Banca de Inversión del Sector Agropecuario y Piscícola.

Ese día informó que se pretendía llegar a un millón de hectáreas sembradas por cadena, a 2020. Es decir, una meta para los próximos seis años.

Los cultivos que se impulsarían serían: maíz, soya, hortalizas, frutas, forestales, piscicultura y cacao.

Y no solo eso. El Ministerio agregó, en su momento, que esta iniciativa generaría empleo directo e indirecto para más de 540 mil pequeños productores y sus familias, ingresos por más de $5.4 billones y un impacto superior a $3 billones en el PIB.

En pocas palabras, se promoverían grandes proyectos productivos viables y rentables en el agro. Además de ser una “nueva política para transformar y modernizar el agro”.

Salvo contadas excepciones, los gremios consultados por este diario, estimaron que es una intención ambiciosa, pero que no es aterrizada para la realidad de Colombia.

Fue la Federación Nacional de Cacaoteros, Fedecacao, la primera en manifestar su “decidido apoyo” a esa iniciativa aduciendo el potencial que tienen esos granos en los mercados internacionales”.

Sin embargo, para Ómar Acevedo Ramírez, presidente de la Mesa Nacional Cacaotera, antes de sembrar una hectárea de cacao en el país, se deben renovar y corregir las existentes pues mientras se habla de clones con producciones entre mil 500 y dos mil kilos por hectárea, la realidad es otra, ya que el promedio nacional no llega a los 300 kilos.

“En las zonas cacaoteras hay múltiples problemas técnicos. Hoy en Santander se tienen plantadas, según lo manifestado por Fedecacao, 70 mil hectáreas de las cuales el 70 por ciento están envejecidas, y cerca de 49 mil hectáreas son improductivas. Antes de plantar, vamos a salvar lo que hay”, asegura.

Acevedo Ramírez a su vez, añade que en “esas cuentas alegres no se habla de la incidencia de la monilia, enfermedad que literalmente se lleva el 50 por ciento de lo producido en Santander; es decir, se dejan de producir 12 mil toneladas por su incidencia, que a precios de hoy valdrían más de $7 mil millones. Como se puede ver, antes de pensar en saturar el mercado hay que corregir los errores que vienen desde hace lustros”, agrega.

Y a todo lo anterior, según el directivo de la Mesa Nacional del Cacao, hay que agregarle la falta de una política agropecuaria, pues no hay ninguna protección ante eventualidades climáticas como las que enfrentan con el fenómeno de ‘El Niño’, la infraestructura es nula, los insumos son muy costosos, e incluso la volatilidad del dólar jugaría en contra.

Por su parte, el presidente Ejecutivo de Fedecacao, Eduard Baquero, ha dicho que es una oportunidad, a través de la estructuración de proyectos, de volver a Colombia un protagonista en el concierto mundial de cacao, pues hoy solo representa el cinco por ciento de la producción mundial.

En su comunicado, el directivo estima que “se dispone de la tecnología necesaria para dichas siembras, al igual que para la renovación de los árboles envejecidos para que mejoren sus rendimientos”.

El dirigente gremial considera que hay que tener en cuenta que, de acuerdo con los reportes de la Icco, la autoridad mundial del cacao, en el mercado externo se tendrá un déficit elevado ante el incremento de la demanda de China y demás países torrefactores, lo que es una oportunidad para aprovechar.

Además, se puede resaltar el mayor activo del cacao colombiano, considerado como fino de sabor y aroma.

Medidas contracíclicas

En Colombia hay mercado y tierras para sembrar un millón de hectáreas de maíz y un buen hectareaje de soya.

Sin embargo, mientras el Gobierno no tenga una política definida que contenga medidas contracíclicas que mitiguen el riesgo de los cultivos, no hay que pensar en esa pretensión.

Ese es el concepto de Henry Vanegas Angarita, gerente General de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas, Fenalce, quien a su vez considera que muestra de las eventualidades se padece hoy con el fenómeno de ‘El Niño’, factor climático que de seguir tan fuerte como se presentó, impedirá que se recolecte un millón de toneladas de maíz.

“Le hemos propuesto al Gobierno seguir con las 600 mil hectáreas o llegar a 800 mil; pero si contáramos con reglas claras, reglamentadas y establecidas se podría llegar al millón de hectáreas, que con producciones de 5.6 toneladas por hectárea, se atendería la demanda nacional y no habría que importar”, agrega.

Agrega que existen zonas para el desarrollo de ese cordón maicero y estaría integrado por Tolima, Huila, Magdalena Medio, Cesar, Piedemonte llanero y los valle del Sinú y San Jorge, en la Costa Atlántica.

“Si no hay políticas claras, es mandar a los agricultores a un salto al vacío”, concluye.

Número ambicioso que se queda en el papel

Para el sector reforestador de Santander, pensar en un millón de hectáreas es un número ambicioso e irreal pues se tendrían que sembrar 167 mil hectáreas anuales durante los próximo seis años.

Según Luis Carlos Echevarría Franco, gerente de Refocol, así se tengan todas las condiciones es una cifra difícil de lograr en el próximo cuatrienio. “Hay algo de improvisación y ligereza, pues sembrar una hectárea de maderables no es tan fácil como se piensa”, dice.

Para el directivo, llegar a 50 mil hectáreas anuales fue una odisea en la que trabajaron muchos actores y casi no se logra.

“En el trópico ocurren muchas eventualidades, por ejemplo, con este fenómeno ‘El Niño’ se atrasaron todas las siembras y la intención de los empresarios y campesinos se fue al suelo, pues nadie va a plantar un cultivo para perderlo en sus primeros días por falta de agua”, agrega.

Echavarría Franco dice que todos los viveros que tenían plántulas para llevar a sitio definitivo, se quedaron con ellas, pues la demanda fue cero ante los efectos negativos de trae consigo ‘El Niño’.

Igualmente estima que se necesitan muchos recursos y selección de las zonas, situación que no ocurre de la noche a la mañana. Para Echavarría Franco, es una cifra muy ambiciosa que se puede llevar a cabo, pero solo en el papel.

Realismo mágico

“Es una cifra llena de buenas intensiones y mucho realismo mágico del que se pulula en el país y que en el agro ha hecho tanta carrera. Lo primero que se debe hacer, es terminar de realizar el censo agropecuario, para al menos, saber con certeza que áreas se tienen en frutales en el país y cuales son sus necesidades y condiciones”.

Así lo estima el ingeniero agrónomo Víctor Hugo Morales Núñez, gerente de Agronegocios y Proyectos Ltda, AG&P, al referirse al proyecto Banca de Inversión propuesto por el Ministerio de Agricultura.

Morales Núñez dice que esos afanes solo llevan a que “muchas personas se pongan a sembrar y luego, al no poder exportar, porque con las condiciones actuales no se puede ser competitivo, terminen en una sobreoferta en el mercado nacional y por ende, su caída de precios”, agrega.

Morales Núñez expresa que sembrar 200 mil hectáreas de cítricos o cacao demanda toda una logística de la cuál no se ha dicho un ápice.

“En solo cacao se necesitarían 200 millones de clones en viveros, que tienen pérdidas del 20% por selección. ¿Quién lo va a producir? ¿Dónde se van a sembrar? y lo más importante: ¿A quién se le va a vender?”, sentencia.

Credito
MARCO A. RODRÍGUEZ PEÑA

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