Pero la felicidad duró menos de 20 minutos, ya que tras confirmar que el número que tenían en sus manos no era el del sorteo de la noche, sino que eran los números de un viejo sorteo. 

La noticia ocupó titulares en varios medios de Estados Unidos. “Yo decidí jugar el PowerBall porque nadie lo había ganado en el sorteo pasado y reuní a 42 personas entre familiares y personal del restaurante, consiguiendo un total de 220 dólares para comprar los boletos”, explicó Diego a la emisora Blu Radio.

Diego, quien trabaja en el parqueadero de un restaurante en New Jersey, llamó a su esposa y ella de inmediato salió al restaurante para abrazar al nuevo millonario. La gran noticia llegó también hasta los familiares en Colombia.

Moreno incluso le dijo a los clientes del local que era millonario y por lo tanto no podía ir a buscarles su carro en el parqueadero, se fue a su casa y empezó a planificar qué hacer con el dinero, hasta que el teléfono sonó.

La llamada, que procedía del restaurante, le informó de que había ocurrido un error al comprobar el resultado de la lotería, ya que en realidad la página web del sorteo no había sido actualizada y mostraba los números de la semana anterior.

El bogotano quien convenció a sus compañeros para hacer una colecta y comprar el billete de la lotería, ya había hecho cuentas con los 1.500 millones de dólares, que debía repartir en partes iguales con sus 40 compañeros y además había pagado en su mente la hipoteca de la casa y otras deudas que tiene la familia en la actualidad.

Pero después de los abrazos, el llanto y la felicidad, Diego y sus compañeros pasaron al silencio y a la reflexión, para retomar sus labores, ya que todo había sido una equivocación y no eran los ganadores.