Con 105 años, la señora María Omaira goza de una vitalidad que pocas personas podrían creer, tiene el sentido del humor a expensas de quien se exponga a algunas de sus frases.

Según ella misma, “trabajando y cogiendo el camino hasta encontrarle punta” ha sido la razón de su vitalidad, sin embargo, sus condiciones de vida actuales han degradado su salud y bienestar.

Hace cinco años cocinaba e iba a la iglesia Pentecostés con su hijo Ismael, quien tiene problemas cognitivos, pero ahora no puede valerse por sí misma, ya no sale de su casa por lo que sus vecinos se han encargado de la alimentación de ambos.

María Omaira Ortigosa Cangrejo oriunda de Santa Ana, Huila, nació el 15 de noviembre de 1910 en una familia de escasos recursos por lo cual nunca pudo estudiar. Hija de Elina Cangrejo y Anastasio Ortigosa, hermana de Domingo y Modesto Ortigosa.

Se casó a la edad de los 31 años con Eliodoro Sogamoso procedente de Saldaña, con quien tuvo cinco hijos Ricardo, Modesto, Rosa, Ana Jesús e Ismael.

Según ella, su hija Rosa Sogamoso vive actualmente en Neiva y Ana Jesús en Saldaña.

Las condiciones de vida de Ismael y María Omaira son paupérrimas. Viven en una casa que no cuenta con servicios públicos, por esto tienen una situación sanitaria pésima.

Están durmiendo en colchones infestados de cucarachas provocando problemas en la piel.

Los vecinos denuncian que uno de sus hijos, Ricardo se ha encargado de cobrar el subsidio del adulto mayor y utilizarlo para sus propias necesidades.

Las dos personas requieren de asistencia institucional inmediata pues el estado de la vivienda está provocando problemas de salud pública para los habitantes del sector.