Comunidades del Magdalena se sienten afectadas por el dragado

Paola Patiño  - el nuevo día
Campesinos tanto de Antioquia como de Santander aseguran que las obras que se adelantan para hacer navegable al Magdalena vienen dañando sus terrenos, que bordean el río y la arena dragada está tapándoles sus únicas vías de acceso.

Cuando se parte del Puerto de Barrancabermeja, río arriba por La Gran Magdalena, hacia las comunidades de El Llanito (Santander) y otras veredas de Yondó (Antioquia) se pueden apreciar pequeñas islas o montañas de arena que se han venido formando, producto del dragado. En una de ellas personas de varias comunidades de estos departamentos esperaban la visita de periodistas y líderes ambientales de la región, en busca de que su voz fuera escuchada.

Los trabajos de dragado que se desarrollan en esta parte del Magdalena le corresponden a Navelena S.A.S., una sociedad de naturaleza privada, adjudicataria del Contrato de Asociación Público Privada (APP) suscrito con Cormagdalena el 13 de septiembre de 2014, que se creó para la recuperación de navegabilidad del afluente.

Esto hace parte del ambicioso proyecto del Gobierno nacional que busca que el río más importante del país pase de transportar el 1,3% de la carga que se mueve de manera fluvial a nivel nacional al 5%, según los reportes del Consejo Nacional de Política Económica y Social, Conpes, en su informe del 6 de agosto de 2013.

Debido al dragado que se viene realizando, que busca remover y sacar el material, como troncos y sedimentos propios del río, para crear la profundidad que se necesita para el proyecto, algunas comunidades ribereñas que este rotativo tuvo la oportunidad de visitar, aseguran que este material ha venido tapando los caños por donde ellos ingresan a sus terrenos, afectando su movilidad y economía, pues tampoco pueden transportar sus productos agrícolas.

“...Aquí donde estamos parados, no había arena, con esa draga vea lo que se está haciendo. Ahora nos hicieron una pila de arena más grande y todo eso se viene y nos está cerrando las vías de acceso a nuestra comunidad, que somos unas dos mil personas”, indica Julio Maldonado Meneses, transportador desde hace 34 años del sector.

“Todos mis ahorros que invertí en este terreno los he visto irse con el dragado indiscriminado que está haciendo Cormagdalena o Navelena, no sé cuál será… No pagan servidumbre nada, el río hace su dinámica y todo se lo lleva. Nadie me dice le vamos a pagar las matas de plátano que se han llevado…”, cuenta Wilmar José Fonseca, quien vive en la Comunidad Venecia, corregimiento El Llanito (Santander) y desde hace 30 años pescador.

“Somos 26 familias y ‘tuditicos’ cultivamos. Ya hace tres años nos vemos afectados por la falta de vías. Se nos pierde el producto, porque no tenemos por dónde sacarlo. Navelena nos dijeron que ellos no estaban pa’ hacer carretera, sino en el agua, pero entonces… que no nos tapen las vías de acceso”, pide Marcelino Galvos Torres de la vereda Puerto Nuevo de Yondó, Antioquia.

Ante esto, Óscar Alonso Vargas Ocampo, gerente de sustentabilidad de Navelena asevera que los trabajos que viene realizando están ubicados en zona de utilidad pública y que los problemas con algunos terrenos se deben a que se han ido apropiando de manera ilegal de los mismos, pero le pertenecen al Estado.

“…Nosotros tenemos un alcance, si lo que ellos nos piden, en cuanto a terrenos que supuestamente se han afectado por nosotros, está por fuera del mismo, no lo podemos hacer... La gente siembra donde no puede y pretende que un tercero les cubra su responsabilidad… Hay un fenómeno muy importante y es el cambio climático… si tu revisas la relación histórica que ha tenido Cormagdalena con estas comunidades, ellos solicitaron la limpieza de acceso a los caños porque perdían la conectividad. Es decir, no es el dragado”, comenta Vargas Ocampo.

De igual manera, el gerente de sustentabilidad indicó que el dragado “no implica la alteración del comportamiento de la hidráulica, porque el material que se mueve es infinitamente menor al 1% de todo el que mueve el río de manera natural”.

Por lo que asegura que los problemas que aquejan estas comunidades tienen que ver estrictamente con el cambio climático. En este punto, hay que tener en cuenta que el Magdalena vivió este año la sequía más fuerte de su historia con el fenómeno de ‘El Niño’.

“Lo único que se ha afectado son los pececitos que se refugian en los troncos y nosotros debemos moverlos. De 400 troncos movidos o más, solamente hemos recibido tres quejas de este tipo… para eso tenemos un plan de manejo que está en la construcción, pero ya los estamos activando. Lo que hacemos, pues los peces no se murieron sino que se movieron, es compensar a los afectados con un contrato laboral de cuatro meses, trabajando medio tiempo en temas ambientales…”, agrega.

El tema ambiental

Según Paulino Gabino, asesor técnico y supervisor del contrato APP por parte de Cormagdalena, el sitio de mayor dificultad para la navegabilidad del río es de Barrancabermeja a San Pablo (Sur de Bolívar), porque el río cambia de curso, va de un canal a otro y en efecto, ahí es donde se concentran las acciones.

“A futuro se van a disminuir los dragados, porque harán unas obras para que el canal se concentre, de tal manera que el río esté en la capacidad de autoprofundizarse, lo que se ha llamado obras de encauzamiento...”, comenta Gabino.

Este proyecto se vigila como lo ordena la Ley 80 de 1993, sobre las reglas y principios que rigen los contratos de las entidades estatales, y la 1150 de 2007 que modificó la anterior. De esta manera, Cormagdalena contrató una interventoría, que cuenta con especialistas para hacer el control de lo acordado en el contrato APP, como es la verificación de los acuerdos ambientales y sociales, en caso tal de que las intervenciones pongan en dificultades bienes de las comunidades ribereñas, como lo que están denunciando actualmente.

Aunque para hacer trabajos de mantenimiento al río, desde el año 2002 no se requiere de licencia ambiental, Cormagdalena sí realizó un Plan de Manejo Ambiental que debe cumplir el contratista, en este caso Navelena, en donde se habla de las socializaciones, control del ruido, de las basuras, aceites, de todo.

“Hay unos riesgos que debe pagar el asociado, hasta unos montos, por las obras de encauzamiento (que aún no se realizan). Con el dragado se cree que no hay ese tipo de afectaciones, pero si ocurrieran, es la interventoría y Cormagdalena las que están obligadas a señalarles y llama la atención. Si las multas son acumulativas por parte del contratista, el contrato puede caducar por el incumplimiento del mismo…”, explica el asesor de la entidad ambiental.

Sobre el dragado, Paulino Gabino asevera: “no siempre es cierto que los caños se están tapando por el dragado. De hecho, los caños agua arriba de Barrancabermeja, en donde no se está dragando, también se están cerrando de forma natural”.

Socialización

Otra de las quejas de las comunidades ribereñas y que está contemplada dentro del Plan de Manejo Ambiental que entregó Cormagdalena a Navelena son las socializaciones de las actividades que se van a realizar y que puedan impactar a las mismas. En el caso de no hacerlas, el interventor debe llamar la atención, y si el incumplimiento persiste podría haber una multa al contratista.

“A mí jamás me han socializado. Solo una vez que les paré la draga porque no les permití estar ahí y como se vieron afectados ahí sí me buscaron. Nunca me han dado una compensación...”, cuenta Wilmar Fonseca, del corregimiento El Llanito.

“Esta vez con la canalización del río nos están afectando. La empresa ha hecho sus cosas de manera anónima a las comunidades y nunca se han reunido con nosotros. Esas empresas que quieren canalizar el río como que no saben que viven personas alrededor, animales, niños”, agrega Abel Lobo, habitante de Puerto Nuevo, Yondó (Antioquia).

En contraste con los habitantes del sector, tanto Navelena como Cormagdalena aseguran que sí se han realizado las socializaciones, pero por la cantidad de comunidades que viven apartadas de la orilla del río, muchas veces no logran llegar a todas.

“Para nosotros es fundamental decirles que sí estamos atendiendo la gente. Somos muy responsables con las comunidades… A pesar de no estar en etapa de construcción estamos haciendo actividades con las comunidades que nos sirven como modelo piloto…”, explica el gerente de sustentabilidad de Navelena.

Por su parte, el asesor técnico para Cormagdalena aclara que en el contrato se prevé que toda persona que quiera saber cómo es el procedimiento del proyecto acuda a través de una queja, pregunta o sugerencia ante el contratista y este le debe dar una respuesta.

Si en algo están de acuerdo las comunidades ribereñas y las respectivas entidades es que el reclamo de los campesinos del sector y pesqueros, no es solo con los actuales trabajos, sino que llevan muchísimos años haciéndolos, sin que los de ahora o los de antes hagan algo por estas personas que sobreviven del río y sus pequeños cultivos agrícolas.

Credito
PAOLA PATIÑO

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